Sale uno del trabajo todos los días y piensa en cómo engordar su colección de experiencias vitales, pero con frecuencia no encuentra ideas claras al respecto. Intuye que los tiros van por los viajes, por lo que el marketing ha denominado, sin consenso lingüístico, «descubrir experiencias nuevas a través de los viajes». No deja de resultar una minúscula paráfrasis del retorno de Ulises a Ítaca, pero todo se reduce al problema de «adónde ir, ¿cuál es mi Ítaca?». Nos sentamos frente al ordenador y escasean las ideas, aunque existen muchas fórmulas turísticas que nos pueden aportar una solución a esa inquietud. Entre ellas se encuentra la de las escapadas temáticas, que son viajes breves pensados para disfrutar de experiencias concretas.
Las escapadas se clasifican en función de las experiencias que proporcionan, no en función de los destinos: no sabemos adónde queremos viajar, pero sí lo que queremos hacer, y para eso están las escapadas. La mayoría de las veces estamos hablando de paquetes turísticos muy económicos que incluyen una o dos noches de hotel, por lo que se ha convertido en una fórmula turística que durante los meses de otoño e invierno tiene un gran éxito entre viajeros. Para ilustrar la variedad y el potencial de las escapadas, vamos a realizar una clasificación de las mismas. En general, se dividen en ocho clases:
- Escapadas culturales: permiten disfrutar de los elementos culturales de un destino. La mayoría de las personas que adquieren una escapada de esta clase suelen ser personas maduras que quieren saciar su apetito cultural. Frecuentemente, el alojamiento es un edificio histórico relevante, lo que añade interés al viaje. En la actualidad, existe una elevada demanda turística de escapadas breves a ciudades europeas.
- Escapadas enológicas: pensadas para conocer una región famosa por sus vinos y para degustar sus caldos típicos a través de visitas a las diferentes bodegas de la región. En determinados momentos del año, las escapadas enológicas se organizan con motivo de las vendimias de septiembre, por lo que se presencian los primeros pasos del proceso de elaboración de los vinos.
- Escapadas gastronómicas: uno de los acicates para realizar escapadas gastronómicas en España es que cada región disfruta de un tipo de gastronomía que, por decirlo de alguna forma, es hija de su tierra. Así, la amplia riqueza de regiones y gastronomías que existe en España convierte a este tipo de escapada en una de las más importantes de todas: según la última encuesta anual sobre los movimientos turísticos de los españoles (Familitur 2011): «Ir de compras y ver escaparates fue la actividad principal en los viajes internos (64,8 %), seguida por las visitas culturales […] y las actividades gastronómicas, con pesos similares en torno al 50 %.»
- Escapadas de ocio nocturno: están pensadas para los que gustan de descubrir la marcha nocturna de cada ciudad. Generalmente, los hoteles que preparan esta clase de escapadas suelen incluir consumiciones y permiten abandonar la habitación algunas horas más tarde de lo habitual.
- Escapadas románticas o de pareja: prestan una especial atención a las relaciones de pareja con cenas románticas, botellas de champán y circuitos termales. Se han convertido en un clásico entre aquellos que quieren tener un detalle con su pareja y entre aquellas parejas que desean darle un nuevo impulso a su relación. Aunque de momento no lo hacen, las agencias de viajes tienen una excelente oportunidad para ampliar su penetración en el mercado de escapadas románticas mediante una relación de partnership con los nuevos sites de búsqueda de pareja.
- Escapadas de turismo activo: el motivo principal de este tipo de escapadas es practicar uno o varios deportes de aventura. Es habitual que se monte en quad o a caballo, que se realicen circuitos de pruebas, paseos en globo aerostático, espeleología, travesías en canoa… En resumen, las escapadas de turismo activo son aquellas en las que todo tiene que ver con realizar actividades de aventura.
- Escapadas de wellness y spa: traducidas al castellano, estas escapadas se llamarían de «bienestar» y «balneario», dos palabras lo suficientemente gráficas como para entender cómo son. Podrían resumirse como la máxima aspiración de aquellos a los que les gustan los fines de semana tranquilos y relajados.
- Escapadas familiares: son una combinación de las escapadas de turismo activo y cultural, pero con actividades adecuadas para los más pequeños, como mini-golfs, parques temáticos, o visitas a monumentos.
También existen varios tipos de escapadas, más específicas, que surgen con motivo de ocasiones especiales y puentes:
- Escapadas de fin de año: permiten disfrutar de la tradicional Noche Vieja en otro lugar, aunque haciendo básicamente lo mismo: grandes cenas, cotillón, copas y bailar hasta altas horas de la madrugada.
- Escapadas de Halloween: para disfrutar la noche del 31 de octubre en otra ciudad, pero con las mismas experiencias basadas en los sustos y el terror.
- Escapadas de Semana Santa: para conocer algunas de las semanas santas culturalmente más importantes de España.
- Escapadas a la playa: consisten en pasar unos días de tranquilidad en la playa. Ganan mucha fuerza durante los meses de verano, aunque están disponibles durante todo el año.
Lógicamente, puede haber ingredientes propios de una escapada en otro tipo de escapada, como por ejemplo en las familiares o en las románticas, creándose así nuevas combinaciones de escapadas. Gracias a esta flexibilidad, existe un abanico lo bastante amplio como para satisfacer casi cualquier nichos de demanda.
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