Decíamos en la anterior entrega de esta serie que la Toscana tiene fama por sus grandes ciudades turísticas (Siena, Florencia, Pisa…) y , sin embargo, en sus zonas rurales se esconden también sugerentes tesoros. Si el martes estuvimos descubriendo San Gimignano, hoy corresponde hablar de otro pueblo medieval de la Toscana que siempre ha sido célebre por sus torres y sus murallas: Monteriggioni. Ya Dante Alighieri hacía alusión a la fortaleza en su Divina comedia: «De la misma manera que Montereggioni [sic] corona de torres su recinto amurallado» (canto XXXI, del ‘Infierno’). Al igual que San Gimignano, Monteriggioni también se ubica en la provincia de Siena, a unos 15 km de su capital, y a poco más de 60 km de Florencia. Por tanto, supone un acierto visitar ambos pueblos –a 27 km uno de otro– cuando se viaja de Siena a Florencia porque se trata de una opción diferente que le quita a la Toscana su velo de masa turística y porque permite apreciar en profundidad los paisajes, el paisanaje y la intrahistoria de la región, como le gustaba decir a Miguel de Unamuno.
Adelantábamos un poco más arriba que Monteriggioni era famoso por su ciudadela. Esta se compone de unas imponentes murallas cuya circunferencia mide más de medio kilómetro y que tiene un total de 14 torres repartidas a intervalos iguales. La muralla consta de dos puertas situadas en extremos opuestos: una conduce hacia Roma (porta Franca o porta Romea); la otra, a Florencia (porta di Sotto). Desde lejos, la vista de estas murallas recuerda el arquetipo de corona que portaban los reyes medievales, una imagen con la que juegan quienes trabajan por fomentar el turismo de la zona. En cualquier caso, la denominación exacta para este tipo de construcción sería en realidad la de «castillo», como de hecho se conoce a la población en italiano: castello di Monteriggioni. Cabe anotar que el cine ha contribuido generosamente a reforzar esa imagen medieval del pueblo, como si se tratase de una estampa del pasado atrapada entre los inmutables campos verdes de la Toscana. Entre otros muchos films, Monteriggioni ha aparecido en El príncipe de los zorros, de Henry King (1949), la Belleza robada, de B. Bertolucci (1996), El paciente inglés, de A. Minghella (1996), Té con Mussolini, de Franco Zeffirelli (1999) y El gladiador, de Ridley Scott (2000).
Además, por si no bastase con el fuerte aroma a Edad Media que desprende el pueblo por sí mismo, la sensación de viajar al pasado se acrecienta al máximo cuando se celebra el festival medieval de Monteriggioni, que este año será del 8 al 10 y del 15 al 17 de julio. Este festival se llama «Monteriggioni di Torri se pone la corona» –«Monteriggioni di Torri si Corona»– y en él, actores y profesionales se ponen en la piel de sus antepasados al representar sus antiguos oficios, celebrarse justas de caballeros, hacer juegos de bufones y funambuleros… En Monteriggioni, en fin, se sirve caliente la Edad Media.
Patrimonio cultural. La iglesia más importante e interesante de Monteriggioni es la de Santa Maria Assunta, del siglo XIII y estilo románico. En su interior son apreciables el tabernáculo del siglo XV y la pintura de la virgen trazada por el artista medieval Lippo Vanni. Por otro lado, también se pueden visitar la iglesia de Santa María del Castillo, del siglo X, y la ermita de San Leonardo. Cada rincón, cada casa, cada detalle de Monteriggioni remiten a un tiempo pasado, por lo que recorrer sus calles y tomar algo en la plaza Roma constituyen los principales placeres del viajero. Por otro lado, al hallarse a medio camino entre Siena y San Gimignano, Monteriggioni es un lugar ideal para detenerse a comer y ver el pueblo durante la sobremesa: además tiene unos interesantes vinos locales y también un par de buenos restaurantes.
Si el lector desea obtener más información sobre Monteriggioni y la región en que se ubica, puede acudir al sitio oficial de Monteriggioni. También hay información interesante en la web Holiday Apartment Tuscany.
1 respuesta hasta ahora ↓
1 juan manuel zarate alcocer // 16 de noviembre de 2012 a las 21:02
Precioso lugar, se traslada uno al pasado,el castillo medieval en lo alto de una colina ofrece unas vistas increibles de esa region de la toscana itaiana, queda uno invitado a regresar
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