La región sobre la que hoy se extiende Managua, capital de Nicaragua, venía siendo poblada desde al menos 4.000 años a.C. La prueba de que seres humanos hollaron estas tierras volcánicas durante los tiempos prehistóricos está en las huellas de Acahualinca, pues se quedaron grabadas en lodos volcánicos expulsados durante una erupción del Masaya. Hoy pueden visitarse en el Museo Sitio de las Huellas de Acahualinca. Parece que en Managua vivían unos 40.000 indígenas a la llegada de los españoles en el siglo XVI y, tras fundar Granada y León –que compartirían la capitalidad en los siglos venideros–, estos situaron su centro militar en la misma Managua.
La ciudad se ubica en una zona lacustre a orillas del lago de Managua y sobre unas fallas geológicas activas que han provocado terribles y asoladores terremotos a lo largo de la historia. Los últimos seísmos de 1931 y 1972 destruyeron gran parte del patrimonio arquitectónico de Managua, aunque aún queda bastante que admirar. Entre los edificios religiosos de la capital se encuentran la antigua catedral de Managua y la actual catedral metropolitana de la Inmaculada Concepción, que posee un cierto aire de mezquita por sus numerosas cupulillas y un torreón que semeja a un minarete.
También son interesantes los edificios de la actual Casa Presidencial –la antigua quedó destruida en un seísmo y se encuentra en la loma de Tiscapa– y el Palacio de la Cultura, que hoy alberga el interesante Museo Nacional, el cual exhibe diversas colecciones de objetos de las épocas precolombina y colonial. Al margen de las exposiciones arqueológicas y artísticas, el edificio en su interior y su exterior presenta una belleza espléndida. También es interesante vistar la Asamblea Nacional de Nicaragua así como contemplar el rascacielos del antiguo Banco de América.
Otros de los lugares más interesantes de la ciudad son el Teatro Nacional Rubén Darío, el Parque Central o el Parque Museo Cementerio de San Pedro. En Managua también hay determinados monumentos a los que bien merece la pena fotografiar, como la estatua del cacique Dariangén, que dirigió la resistencia de los dirianes contra los exploradores españoles, la silueta del general Augusto César Sandino, revolucionario que expulsó a los mercenarios yanquis de Walker y que combatió la dictadura de Anastasio Somoza, y también el Monumento a las víctimas de los terremotos de 1931 y 1972. La Plaza Central también merece un largo paseo, pues precisamente en ella se ubican las ya citadas antigua catedral de Managua, la Casa Presidencial y el Teatro Nacional Rubén Darío.
Además, Managua es una ciudad moderna en la que se puede hacer una intensa vida nocturna, ya que ofrece las mismas posibilidades que los países más desarrollados, gracias a las cuatro zonas de ocio que el Ayuntamiento ha establecido: zona Viva, zona Hippos, zona Rosa y zona Cero.
Nicaragua es una tierra cuya naturaleza violenta y soberbia no impide al hombre disfrutar de su esplendor y belleza extraordinarios. En la propia Managua hay una reserva natural: la Reserva Natural Laguna de Tiscapa, que en náuhatl significa «laguna del Espejo». En el parque de los alrededores hay bastantes lugares interesantes para visitar, como los citados monumentos a Roosevelt o la tanqueta de Mussolini. Apenas a 20 km de Managua, por la carretera de Masaya se alcanza el impresionante Parque Nacional del Volcán Masaya, en el que se ubica el volcán Masaya, aún activo, y otros cráteres del complejo volcánico Las Sierras, así como las cuevas de Tzinaconostoc.
Para encontrar más información sobre Managua y Nicaragua se puede acudir a la entrada sobre Nicaragua de la guía de viajes Mundicolor. También se puede descargar el mapa turístico de Managua y visitar la página oficial de Managua.
1 respuesta hasta ahora ↓
1 Macia // 19 de julio de 2013 a las 8:49
Me encantó la forma en que usted describió sus experiencias en el segundo párrafo
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