En la costa norte de la isla de Chipre, en el territorio conocido como República Turca del Norte de Chipre, se erige un antiguo asentamiento que parece haber sido poblado desde tiempos remotísimos, al menos desde el año 4.000 a.C. —en pleno Neolítico. El nombre de la ciudad, Kyrenia, no admite engaños sobre la fundación griega del casco antiguo: parece sensato afirmar que la pequeña bahía del puerto fue colonizada por personas originarias del Peloponeso hacia el segundo milenio a.C. Los primeros registros escritos sobre la existencia de Kyrenia hay que buscarlos en documentos egipcios de la época de Ramsés III datados en el último cuarto del siglo XII a.C.
Dicen los expertos en Historia que una de las principales razones por las que esta ciudad ha sido capaz de sobrevivir a 6.000 años de avatares es la estratégica posición de que goza para mantener duraderos intercambios comerciales con las costas de Asia Menor y el Egeo. No en vano, en el Museo de Pecios de Kyrenia, que se encuentra en el interior del fabuloso castillo de Kyrenia, se conserva un pecio de un barco mercante griego de la época helenística. En esta localidad mediterránea que hoy por hoy alberga del orden de 60.000 habitantes, la mayoría colonos de origen turco, fue antaño muy trascendental el citado castillo de Kyrenia, una fortaleza realmente magnífica que conserva esa imponente planta que siglos atrás arredró a los numerosos enemigos de los kyrenios.
Levantado originalmente por los bizantinos sobre un antiguo cuartel romano, el castillo de Kyrenia fue más adelante intensamente remodelado por los ingenieros venecianos. Su primera preocupación era la de presentar una mejor defensa frente a las nuevas armas de pólvora de gran calibre y para optaron por derruir las antiguas torres del complejo para levantar hacia 1540 los bastiones de planta circular que se pueden ver hoy en día. Todos los dominadores de la isla se han beneficiado de los sólidos muros de este castillo y no han sido pocos. Se sucedieron en la dominación los griegos, los romanos, los bizantinos, los árabes, los cruzados*, los venecianos, los turcos, los británicos y de nuevo los griegos en el siglo XX, que mantienen un contencioso con Turquía por el dominio de la isla. Nicosia, la capital de Chipre, es la única ciudad del mundo dividida por un muro, que separa a los turcos, al norte, de los griegos, al sur.
El castillo de Kyrenia tenía la finalidad de proteger el puerto de los posibles asaltantes de una ciudad tan próspera como esta. El antiguo puerto de Kyrenia aún conserva todo el sabor del viejo Mediterráneo, con casas apretadas entre sí que se distribuyen paralelas al puerto. Además del paseo por el puerto, el viajero que se adentre por las calles y callejuelas de Kyrenia deberá visitar el Museo de Frescos que se ha instalado en la iglesia del Arcángel Miguel —iglesia de Arkhangelos, en griego—. Ineludibles son también el mercado municipal, el llamado «bandabulya», y su hormigueante trasiego de personas, el cementerio turco de Baldoken y la iglesia anglicana de San Andrés.
También en los alrededores de Kyrenia hay puntos de interés muy destacados, como por ejemplo la pequeña localidad de Bellapais, que alberga las ruinas de la abadía de Bellapais, que fue erigida a finales del siglo XII y principios del XIII, que es de estilo gótico y que aún conserva buena parte de la estructura; así como la iglesia ortodoxa de María Madre Vestida de Blanco. Por otro lado, también hay en la región diversos castillos medievales que poseen un relativo buen estado de conservación: son el castillo de Buffavento, el castillo de San Hilario y el castillo de Kantara, que erigieron los bizantinos en varios de los inaccesibles riscos de la región.
Pero la inabarcable Kyrenia —en alemán y en turco, por cierto, se la conoce como Girne— no se «reduce» a esta gigantesca cantidad de opciones. Ofrece también una serie de playas para despegarse el calor de los secos y largos veranos chipriotas. Escape, Ice, Kervansaray y Denizkızı son varias de ellas, aunque para disfrutar de ellas hay que pagar una pequeña cantidad de dinero. Otra de las opciones turísticas que ofrece la visita a esta poco conocida ciudad del Mediterráneo es el avistamiento de tortugas marinas y los tours en barca desde Kyrenia hasta diversos puntos de la costa de Asia Menor, como Alanya, que también ofrece patrimonio y distracción a sus visitantes.
1 respuesta hasta ahora ↓
1 mirta elena beltramelli // 17 de marzo de 2015 a las 0:58
es muy grande y antigua la historia chipriota, en sus calles , playas, montañas y callejones existe una gran historia de todos los tiempos, a veces justa, otras injusta .
Deja un comentario