La ciudad de Lhasa también se conoce como la Ciudad Sagrada, y se encuentra en Tibet. La ciudad es el gran centro espiritual del budismo.
La cima de Potala es sin duda una de las partes más reconocidas de la ciudad. Encima de la cima se encuentra este famoso y fácilmente identificable edificio de trece plantas que fue la sede del líder espiritual Dalai Lama. La fortaleza era antiguamente un palacio de invierno, pero más tarde se convirtió en la sede del Dalai Lama. El edificio está pintado de rojo y blanco con tejados dorados que resplandecen encima de la sagrada ciudad. El edificio lleva presidiendo la montaña desde el siglo XVII. Hoy en día la fortaleza es un museo, un mero reflejo de su viejo esplendor. Sin embargo se dice que las mil habitaciones del palacio siguen intactas.
Aunque Potala es sin duda el sitio más notable de toda la ciudad, en el segundo lugar destaca el corazón espiritual de la ciudad, el Templo Jokhang. Este templo, cubierto por un tejado dorado, tiene más de 1 300 años de antigüedad. En el se mezclan las influencias de varios lugares, tales como el mismo Tibet, la India, la cultura del Nepal o la cultura China. La costumbre dicta que los devotos siguen la kora, cuando los fieles andan en círculo alrededor del templo, que se encuentra muy cerca de Barkhor, el distrito mercantil. Dentro del templo se encuentran más de 200 estatuas de Buddha rodeados por cientos de velas que se reflejan en el templo. Entre las estatuas también se encuentra la estatua más importante de Buddha.
La ciudad se encuentra a más de 3 600 metros de altitud y muy cerca de la parte norte de las Himalayas. La parte este de la ciudad es más tradicional y con más influencias tibetanas, mientras que la parte oeste de la ciudad tiene más influencias chinas y mejores servicios.
Mientras uno visita esta increíble ciudad, se recomienda visitar el Palacio de Verano Norbulingka, construido por el Séptimo Dalai Lama a mediados del siglo XVIII. Ahora en el territorio del Antiguo Palacio se encuentra un zoo y varios jardines botánicos. Los turistas también podrían ver el Monasterio Drepung, fundado en 1416. También podrán ver el Monsaterio Sera, fundado en 1419. Si a uno le interesa la historia y la cultura del país, deberían visitar el Museo de Tibet, un interesante museo donde encontraran toda clase de artilugios.
Paseando por las calles de Tibet, uno deberá probar las miles de delicias locales y beber el té más tradicional. Las mejores delicias para el paladar son el thugpa y las variedades de la cocina local. Si visitan el mercado de Barkhor, podrán regatear para comprar las tradicionales alfombras tibetanas.
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