La «Venecia del Este» está en La Canea, Creta

4 de abril de 2011 por Paco Almádena · Aventura, Cultura, Curiosidades, Gastronomia, Ocio, Turismo, Viajes

La ciudad cretense de La Canea, también conocida como Chaniá (χανιά), tiene prácticamente la misma edad que las primeras civilizaciones mediterráneas. El asentamiento actual es la continuación de una de las ciudades minoicas más importantes, la renombrada Cidonia, que, según los cánones mitológicos, fue fundada por el rey Cidón, hijo de Hermes. Bizantina y sarracena durante el primer milenio de nuestra era, será durante el dominio veneciano de la ciudad, entre los siglos XIII y XVII, cuando cambie el nombre de Cidonia por el de La Canea, que aún pervive. El ayuntamiento de la ciudad defiende el sobrenombre de Venecia del Este por su «extraña belleza y su relación con el mar».

Como se trata de una ciudad tan antigua, existen restos arqueológicos y edificios que atestiguan el paso de las épocas. Recientemente se ha descubierto un relevante yacimiento de la era que precede a la cultura minoica conocido como Kasteli (Kanevaro). Sus restos datan de entre los años 2.000 y 1.500 a.C., aunque dicha cultura continuó existiendo al menos hasta los primeros siglos del primer milenio a.C. Luego llegaron la Grecia clásica y Roma, cuya presencia queda patente en el Museo Arqueológico, ubicado en el monasterio franciscano de Agios Fragkiskos. De la época bizantina, La Canea conserva sólo algunos fragmentos del muro de la ciudad.

Kasteli

El yacimiento de Kasteli data del segundo milenio a.C.

Muralla bizantina

No quedan muchos vestigios bizantinos en La Canea.

Mucho más trascendente para la actual conformación de la ciudad fue la presencia de los venecianos y de los turcos. La página oficial de La Canea recoge veinticuatro monumentos venecianos construidos a lo largo de los tres siglos en que disfrutaron de la soberanía de la isla. Entre todos destacan las construcciones militares defensivas, como el arsenal del puerto (Neoria), las murallas o el fuerte de Firka, así como los edificios religiosos de Santa María de Miracoli o el monasterio de Agios Nikolaos, de los monjes dominicos, que fue construido por los católicos venecianos, reconvertida a mezquita por los otomanos (con el nombre de Igemonas) y actualmente consagrada como templo ortodoxo.

Agios Nikolaos

Veneciano y luego otomano, Agios Nikolaos conserva el minarete.

El muro veneciano

La ciudad tenía la función de proteger el comercio veneciano.

Después de la presencia veneciana, la otomana ha sido la que más huella ha dejado en La Canea. No sólo en el minarete de Agios Nikolaos, sino en otras muchas construcciones que se encuentran en buen estado de conservación. Es famoso el faro egipcio, que parece un pequeño «ajuste de cuentas» de Egipto con Grecia por el aquel faro que Alejandro Magno ordenó levantar en Alejandría. Este monumento, junto la curiosa mezquita de Giali Tzamisi, de arte renacentista otomano, representan los principales vestigios de la presencia turca en la cuidad. El barrio de Splantzia es otro de los atractivos turísticos de sabor turco, así como los baños otomanos de Halidon, Zampeliou y Douka, y Katre.

faro egipcio

El faro egipcio se comenzó a construir a finales del siglo XVI.

Giali Tzamisi

Giali Tzamisi es un exponente del arte renacentista otomano.

Posteriormente, los edificios que se levantarán en La Canea alternarán entre la tradición y la novedad. Ejemplos de ello pueden encontrarse en el templo de Agia Magdalene (1903), construido con motivo de la visita de la hermana del Gran Duque de Rusia a la isla, razón por la que el templo está rematado en el techo con la bóveda típica de la arquitectura rusa. También es interesante visitar la tradicional curtiduría de cuero, llamada Tampakaria. A fin de distraerse un poco durante la visita, también se pueden recorrer los jardines municipales o la agradable playa de Nea Chora. Además, en la concurrida plaza de Santrivani se puede hacer un descanso, después de recorrer la famosa plaza de 1866 y la calle de Tzanakaki.

Agia Magdalene

Agia Magdalene tiene poco más de 100 años de antigüedad.

Tampakaria

Tampakaria encontró su esplendor entre las dos guerras mundiales.

Para encontrar más información sobre Creta y sus ciudades, o sobre otras islas griegas, puede acudir a las dos entradas correspondientes de la guía de viajes Mundicolor, aquí y aquí.

 

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Ávila, el esplendor medieval de Castilla

1 de abril de 2011 por Paco Almádena · Sin categoría

La ciudad de Ávila, situada junto al precioso valle de Amblés y Patrimonio de la Humanidad desde 1985, tiene su origen en la Prehistoria, cuando la colina sobre la que se erige fue habitada por los vetones. No adquirirá más importancia hasta el asentamiento de los romanos, que le darán el nombre definitivo de Abila, y dejarán muchas pruebas de su presencia, como el trazado básico del casco histórico. Durante la dominación visigótica, la ciudad pareció ser uno de los mayores puntos fuertes y hasta se construyó una de las iglesias más añejas de la ciudad: Santa María la Antigua. De la presencia musulmana posterior no quedan muchos vestigios, pero a partir de la reconquista de Toledo por parte de Alfonso VI la localidad tomará nuevos bríos por su estratégica posición: será repoblada y se construirán los numerosos edificios románicos que han dado fama a Ávila. En esta ciudad nació uno de los máximos exponentes de la literatura mística castellana: Santa Teresa de Ávila.

De la presencia romana quedan algunas pruebas, como el famoso puente romano, que cruza el río Adaja, así como los restos de algunas casas romanas, como la de la Puerta de San Vicente, estelas funerarias y la estructura de bloques de viviendas o insulae romanas. En cualquier caso, la seña de identidad de la ciudad de Ávila es la Edad Media y sus imponentes murallas románicas, levantadas a lo largo del siglo XII y que tienen un total de nueve puertas y tres poternas.

Puente romano

El puente romano de Ávila se ubica sobre el río Adaja

Muralla de Ávila

La muralla de Ávila tiene 2,5 km de circunferencia

Dentro de la página oficial de turismo de Ávila se recoge una serie de itinerarios que permiten conocer la ciudad al detalle. Uno de los más interesantes es el que va desde la Plaza del Alcázar, tras la impresionante Puerta del Alcázar, hasta el Real Monasterio de Santo Tomás, donde destaca especialmente el Claustro de los Reyes, y que además se encuadra dentro del último gótico europeo. Durante la travesía también se podrá contemplar la plaza de Santa Teresa o Mercado Grande, en la que se ubica la iglesia de San Pedro, que es de estilo románico y alberga un interesante conjunto escultórico. También durante este recorrido se verán Nuestra Señora la Antigua y la ermita de Nuestra Señora de las Vacas.

Real Monasterio de Santo Tomás

Los Reyes Católicos ayudaron a la construcción de Santo Tomás

Iglesia de San Pedro

Uno de los exponentes del románico de Ávila es San Pedro

Otros exponentes de la arquitectura románica son la iglesia de Santiago (aunque reformada en los siglos XIV y XVI), la de San Nicolás, la de San Andrés o la basílica de San Vicente, que es considerada como el mejor y más completo ejemplo de este estilo arquitectónico en la ciudad. Por otro lado, merece especial atención la sin par y admirable catedral del Cristo Salvador de Ávila, más conocida como la catedral de Ávila, que es la primera muestra del arte gótico en la península ibérica y que por las dimensiones del proyecto hubo de ser construida en diferentes etapas. En su interior, el visitante se puede deleitar con el sepulcro, laboriosamente tallado, el altar de los reyes o las bóvedas de la capilla mayor.

Basílica de San Vicente

La cabecera de la basílica de San Vicente tiene tres ábsides

Catedral del Cristo Salvador de Ávila

La catedral de Ávila alberga interesantes piezas escultóricas

Existen algunas muestras del arte del Renacimiento en Ávila. Se pueden destacar entre ellas la casa del Licenciado Pacheco , la casa de las Carnicerías, el convento de San Antonio, el palacio de los Serranos, hoy centro cultural, el monasterio de la Santa o el Hospital de San Martín. Uno de los edificios más interesantes de la época renacentista en Ávila es el monasterio de San José, primera fundación de las tantas que obró Santa Teresa de Jesús. Muy próximo está el monasterio de Santa Ana, que no se encuadra en la tendencia renacentista, pero que es un tremendo exponente de la arquitectura medieval de Ávila.

Monasterio de San José

Monasterio de San José. Fue la primera fundación de Santa Teresa

Claustro del monasterio de Santa Ana

El monasterio de Santa Ana se comenzó a construir en el siglo XIV

Aparte hay que señalar que, aunque la judería de la ciudad fue poderosa no quedan prácticamente vestigios, a excepción de la sinagoga de Don Samuel, del siglo XV, que hoy es simplemente un domicilio particular restaurado. No obstante, se conocen algunos lugares de la judería de la ciudad pues quedaron registrados en diversos documentos. Por otro lado, muy cerca de Ávila se encuentra el valle de Iruelas, perfecto para perderse entre su hermosa naturaleza.

Se puede encontrar una lista de los monumentos más señalados de Ávila en esta web de la página oficial de Ávila para el turismo.

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Évora, todas las huellas de la Historia

30 de marzo de 2011 por Paco Almádena · Cultura, Curiosidades, Gastronomia, Ocio, Turismo, Viajes

La ciudad portuguesa de Évora tiene unas raíces e historia antiquísimas. Todas las civilizaciones que han pasado por ella han dejado su impronta: celtas, romanos, judíos, árabes y cristianos. Sin embargo, no será hasta el siglo XV cuando alcance su época mayor esplendor, al convertirse en la ciudad regia de Portugal en un momento en que la expansión colonial y las exploraciones traerían tiempos de prosperidad. Pero esta ciudad también ha influido en otras urbes del Planeta y, sobre todo, en la arquitectura portuguesa de Brasil. Estos motivos han conducido a la Unesco a considerar a la ciudad-museo de Évora como Patrimonio de la Humanidad.

El núcleo de esta ciudad, capital de la región del Alentejo, se inscribe en los límites de la muralla del siglo XVII construida por un ingeniero francés. El edificio más destacado de la época medieval es su catedral, que mezcla los estilos románico y gótico manuelino y que se edificó entre los siglos XII y XIV. En la aldea de Evoramonte, cerca de Évora, se encuentra una fortaleza triangular medieval que es recomendable visitar en el mismo viaje.

Sá Catedral de Évora

La catedral de Évora comenzó a constuirse en 1186

Fortaleza de Evoramonte

La fortaleza de Evoramonte empezó su construcción en 1160

Siglos después, ya en el XV, Évora conocerá una explosión arquitectónica que producirá ejemplos tan interesantes como los conventos de Santa Clara y San Francisco y las iglesias Real y de San Juan Evangelista, de factura manuelina, o el monasterio de los Loios. En el siglo XVI, para abastecer de agua la ciudad, el arquitecto Francisco de Arruda construyó un magnífico acueducto (1537) que aun hoy suministra agua a algunas fuentes de Évora. Son también de esta época el Palacio de los condes de Basto, la universidad jesuita del Santo Espíritu o la iglesia de los Caballeros de Calatrava.

El palacio de los Condes de Basto

Palacio de los Condes de Basto

Convento de Santa Clara

El convento de Santa Clara

Desde época romana se conservan en Évora el foro de la Plaza de Giraldo y el Templo de Diana, que aún mantiene más de una decena de columnas de estilo corintio, con sus hojas de acanto. Junto al templo de Diana se encuentra el Palacio de las Cinco Quinas, con interesantes pinceladas arquitectónicas de estilo árabe. Lo que no se debe pasar por alto es recorrerse la calle del 5 Octubre, famosa por sus balcones, barrocamente decorados con flores de todas clases.

Templo de Diana

El templo de Diana, del siglo II

Plaça dos Giraldos

La plaza de Giraldo

Para obtener más información sobre Portugal, se recomienda acudir a la entrada correspondiente de la guía de viajes Mundicolor.

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León: Roma, Románico, Renacimiento y Vanguardia

25 de marzo de 2011 por Paco Almádena · Cultura, Gastronomia, Ocio, Turismo, Viajes

La ciudad de León surge hacia el año 29 a.C., gracias al campamento en el que estaba instalada una de las legiones que someterían a los astures en las guerras cántabras: la Legio VI. La palabra latina «legio», que signifca «legión», evolucionó hasta dar lugar en castellano al término «León», ya en la Edad Media. La ciudad jugó un papel fundamental en la Reconquista, pero gozó de una prosperidad irregular a lo largo de los tiempos. Por tanto, León, capital de la provincia homónima, tiene tanta historia que es imposible no toparse de frente con edificios, restos, esquinas que atestiguan cualquiera de los periodos que ha ido atravesando.

En la ciudad quedan aún algunos vestigios romanos que merece la pena ver. Por ejemplo, la canalización que construyó la Legio VII (sucesora de la VI) para asegurarse el suministro de agua, o los restos de la murallas construidas entre los siglos I y IV, que aún conservan algunas torres. La escalera de la calle de Ramón y Cajal, junto a la muralla, conduce a otro de los monumentos arquitectónicos más impresionantes de León: la basílica de San Isidoro, de estilo románico, llamada así porque en ella descansan los restos de San Isidoro de Sevilla, traídos en 1063. En esta basílica está el Panteón Real, que tiene pinturas románicas únicas.

Las torres de la muralla se llaman "cubos"

Las torres se conocen como 'cubos'

Pinturas románicas del Panteón

Pinturas románicas del Panteón

Siguiendo la línea cronológica, después de los monumentos citados, es obligado detenerse a contemplar dos de las bellezas más impresionantes de la ciudad: por un lado, la catedral de Santa María, de estilo gótico, con sus coloridas vidrieras, el barroquismo del hastial de Poniente y sus tres magníficos pórticos; y, por otro lado, el Hostal de San Marcos, a orillas del río Bernesga, que es máximo exponente de la arquitectura renacentista plateresca española, hoy convertido en un lujoso parador turístico.

Catedral de León

La catedral de Santa María alberga el Museo Catedralicio Diocesano

Los Reyes Católicos financiaron la construcción de San Marcos

Algunos Grandes de España tenían su residencia en la ciudad de León, como la familia de los Guzmán, que mandaron construir un palacio hoy conocido como Palacio de los Guzmanes, de estilo renacentista. Junto a él se encuentra la Casa de los Botines (1894), diseñada por el gran arquitecto Antonio Gaudí, y que se acoge a los principios estéticos del modernismo neogótico.

Casa Botines

La espléndida Casa Botines

Palacio de los Guzmanes

El Palacio de los Guzmanes

Edad Media y León son términos hermanos, no sólo por sus excepcionales manifestaciones románicas y góticas y por el precioso casco urbano medieval, sino también por ser parte del Camino de Santiago. Este discurre por el Barrio Húmedo, lugar típico de tapeo y chato de vino gracias a la concentración de estupendos bares y mesones. Pero León alberga otros muchos edificios dignos de ver, principalmente del periodo renacentista. Sirvan como ejemplos el ayuntamiento de San Marcelo, el convento de las Concepcionistas, la Casa Consistorial o la iglesia de San Marcelo.

Barrio Húmedo

La Plaza Mayor de León pertenece al Barrio Húmedo

Las Médulas

Las Médulas son Patrimonio de la Humanidad desde 1996

Unas dos horas por carretera separan a León de las antiguas minas romanas de Las Médulas, que forman un conjunto natural que ostenta tres distinciones: Bien de Interés Cultural, Monumento Natural y Patrimonio de la Humanidad. En el site de Fundación Las Médulas se puede visualizar una presentación interactiva de la región, las ruinas romanas y la historia de estas famosas minas de oro.

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Reikiavik, la bahía humeante

25 de marzo de 2011 por Paco Almádena · Cultura, Curiosidades, Ocio, Turismo, Viajes

Cuenta el manuscrito de Landnámabók que un noruego llamado Ingólfur Arnarson fue el primer escandinavo que se asentó en Islandia, entre los años 870 y 874. El lugar que eligió fue la península en la que hoy se encuentra Reikiavik (Reykjavik, en islandés), capital del país y la ciudad más poblada, con 200.000 habitantes (dos tercios de los habitantes de Islandia). Cuando Arnarson arribó a estas costas, avistó llamativas columnas de humo que procedían de los géiseres situados en las inmediaciones del lugar elegido y, como consecuencia de ello, decidió llamar a su asentamiento Reykjavik, la «bahía humeante«.

Aunque el principal atractivo de la isla es la espectactular y salvaje naturaleza, la capital guarda interesantes tesoros. Su arquitectura más interesante es de corte vanguardista y contemporáneo, aunque no por ello menos espectacular. Hay dos edificios ineludibles, como la famosa Perla (Perlan), que alberga varios restaurantes y museos (como el Museo Saga), el Harpa Concert Hall and Conference Centre y el edificio del Ayuntamiento (Ráðhús Reykjavíkur), que parece que forma una isla flotante y ofrece acceso gratuito a Internet.

El ayuntamiento, en mitad del lago

El ayuntamiento, en mitad del lago

La famosa perla de Reikiavik

La famosa perla de Reikiavik

Reikiavik posee unos cuantos museos interesantes, empezando por el Museo Nacional de Islandia, en el que se hallan restos arqueológicos de la historia de Islandia y de sus pobladores escandinavos. Es recomendable también visitar el Museo Sigurjón Ólafsson, sobre el famoso escultor homónimo, y el Museo de Arte de Reikiavik. Otra de las citas ineludibles con la cultura islandesa está en Hallgrimskirkja, la mayor catedral del país y que se construyó entre 1948 y 1986 (en esta página se enumeran otros museos de Reikiavik).

Hallgrimskirkja mezcla tradición y vanguardia

Hallgrimskirkja combina tradición y vanguardia

Sala del Museo Nacional de Islandia

El Museo Nacional alberga más 2.000 piezas históricas

Naturaleza no falta en la capital islandesa. Por ejemplo, el parque de Laugardalur, ofrece muchas posibilidades al viajero. La más popular es sumergirse en sus fuentes termales, las más espaciosas de la capital. También hay en Laugardalur un zoo con animales típicos de Islandia y un jardín botánico. Si se prefiere abandonar la concurrida capital, aunque sin alejarse demasiado, el cercano monte Esia (Esja) ofrece una espléndida panorámica de la ciudad.

Fuente termal de Laugardalur

Esja, ángel de la guarda de Reikivik

Reikiavik tiene una activa vida nocturna, con muchos bares y locales de copas, como el Austur o el Celtic Cross. Y, por si a alguien le aqueja la morriña de España, se puede combatir acudiendo a «Tapas bar», donde se sirven las típicas tapas de bar españolas.

Si desea obtener más información sobre Islandia, puede leer el artículo correspondiente de la guía de viajes Mundicolor.

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Fez, la primera ciudad imperial de Marruecos

23 de marzo de 2011 por Paco Almádena · Aventura, Cultura, Ocio, Turismo, Viajes

Fez es una ciudad por cuyas venas corre sangre imperial. Sometida al Imperio Romano en el año 40 a.C., le llegaría la oportunidad de convertirse en capital de un imperio propio con la dinastía de los Idrisíes. Ellos refundaron la ciudad durante el siglo VIII y la convirtieron en un centro religioso y universitario de primer orden en la esfera cultural islámica, un prestigio del que aún disfruta. Ya en el siglo XVI, la ciudad se convertiría en la tumba del desdichado Boabdil, último rey de Granada.

Fez fue la primera ciudad imperial de las cuatro que hay en Marruecos, junto con Marrakech, Rabat y Mequinez. El turista percibe ese pasado de grandeza y dominio con sólo mirar a su alrededor: las fortalezas de Borj Norte y Borj Sur son la prueba más elocuente, aunque también impresionan las puertas de la muralla de Bab Bou Jeloud, Bab Shorfa y Bab Ftouh.

fortaleza_de_Borj_Nord

Fortaleza Borj Norte

La puerta azul a la ciudad de Fez

La Puerta Azul en la ciudad de Fez

Pertenece al Patrimonio de la Humanidad de la Unesco la medina de Fez, que es de origen medieval. Está repleta de puertas y arcos, todas diferentes entre sí, que separan unos zocos de otros según los oficios: por ejemplo, el zoco de Aïn Allou está especializado en cueros y babuchas, y se diferencia perfectamente del de Nejarine, que es el de los ebanistas.

En el zoco de Attarîn se vende especias

Especias en el zoco de Attarîn

La intrincada medina de Fez

La intrincada medina de Fez

Aunque pueda extrañar al principio, en Fez existe algo de herencia española que les ha llegado a través de los tiempos de Al-Andalus. De hecho, en Fez existe un barrio que se conoce como el barrio andalusí, de calles muy estrechas y casas blancas con tonos azules. En todo caso, no se puede dejar de ver algunas otras construcciones muy interesantes, como el Palacio Real de Fez (Dar el Makhzen), El Mechouar, un patio de armas medieval rodeado de murallas y con espléndidos jardines, o el Palacio El Jamai, hoy reconvertido en hotel.

Palacio Real de Fez

Palacio Real de Fez

Mezquita de El-Qaraouiyyîn

Mezquita de El-Qaraouiyyîn

Como es lógico, en un país en que está tan arraigada la religión existen muchas mezquitas y otros edificios relacionados con la práctica o la enseñanza del islam. Por un lado, en Fez destaca la mezquita de Karauîn (o El-Qaraouiyyîn), que data del siglo IX, y las madrazas (antiguas escuelas coránicas) de Bou Inania y de El Attarin.

Para obtener más información sobre Fez y Marruecos, se recomienda leer la guía de viajes Mundicolor.

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San Petersburgo, la ventana rusa hacia Occidente

21 de marzo de 2011 por Paco Almádena · Cultura, Ocio, Turismo, Viajes

La ciudad rusa de San Petersburgo es la segunda en importancia después de Moscú, a pesar de su centenaria «juventud», pues tiene solo 200 años de historia. Fue fundada por el zar Pedro el Grande en 1703 con la intención de abrir una ventana marítima hacia Occidente, dada la imposibilidad de salir al Mediterráneo por la presencia turca. Por aquel entonces, la zona en la que se asienta San Petersburgo, el delta del río Neva, se encontraba en poder de los suecos y no existía un casco urbano ni algo que se le pareciera, aunque sí ciertas fortificaciones defensivas. En 1703, Pedro I expulsó de allí a los suecos y se puso manos a la obra.

La legión de obreros que trabajó en la fundación de la ciudad comenzó con la edificación de la Fortaleza de San Pedro y de San Pablo en la isla de Zayachi. En ella se encuentra uno de los edificios emblemáticos de San Petersburgo: la catedral de San Pedro y San Pablo, donde están sepultados todos los zares desde Pedro el Grande. También se sitúa allí el célebre museo Hermitage, que comenzó con las exposiciones y galerías de arte también en la época de este inquieto zar.

Iglesia de San Pedro y San Pablo

Iglesia de San Pedro y San Pablo

El museo Hermitage

El museo Hermitage

Aquella grandeza de los zares de todas las Rusias se ve reflejada en los edificios y monumentos más famosos de la ciudad. Por ejemplo, la Plaza del Palacio, donde se encuentra el inmenso Palacio de Invierno, tiene una superficie de 47.000 metros cuadrados; en su centro se alza la columna de granito rojo que conmemora la victoria del zar Alejandro contra Napoleón. Una de las calles más famosas de San Petersburgo es la Avenida Nevsky, que se prolonga a lo largo de 4,5 kilómetros y presume de ser la principal zona financiera y de compras de la urbe. Hay que recomendar la visita al crucero Aurora, que participó en la revolución de 1917.

Catedral de San Isaac

Catedral de San Isaac

Fachada modernista

Fachada modernista

Muchas ciudades de Rusia disponen de las redes de metro más lujosas del mundo. En concreto, la de San Petersburgo se halla a 110 metros bajo tierra -la más profunda del Planeta- y tiene algunas estaciones famosas, como la de Ploschad Vosstaniya o la estación Kirovski. En total, lo utlizan a diario más de 4 millones de personas. También merece verse la estación de tren de Vítebsky, de estilo modernista, precisamente uno de los estilos arquitectónicos más cultivados en San Petersburgo.

salvador sobre la sangre derramada

Salvador sobre sangre derramada

Avenida Nevsky y el río Fontanta

Avenida Nevsky y el río Fontanta

Obviamente, esta ciudad tiene un gran interés cultural. Aparte del citado museo Hermitage, hay que visitar el museo Ruso, el más amplio de la Federación Rusa. Por otro lado, existen multitud de iglesias y catedrales imprescindibles. La más espléndida es la catedral de San Isaac, con capacidad para más de 10.000 personas. La iglesa del Salvador sobre la sangre derramada, localizada en la orilla del canal Gribaedova, también es una cita ineludible para cualquier viajero que se adentre en la ex capital del Imperio Ruso.

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Pasado, poder y cultura en Estocolmo

18 de marzo de 2011 por Paco Almádena · Cultura, Ocio, Sin categoría, Turismo, Viajes

Estocolmo es una ciudad que cautiva y que, en parte, secuestra al visitante. En realidad, esa es la premisa para que alguien padezca lo que se conoce como síndrome de Estocolmo y que se aplica para aquellos rehenes secuestrados durante un tiempo prolongado y que desarrollan lazos emocionales de complicidad con sus secuestradores. De modo que el síndrome le viene como anillo al dedo a la cautivadora ciudad báltica.

Pero es que la capital sueca tiene un sabor especial: se ha levantado sobre un total de 14 islas y dispone de 57 puentes que permiten unir unos barrios de la ciudad con otros. Esta circunstancia ha hecho de Estocolmo una de las pocas urbes que presume de tener un apodo o heterónimo: la Venecia del Norte. Nada más y nada menos.

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Vista aérea de Estocolmo.

Su condición de capital desde 1419 ha conllevado que Estocolmo sea una ciudad en la que abunda la arquitectura grandilocuente y palaciega. Entre los palacios y casas de la nobleza que se deben conocer en la Venecia del Norte, destacan la Riddarhuset (Casa o Palacio de la Nobleza) y el Palacio Real. En esta línea arquitectónica destaca el Palacio del Real Dominio de Drottningholm, situado en la isla de Lovön, que data del siglo XVI y que desde 1991 forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

El Palacio Real de Estocolmo se terminó en 1697.

El Palacio Real de Estocolmo se terminó en 1697.

Terminado en el siglo XX, es la sede de los Premios Nobel

Terminado en el siglo XX, el ayuntamiento es la sede de los Premios Nobel

En general, en Estocolmo todas las construcciones derivadas del poder tienden a ser excepcionalmente magnificentes, como demuestra el nuevo ayuntamiento (Stockholms Stadshus), construido por Ragnar Östberg entre 1911 y 1923 y en cuya bla hallen (sala azul) se entregan cada año los Premios Nobel. Una de las zonas ineludibles de la ciudad para cualquier visitante es la Ciudad Vieja o Gamla Stan.

El Gamla Stan constituye el casco antiguo de Estocolmo. Algunos edificios se construyeron en la Edad Media.

El Gamla Stan o Ciudad Vieja conforma el casco antiguo de Estocolmo. Algunos edificios se construyeron en la Edad Media.

La vida cultural de la ciudad es muy activa y su calificativo de Capital Europea de la Cultura, concedido en 1998 por la comisión y el Parlamento Europeo, es realmente merecido. Tiene al menos siete museos inevitables: Museo Vasa, el Museo de Ciencias e Historia Natural, el Museo Histórico, el Museo Nórdico, el Museo de Arte Moderno, el Museo Nacional de Bellas Artes y el Skansen. Este último combina un zoo con un museo al aire libre y tiene la particularidad de que desde sus instalaciones se puede avistar el Museo Nórdico (nordiska museet), dedicado a la historia del pueblo escandinavo desde la Edad Media hasta hoy.

Fundado en 1792, alberga cuadros de Rubens, Goya, Renoir, Edgar Degas o Paul Gauguin.

Fundado en 1792, el Museo Nacional de Bellas Artes alberga cuadros de Rubens, Goya, Renoir, Edgar Degas o Paul Gauguin.

El Museo Vasa alberga un navío intacto del siglo XVII. Recibe alrededor de 800.000 visitantes al año.

El Museo Vasa alberga un navío intacto del siglo XVII. Recibe alrededor de 800.000 visitantes al año.

Se puede visitar la página oficial de la ciudad de Estocolmo para obtener más información.

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Providence, la ciudad de Brown, el arte y los parques

7 de marzo de 2011 por Marina · Cultura, Ocio, Sin categoría