A medio camino de Jaca y Pamplona hay uno de los cascos históricos medievales más interesantes y encantadores de España: Sos del Rey Católico, en la comarca de las Cinco Villas (Zaragoza). Se encuentra a tres cuartos de hora de carretera al suroeste de Pamplona y una hora y media de trayecto desde Jaca, por lo que Sos del Rey Católico no solamente tiene el aliciente de su propio patrimonio, sino que la proximidad de ambas localidades incrementan significativamente su interés turístico. No vamos a dar rodeos inútiles: es un destino pequeño, un pueblo con encanto ideal para una escapada entre amigos, pero sobre todo para disfrutar en pareja algunos días de descanso. Además, en Sos del Rey Católico no solamente se puede disfrutar de la historia, también existe la posibilidad de disfrutar de la naturaleza del entorno: hacia el sur de la villa hay una sierra de ligeros repechos y discretas elevaciones por las que disfrutar de una agradable jornada de senderismo, mientras al norte una planicie destinada a los cultivos de secano nos invitará a examinar profundamente el horizonte.
Aunque es un lugar algo escondido –al noroeste de a provincia de Zaragoza, a los pies de una sierra montañosa cercana a los Pirineos–, a lo largo de la historia diferentes sucesos han hecho famosa a la villa: en 1452 Fernando el Católico nació en la entonces llamada Sos, del cual adoptaría su sobrenombre actual; en 1968 fue declarada Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural; y, finalmente, en 1985, Luis Berlanga rodó en ella su célebre filme La vaquilla. Si en la actualidad se puede decir que ha perdido importancia económica, en el pasado jugó un importante papel durante la Reconquista y en las guerras entre Navarra y Aragón. Esta relevancia estratégica que desempeñó en la Edad Media motivó la construcción de un castillo, del que queda la torre del homenaje. Más adelante, en el siglo XVIII, fue nombrada capital de las Cinco Villas.
Patrimonio y alojamiento
En la actualidad se conservan al menos diez edificios de gran relevancia histórica, incluido el ya mencionado castillo, y también siete puertas de la vieja muralla y la interesante judería de Sos del Rey Católico, que hoy se conoce como «barrio alto». Las dos iglesias que se conservan son la iglesia de San Esteban, junto al castillo, y la iglesia de Santa María del Perdón, cuya cripta, del siglo XIV, conserva impresionantes pinturas góticas de un extraordinario valor histórico. La plaza consistorial es un interesante mosaico de edificios medievales: allí encontramos la lonja medieval, donde se mercadeaba toda clase de mercancías y se reunía el concejo de la villa, la Casa de la Villa (ayuntamiento), un palacio del siglo XVI, y el palacio de Isidoro Gil de Jaz, edificado en el XVIII y hoy colegio de la orden de los escolapios. Fuera de la plaza, nos encontramos con el Palacio Español de Niño, del siglo XVI, y el célebre Palacio de los Sada, donde Juana Enríquez dio a luz a Fernando el Católico, y que se erigió en el siglo XV: hoy este palacio es sede la oficina de turismo de la localidad y centro audiovisual permanente sobre la época del citado monarca.
Una localidad con semejante patrimonio, bien aderezado entre sus empinadas y serpenteantes callejuelas, no podía carecer de un alojamiento de excepcional calidad en sus servicios y con instalaciones acordes al estilo general de Sos del Rey Católico. El Parador de Sos del Rey Católico presenta unas espectaculares vistas del entorno que acompañan a la factura tradicional de los alojamientos estatales, con interiores de excepcional calidad, habitaciones amplias y luminosas y una calidad en el servicio gastronómico de primer nivel. Como decíamos al comienzo del reportaje, Sos del Rey Católico es un excelente de destino para escapar en pareja y disfrutar no sólo del patrimonio histórico y del estupendo entorno natural, sino también un alojamiento de primer nivel con opciones gastronómicas que se definen con una sola palabra: calidad.
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