La ciudad de León surge hacia el año 29 a.C., gracias al campamento en el que estaba instalada una de las legiones que someterían a los astures en las guerras cántabras: la Legio VI. La palabra latina «legio», que signifca «legión», evolucionó hasta dar lugar en castellano al término «León», ya en la Edad Media. La ciudad jugó un papel fundamental en la Reconquista, pero gozó de una prosperidad irregular a lo largo de los tiempos. Por tanto, León, capital de la provincia homónima, tiene tanta historia que es imposible no toparse de frente con edificios, restos, esquinas que atestiguan cualquiera de los periodos que ha ido atravesando.
En la ciudad quedan aún algunos vestigios romanos que merece la pena ver. Por ejemplo, la canalización que construyó la Legio VII (sucesora de la VI) para asegurarse el suministro de agua, o los restos de la murallas construidas entre los siglos I y IV, que aún conservan algunas torres. La escalera de la calle de Ramón y Cajal, junto a la muralla, conduce a otro de los monumentos arquitectónicos más impresionantes de León: la basílica de San Isidoro, de estilo románico, llamada así porque en ella descansan los restos de San Isidoro de Sevilla, traídos en 1063. En esta basílica está el Panteón Real, que tiene pinturas románicas únicas.
Siguiendo la línea cronológica, después de los monumentos citados, es obligado detenerse a contemplar dos de las bellezas más impresionantes de la ciudad: por un lado, la catedral de Santa María, de estilo gótico, con sus coloridas vidrieras, el barroquismo del hastial de Poniente y sus tres magníficos pórticos; y, por otro lado, el Hostal de San Marcos, a orillas del río Bernesga, que es máximo exponente de la arquitectura renacentista plateresca española, hoy convertido en un lujoso parador turístico.
Algunos Grandes de España tenían su residencia en la ciudad de León, como la familia de los Guzmán, que mandaron construir un palacio hoy conocido como Palacio de los Guzmanes, de estilo renacentista. Junto a él se encuentra la Casa de los Botines (1894), diseñada por el gran arquitecto Antonio Gaudí, y que se acoge a los principios estéticos del modernismo neogótico.
Edad Media y León son términos hermanos, no sólo por sus excepcionales manifestaciones románicas y góticas y por el precioso casco urbano medieval, sino también por ser parte del Camino de Santiago. Este discurre por el Barrio Húmedo, lugar típico de tapeo y chato de vino gracias a la concentración de estupendos bares y mesones. Pero León alberga otros muchos edificios dignos de ver, principalmente del periodo renacentista. Sirvan como ejemplos el ayuntamiento de San Marcelo, el convento de las Concepcionistas, la Casa Consistorial o la iglesia de San Marcelo.
Unas dos horas por carretera separan a León de las antiguas minas romanas de Las Médulas, que forman un conjunto natural que ostenta tres distinciones: Bien de Interés Cultural, Monumento Natural y Patrimonio de la Humanidad. En el site de Fundación Las Médulas se puede visualizar una presentación interactiva de la región, las ruinas romanas y la historia de estas famosas minas de oro.
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