San Martín (II): la ciudad de Marigot

20 de diciembre de 2011 por Paco Almádena · Sin comentarios · América, Francia, Historia, Isla de San Martín, Naturaleza, Países Bajos, Turismo, Viajes

Algunos han definido San Martín como la «Ibiza en el Caribe» por sus playas –algunas nudistas–, su agitada vida nocturna y los buenos precios para ir de compras. No en vano, tantos atractivos turísticos no han pasado inadvertidos a la industria de los cruceros, que, cada vez más, incluye la isla entre los itinerarios del Caribe. De hecho, en los últimos años la cifra de turistas que llegaron a la isla en esta clase de transporte superó el millón de personas, lo que puede servir para ilustrar su enorme potencial turístico.

San Martín, que tiene la peculiaridad de ser la ínsula más pequeña del mundo dividida entre dos países, se considera la capital culinaria del Caribe –gracias a sus más de 300 restaurantes y a una cocina con tintes originales que debe su éxito al sincretismo gastronómico–. No es menos famosa su agitada vida nocturna con numerosas opciones de fiesta. En cualquier caso, no nos vamos a detener en los bares, discotecas o restaurantes que se pueden visitar, ya que la mayoría de los que existen ofrecen un buen servicio. Aunque hay que hacer una advertencia: se han dado casos en los que al pagar en un restaurante o bar con tarjeta bancaria el camarero ha cargado una cantidad mayor de la debida, algo que resulta muy difícil reclamar. Por ello, se recomienda llevar efectivo en todo momento.

Tanto la vida nocturna como la gastronomía se pueden disfrutar principalmente en las dos grandes localidades de la isla: Marigot, capital de la zona francesa, y Philipsburg, capital de la zona neerlandesa. En el post de hoy hablaremos de la primera.

La bahía de Marigot. Foto de Darwinek, Wikimedia Commons.

Marigot

Una de las cosas que diferencia a Marigot de Philipsburg es que Marigot tiene más patrimonio, con algunas cosas de cierto valor histórico. Si en Madrid, todo viajero tiene que caminar por Gran Vía, o en París por los Campos Elíseos, en Marigot la vía urbana ineludible es la Rue de la Republique –la calle de la República–, que está repleta de edificios típicos del siglo XIX. En esta calle y en las principales del centro de Marigot se encuentran innumerables tiendas y es donde acuden todos los turistas en busca de productos tecnológicos y textiles de primera calidad libres de impuestos –todos lo que se vende es duty free. Las zona de mayor concentración de tiendas es la que va desde el embarcadero hasta el Fuerte Luis. Otro de los puntos emblemáticos de la ciudad es el mercado de mujeres negras donde se venden peces del día, carne local, especias, frutas y otros productos todos los días de la semana excepto los domingos.

Fuerte Luis

El mercado de Marigot, con el Fuerte Luis al fondo. Foto de Kevin James, W. Commons.

Quizá la visita más espectacular sea la del Fuerte Luis, que fue construido en 1789 y que se ha restaurado recientemente. Además del fuerte, la vieja prisión de Marigot compone otra de las visitas al barrio histórico de la ciudad y se encuentra muy cerca del Fuerte Luis. La iglesia católica de Marigot, erigida hace apenas 70 años, es otra de las visitas recomendadas. Se trata de una especie de reducto católico dentro de una sociedad cada vez más «anglosajonizada». Otros lugares de interés son el puente Durat y la tumba de François-Auguste Perrinon, uno de los primeros abolicionistas franceses.

El fuerte de Marigot, Fuerte Luis

El Fuerte Luis, sobre la cima del promontorio que preside Marigot. Foto de keith011764, Flickr.

Cañón mirando a la bahía de Marigot

Las vistas de la ciudad de Marigot desde el Fuerte Luis, que protegía la bahía. Foto de gadl, Wikimedia Commons.

Otra de las visitas que más merecen la pena es el Museo de Historia de San Martín –Philipsburg también tiene uno, pero no es tan interesante. En el museo se puede ver el recorrido histórico de la isla, pasando por la colonización española, francesa y holandesa y los siglos posteriores. El edificio del museo tiene cierto valor histórico en sí, puesto que se construyó en 1789 –año de la Revolución Francesa.

Otros lugares dignos de visita por la curiosidad que despiertan son la plantación de azúcar de Saint Jean y el molino de azúcar Spring Printemps, en francés–, los dos construidos en el año 1772, pues conformaban juntos la cadena de producción industrial de azúcar y ron. En ambos edificios se conservan antiguas herramientas y elementos varios que se requerían para procesar estas materias primas, algunos realmente curiosos.

Para obtener más información y detalles sobre Marigot y Philipsburg, el lector puede acudir a la página oficial de Turismo de la isla de San Martín.

Más información sobre San Martín:

→ San Martín (I): la isla caribeña que comparten dos naciones europeas

→ San Martín (III): la ciudad de Philipsburg

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