A lo largo de la vida, le pueden resultar a uno de una gran utilidad una gran cantidad de datos. A menudo sucede que la utilidad de un dato en cuestión no se revela hasta el momento oportuno. Por ejemplo, ¿en qué pueblo de España se despiertan primero? ¿En qué pueblo ven primero salir el sol? Es una pregunta muy propia del trivial, casi ociosa, pero que hoy es motivo de esta entrada. La localidad española donde primero ven salir el sol, por ser la más oriental, es Villacarlos, en la isla balear de Menorca. La localidad española más oriental se encuentra a unos 3 km de Mahón, que es la capital administrativa de la isla desde el siglo XVIII, cuando la isla estuvo varias décadas bajo control británico. Además, apenas unos 10 km separan la localidad del aeropuerto de la isla, de modo que nunca exageraremos al decir que en España es posible tomar un avión hacia el amanecer. En la actualidad, Villacarlos se conoce también con el nombre de Es Castell, que proviene del catalán mallorquín, el idioma cooficial de la isla.
Es Castell disfruta de una posición estratégica privilegiada, ya que se encuentra a la entrada de la bahía de Mahón. Por este motivo, se construyó un importante castillo en el siglo XVI por orden de Felipe II, ya que en aquel entonces el peligro de las armadas turcas y los piratas berberiscos era un riesgo constante para las islas Baleares y en general para las costas peninsulares mediterráneas. El castillo de San Felipe de Mahón, que hoy está en ruinas, pertenece al Patrimonio Histórico de Menorca, en atención a la importancia que tuvo para la defensa del puerto de Mahón y las comunicaciones con Italia. La construcción de la fortaleza permitió a Mahón vivir una cierta prosperidad, ya que muchas personas se mudaron a la zona en busca de la protección del fuerte, que convirtió uno de los puertos más protegidos del Mediterráneo en un puerto casi inexpugnable.
Cada 24 y 25 de julio se celebran las fiestas patronales de Es Castell, cuyo patrón es Sant Jaume. En estos festejos, los caixers —jinetes— hacen bailar a los caballos y les hacen saltar levantando los cuartos delanteros… Mientras los diferentes festejos tienen lugar, la bebida típica de Baleares, la pomada, riega de sol a sol los cuerpos y las almas de los asistentes. Por cierto, la pomada se realiza con una parte de ginebra típica de la isla de Menorca (Xoriguer) y dos limonada; se sirve muy fría, a veces en granizado. Además en la zona hay unas calitas y playas preciosas que hacen de Es Castell un destino bastante completo, como la cala Caldés, la cala de Sa Torreta, la cala de Sant Esteve, la cala Macar de Binillautí, la cala Mesquida o la playa de Es Grau. Para rematar lo completo del destino amén de la interesante naturaleza que hay en los alrededores de Mahón. No hay que olvidar que la Unesco declaró a la isla de Menorca Reserva de Biosfera el 8 de octubre de 1993.
Anécdota. La localidad de Villacarlos ha tenido diversos nombres oficiales a lo largo de la historia, producto de los avatares guerreros del siglo XVIII. Cayó en manos de la pérfida Albión durante la Guerra de Sucesión española, y ellos serían los que llamaron Georgetown, a Villacarlos. Entre 1756 y 1763, pasó a control francés con motivo de la Guerra de los Siete Años, para pasar de nuevo a Gran Bretaña en virtud del Tratado de París (1763). En 1782, en el trasfondo de la Guerra de la Independencia de EE.UU. (1775-1783), fuerzas españolas y francesas toman prisioneros a 3.000 británicos y recuperan el control de la isla sin pegar prácticamente un tiro. En ese momento, Villacarlos adoptó el nombre de Real Villa de San Carlos, en honor al rey Carlos III de España. Entre 1798 y 1802 volvió a manos británicas, que rebautizaron el pueblo como Sant Jordi, en atención al antiguo nombre Georgetown. Tras la firma de la Paz de Amiens (1802), la isla retornaría definitivamente a España.
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