Después de tres reportajes sobre los lugares más emblemáticos del catarismo, con esta entrega entramos en la parte final de esta serie temática que hemos titulado «Cátaros». Hasta ahora hemos tratado lugares con la suficiente entidad como para convertirse en visitas autónomas para aquel viajero que se lance a recorrer la Francia cátara, pero hoy vamos a entrar en la fase final de la colección realizando una descripción de las tres principales rutas de los castillos cátaros —en la próxima entrada se tratarán las otras tres rutas—. Los destinos que comprenden estas rutas se pueden visitar en un par de horas, por lo que se trata de rutas bastante dinámicas.
En la anterior entrada hablamos precisamente de la increíble ciudadela de Carcasona, que los franceses llamamos Cité de Carcassone, y que hoy nos da pie para comenzar la enumeración de las diferentes rutas de los castillos cátaros.
Ruta de Carcasona
Para las personas que procedan de España, la mejor ciudad para comenzar la ruta es Narbona, ya que, aunque Carcasona se encuentra en el centro geográfico de la misma, el viajero tendría que ir primero hacia el este o el oeste y después deshacer el camino andado. Por tanto, lo óptimo es comenzar la ruta en Narbona, donde, aunque no existe un patrimonio medieval tan concreto y claro como el de Carcasona o Albi, sí tiene algunos ejemplos excepcionales: el principal es la impresionante catedral de San Justo y San Pastor, cuyas dimensiones realmente son sobrecogedoras; por otro lado, la otra gran muestra medieval de Narbona es el complejo arquitectónico del palacio de los Arzobispos de Narbona, que comprende el Palacio Viejo y el Palacio Nuevo, y que conserva trazas de las épocas romana, carolingia, románica, gótica y renacentista. Después de ver Narbona, la ruta continúa por la ciudad de Carcasona (ya hablamos de ella aquí), en la que podremos disfrutar de la increíble ciudadela y comer algún plato típico de la región, como una deliciosa cassoulet (alubias blancas con diferentes tipos de carne, como costilla de cerdo, butifarra de Tolosa, pato confitado o tocino), o un postre como los petits carcassonnais. Después de Carcasona, la ruta continúa hacia la localidad de Castelnaudary, donde se dice que se puede probar la mejor cassoulet de Francia; en Castelnaudary también se puede navegar a través del Canal de Midi, que es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, y disfrutar del interesante patrimonio histórico que, aunque no tiene demasiado que ver con los cátaros, merece bastante la pena, como la colegiata de Saint-Michel (siglo XIII), o el castillo de la localidad. La ruta de Carcasona concluye en la localidad de Limoux, que también sufrió los ataques de los cruzados de Simón de Montfort y que hoy es famosa por su champán brut y por sus vinos blancos. Otros lugares que se pueden visitar en esta zona son el castillo de Menerba, el castillo de Queribus, el castillo de Arques, el castillo de Puilaurens y el castillo de Villerouge-Termenes.
Ruta del país de Foix
La región de Foix era una antigua comarca cátara cuyo paisaje está formado por suaves pendientes, muy adecuados para el cultivo de vides. En la pequeña localidad de Foix se conserva uno de los castillos más importantes de los cátaros, que dependía de la ciudad de Carcasona: el castillo de Foix, cuyo rasgo más característico son sus tres torres de cuento. Además, la localidad de Foix aún conserva algunas callejuelas medievales que ayudan a transportarnos a épocas pasadas y, de algún modo, revivir el día a día de los complicados tiempos medievales. A unos 32 kilómetros de Foix se encuentra otro de los lugares más emblemáticos del catarismo: el castillo de Montségur, que se encuentra en un alto prácticamente inaccesible. La ruta de Foix continúa en Puivert, donde está el castillo de Puivert, bastante bien conservado, y que, a diferencia de otros castillos cátaros, no se encuentra en un promontorio, sino en la ladera de una colina. El siguiente destino en la ruta es el castillo de Rocafixada, que se encuentra en un mirador desde el cual se oteaba el horizonte para prevenir invasiones y que en la actualidad constituye un punto excelente de observación del paisaje. La ruta del país de Foix termina en el castillo de Usson, otra de las ruinas más impactantes del catarismo: se enclava sobre unos riscos de difícil acceso y, aunque no se conserva tan bien como otros, todavía queda bastante de su estructura en pie gracias a los trabajos de consolidación de finales del siglo XIX. Por otro lado, esta zona tiene la peculiaridad de albergar una gran cantidad de cuevas en las que, a veces, se han podido encontrar restos humanos prehistóricos. Ejemplos de ellas son las de Mas d’Azil, Lambrives o Pech Merlé.
Ruta de la montaña Negra
Sin duda los castillos estrella de la ruta de la montaña Negra son los castillos de Lastours, que ya tratamos en el primero de los reportajes sobre los cátaros, por su simbolismo y por la importancia que tuvo el enclave durante la Cruzada Albigense. En cualquier caso, la zona merece la pena solamente por su increíble naturaleza, con numerosas montañas y bosques que convierten la región en un lugar bastante complicado e inaccesible. La ruta parte desde el enclave de Lastours, donde se encuentran los cuatro castillos que coronan la cima de una pronunciada colina de la montaña Negra: Cabaret, Surdespine, Quertineux y Torre Regina. Después de disfrutar de este precioso lugar, sin duda cautivador, podemos continuar la ruta de la montaña negra por el castillo de Miravall, que recientemente pasó a la fama porque Brad Pitt y Angelina Jolie lo alquilaron durante varios años y luego lo adquirieron y reformaron. Por último, para cerrar la ruta, el viajero se dirigirá al castillo de Saissac, que está un poco apartado del pueblo de Saissac, para aprovechar estratégicamente los acantilados que se encuentran en la zona del río Vernassone; aunque se encuentra en ruinas, el castillo de Saissac es todavía hoy un conjunto imponente capaz de infundir en el viajero buena parte del respecto que infundió a los aguerridos cruzados de Simón de Montfort. La ruta de la montaña Negra no solamente es propia para aquellos a los que les gusta disfrutar de la historia, sino también para aquellos que pretenden disfrutar de los paisajes y la naturaleza del precioso Mediodía francés.
Con esta primera entrada sobre las rutas de los castillos cátaros entramos ya en la fase final de la colección dedicada a los cátaros. La próxima semana, se abordarán las últimas tres rutas de los castillos cátaros para concluir esta serie de reportajes que hemos titulado «cátaros».
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