Cartagena de Indias: heroísmo, patrimonio y placer en Colombia

13 de mayo de 2011 por Paco Almádena · Sin comentarios · América, Cultura, Historia, Ocio, Turismo, Viajes

La ciudad colombiana de Cartagena de Indias es famosa por sus fuertes, puerto y conjunto monumental –que pertenecen al Patrimonio de la Humanidad de la Unesco–, por sus playas de arena negra y arena blanca, por las paradisíacas islas que motean la bahía en la que se enclava, o por la intensa vida social que se desenvuelve en ella… Sin embargo, pocos conocen su heroica y agitada historia.

De su puerto zarpaba parte de la Flota de Indias con los metales preciosos que se extraían de las minas del Perú, una tentadora circunstancia que animó a los británicos a hacerse con la ciudad por un doble motivo: las riquezas que en ella había y la decisiva posbilidad estratégica de dividir en dos los territorios españoles de América cortándolos por el norte de Colombia y Panamá. El 13 de marzo 1741 el almirante inglés Edward Vernon se presentó en Cartagena con la intención de adueñarse de la plaza al mando de una poderosísima fuerza de combate: 186 navíos y unos 28.600 soldados. Tras las murallas y en los castillos de Cartagena, el bravo almirante Blas de Lezo y Olavarrieta y Sebastián de Eslava, virrey de Nueva Granada, estaban decididos a hacer frente a la amenaza con tan solo 3.600 hombres. Después de dos meses de durísimos combates, los ingleses, entre los que se contaba Lawrence Washington –hermanastro de George Washington, primer presidente de EE.UU.–, se retiraron abrumados por las numerorísimas bajas –unas 17.000–, las enfermedades tropicales y la destrucción de bastantes de sus barcos. Con esta victoria, Lezo y sus hombres habían asegurado la hegemonía española en América hasta entrado el siglo XIX.

Estatua de Blas de Lezo frente al castillo de San Felipe

La memoria de Lezo está muy presente en Cartagena de Indias. Su estatua se erige frente al imponente castillo de San Felipe de Barajas.

La última voluntad de Blas de Lezo

Ingenieros valencianos cumplieron en 2009 la última voluntad de Blas de Lezo: «Aquí España derrotó a Ingaterra y sus colonias».

Precisamente la importancia del puerto de Cartagena y los reiterados ataques piratas de siglos anteriores –casi desde su fundación en 1533 por parte de Pedro de Heredia– fueron los motivos que condujeron a la corona a edificar el imponente sistema defensivo de la ciudad y que desde 1984 pertenece al Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Entre las fortalezas de la ciudad, la mayor y más imponente es el castillo de San Felipe de Barajas (o castillo de San Lázaro), que disponía de 63 cañones. Otros castillos de Cartagena son el de San Fernando, el castillo de San José (que se encuentra en la abertura de Bocachica, que une la bahía de las Ánimas con el Caribe), el de san Sebastián del Pastelillo o el de san Juan de Manzanillo. Todos ellos, cual más cual menos, jugaron su rol en el sitio de 1741. Además de todas estas fortalezas, el sistema defensivo de Cartagena también incluía un imponente cinturón de murallas, sobre cuya puerta principal se encuentra la hermosa y esbelta Torre del Reloj, que da entrada al portal de los dulces y la plaza de los Coches (el antiguo mercado).

castillo de san fernando de bocachica

El castillo de san Fernando de Bocachica se empezó a construir en 1753 sobre la isla de Tierra Bomba.

san felipe de barajas

El ingeniero Antonio de Arévalo modificó y amplió la estructura del san Felipe, que se mostró inexpugnable en 1741.

la torre del reloj sobre la puerta de muralla

La Torre del Reloj es lugar de encuentro de los cartageneros, una especie de Puerta del Sol madrileña en Cartagena.

 

fuerte de san jose en bocachica

La batería de san José, al oeste de Bocachica, fue ampliada después de 1741 hasta convertirse en un fuerte.

Durante el periodo colonial, la ciudad vieja que rodea la muralla se dividió en tres barrios claramente diferenciados: San Pedro, San Diego y el arrabal de Getsemaní. En el barrio de San Pedro, donde residían los vecinos más pudientes, se ubican la magnífica catedral de Cartagena y numerosos palacios balconados de estilo andaluz, así como la iglesia y convento de san Pedro Claver –primer santo del Nuevo Mundo–. Otros edificios destacados de este barrio son la iglesia de Santo Domingo, el monasterio de San Diego, el palacio de la Inquisición, el palacio de Gobierno y la casa del marqués de Valdehoyos, una clásica construcción colonial. Al nordeste de la ciudad, ya en el barrio de San Diego, se reúnen la juventud universitaria de Cartagena, por lo que es una de las zonas donde mejor se puede difrutar de la vida nocturna al tiempo que se contemplan sus coloridas casas y sus típicos balcones volanderos. También en san Diego hay edificios destacados, como los conventos de Santa Clara y san Diego, o la iglesia de santo Toribio. Otras visitas ineludibles son la de la plaza de la Aduana, el cuartel de las Bóvedas, del siglo XVIII, o la casa de Gabriel García Márquez, una atrayente visita si se es aficionado a sus libros. Cartagena, conviene decirlo claramente, es una de las ciudades coloniales mejor conservadas de América.

Iglesia y convento de san Pedro Claver - Foto de Ronald Bellorin - Flickr

El convento de san Pedro Claver tenía antes de 1888 la advocación de san Ignacio de Loyola.

Catedral de Cartagena de Indias - Foto de Jose Daniel - Flickr

La catedral de Cartagena se encuadra en el estilo herreriano, propio de la época de Felipe II. Foto de Jose Daniel - Flickr

Plaza de la Aduana

La plaza de la Aduana acoge actualmente la alcaldía distrital.

plaza de toros de cartagena de indias

La plaza de toros de cartagena no tiene nada que envidiarle a las españolas.

Otros lugares de intersante visita son la pintoresca plaza de toros y el cerro de la Popa, donde se puede ver el convento de la virgen de la Candelaria. Este cerro da al viajero la sensación de hendir la ciudad en dos, la zona segura y tranquila del recinto amurallado y la zona más deprimida y peligrosa, al sur. Cartagena y su región son también famosas por las playas; las más cercanas al casco viejo son de arena negra, pero las de las islas de la bahía (playa de Punta Arena, en Tierra Bomba) o las de la isla de Barú (playa Blanca) e islas del Rosario son de suave arena blanca. Por cierto, en la isla Barú se sitúa el Parque Nacional Corales del Rosario, cuya visita es muy recomendable por sus ecosistemas únicos. Como nota final, se aconseja a todo viajero que pruebe una de las delicias gastronómicas de Colombia: las arepas.

playa blanca en baru

La playa Blanca, en la isla de Barú (fuera de la bahía) es una de las más reputadas entre las de arena blanca.

Puta Arena en Tierra Bomba

La playa de Punta Arena, en la isla de Tierra Bomba a la entrada de Bocachica, es ideal para olvidar las preocupaciones.

Para obtener más información acerca de Cartagena de Indias y sus lugares de mayor interés turístico, el lector puede acudir a la sitio oficial de Turismo de Cartagena de Indias, o a la guía oficial de Turismo de Colombia.

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