Borja, en Zaragoza: no sólo un insólito eccehomo…

11 de septiembre de 2012 por Paco Almádena · 1 Comentario · Aragón, Cultura, España, Europa, Gastronomia, Historia, Ocio, Turismo, Turismo Rural, Viajes

Érase una vez una localidad zaragozana cuyo nombre cruzó las fronteras y los océanos por el desliz pictórico que una diletante de 85 años perpetró en la pintura de un eccehomo de un olvidado santuario. Este lugar de Aragón tiene por nombre Borja y no sólo merece fama mundial por el intento fallido de restauración de la ya célebre doña Cecilia Giménez, sino también por su considerable patrimonio histórico-artístico. Desde la publicación de la noticia en muchos medios del mundo, los visitantes de la localidad se han multiplicado de forma exponencial para ver la restauración que esta señora ha realizado en el Santuario de Misericordia, pero no todo el mundo sabe que Borja, además, tiene una larga historia y una considerable cantidad de monumentos… A esto venimos a hacerle justicia en esta entrada, que de lo otro ya se ha ocupado el vulgo errante, municipal y espeso.

Localización de Borja (Google maps).

Borja se encuentra en el valle del Huecha al oeste de la provincia de Zaragoza, a unos 65 kilómetros al noroeste de la capital de Aragón, y a 35 del Parque Natural del Moncayo, un espacio natural que suele convertirse en lugar de visita para muchas de las personas que se animan a visitar Borja y sus alrededores. La historia de la localidad hunde sus raíces en la época prerromana y comienza a aparecer en los anales de la Historia con Tito Livio, que la cita con el nombre de Bursau, y la describe como una población celtíbera del Ebro que tenía una ceca. Parece que tuvo una existencia tranquila en la época romana y no será hasta el siglo VIII cuando vuelva a surgir, momento en que el conde visigodo Casio, señor de la región, pactó con los musulmanes su conversión al islam creando la estirpe de los Banu Qasi, que se harían señores de Zaragoza en el siglo IX. Luego de la reconquista cristiana en el siglo XII, la región serviría de zona fronteriza con Castilla y ya en el XV obtendría el título de Ciudad. El siglo XVI vería su momento de mayor esplendor para luego caer en un lento declive que remitiría en el XIX. Como dato anecdótico, hay que tener presente que la famosa familia vaticana de los Borgia (grafía italianizada de los Borja, el apellido español original de la familia) pudo tener sus orígenes aquí y que, hacia 1225, algunos de sus miembros acudirían a Valencia con las huestes de Jaime I para asentarse finalmente en Játiva después de su conquista.

Vista general de la localidad de Borja. Foto de Chema01, Wikimedia Commons.

Baluarte de la arquitectura renacentista aragonesa

Dado que la arquitectura religiosa de Borja es la que disfruta de un mayor protagonismo, tanto por su calidad como por su abundante presencia, vamos a ocuparnos un poco más tarde ella. Ahora vamos a hablar de la arquitectura de tipo civil y militar, de la que no quedan tantas muestras, pero sí varios exponentes de primera categoría. Quizá el más representativo de ellos sea la Casa Consistorial, que data del siglo XVI y que está construido en ladrillo con algunos elementos de piedra, como los dinteles de la entrada. Además del ayuntamiento, la arquitectura civil de Borja encuentra otros grandes ejemplos en los palacios nobiliarios (casas solariegas de estilo aragonés): la casa de Aguilar, que acoge el Centro de Estudios Borjanos, el palacio de los Vera (casa de las Conchas) y el palacio de Sánchez del Río, entre otros. Además, dos arcos de antiguas puertas de la muralla quedan todavía en pie: el arco de la Carrera o Puerta de Zaragoza, y la Puerta Real de San Francisco. Por último, queda reseñar la plaza del Mercado, donde antiguamente se reunían los comerciantes de la región para ofertar sus productos a los ciudadanos de Borja, una plaza que destaca especialmente por los soportales, las arcadas y los dos palacios del siglo XVI: el palacio de los Angulo y el torreón de los Borja.

Ayuntamiento de Borja. Foto de ecelan, Wikimedia Commons.

La Plaza del mercado de Borja. Foto tomaada de Wikimedia Commons.

Ahora hablaremos de la arquitectura religiosa de Borja, entre la cual la colegiata de Santa María constituye quizá su máxima expresión. En ella confluyen varios estilos arquitectónicos con gran armonía: el exterior mudéjar y el interior barroco, colmado con dos esbeltas torres de origen románico donde se encuentran los campanarios. En su interior destacan el retablo barroco y la cripta, que alberga una curiosa imagen de la muerte portando una guadaña donde dice: «Yo no perdono». También es destacable la iglesia de San Miguel, que también combina elementos góticos y mudéjares con un ábside románico del siglo XVIII. La Parroquia de San Bartolomé Apóstol, el convento de Santa Clara de Asís, la antigua iglesia de San Pedro Mártir de Verona (también convento de los dominicos), el convento de la Concepción y el convento de los Capuchinos, antiguo hospital del siglo XVII. Por otro lado, a unos seis kilómetros del centro de Borja se encuentra el Santuario de Misericordia, una pedanía que alberga la restauración fallida del eccehomo llevada a cabo por la octogenaria vecina de Borja.

Colegiata de Santa María. Foto de ecelan, Wikimedia Commons.

Convento de Santa Clara. Foto de Ecelan, Wikimedia Commons.

Órgano de la colegiata de Santa María. Foto de ecelan, Wikimedia Commons.

Fachada del convento de la Concepción. Foto de Ecelan, Wikimedia Commons.

Fiestas y D.O. Campo de Borja

Las fiestas patronales de la localidad se celebran todos los años en septiembre. En 2012, tendrán lugar entre el 18 y 23 de septiembre. La actividad más representativa de ellas es la comparsa de gigantes y cabezudos, que presenta la peculiaridad de tener las figuras de los Reyes Católicos. Según las crónicas, parece que las fiestas patronales de Borja tienen su origen en una feria de ganado de la Edad Media, pero de eso queda poco o nada. A lo largo del año también se celebran en Borja otras festividades de interés turístico, como la festividad de San Jorge (el patrón de Aragón) en el mes de abril, la festividad de la virgen de la Peana, que se celebra el primer domingo de mayo y son de carácter muy religioso, y la fiesta de San Bartolomé, que tiene lugar en el mes de agosto y que consiste en una especie de representación teatral. Por otro lado, hay una denominación de origen de vinos de la zona que se llama Denominación de Origen Campo de Borja y que produce vinos característicamente afrutados. Por lo general utiliza la variedad de uva de garnacha, que se da muy bien en la zona. Las Bodegas Borsao, por ejemplo, elaboran unos vinos de cierto prestigio en el mundo de la enología. A un servidor le gusta especialmente el Bole, que se obtiene de la combinación de garnacha típica de la zona con syrah, una uva originaria de Oriente Medio.

Restos del castillo de Borja, totalmente arruinado. Foto de Chema01, Wikimedia Commons.

El lector puede obtener más información sobre Borja y sus facetas turísticas en la web: http://www.borja.es/.

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