Valle de Boí: simbiosis entre la naturaleza, la nieve y el Románico

18 de diciembre de 2012 por Paco Almádena · Sin comentarios · Aventura, Cataluña, Cultura, Curiosidades, España, Esquí - Ski, Naturaleza, Ocio, Patrimonio de la Humanidad, Rutas, Turismo, Turismo Rural, Viajes

Encajado entre los abruptos Pirineos catalanes de la provincia de Lérida se encuentra el precioso valle de Bohí, también conocido en castellano como valle de Boí, y en catalán como vall de Boí. Es un rincón de España donde reina la naturaleza de forma abrumadora y la presencia humana reduce su impacto lo suficiente como para quedar integrada perfectamente con el entorno. El valle, surcado por el río Noguera de Tor, se encuentra en la zona de la Alta Ribagorza y su localidad más importante es Barruera, aunque existen otras ocho que merece la pena conocer: Castelló de Tor, Llesp, Coll, Cardet, Durro, Erill la Vall, Boí y Taüll. El valle de Boí tiene otros dos valles subsidiarios, el valle de San Martín (Sant Martí) y el valle de San Nicolás (Sant Nicolau), ambos horadados por afluentes del Noguera de Tor: el río Sant Martí y el río Sant Nicolau. La abundancia de agua y lluvias a lo largo del año, sumadas a la altura a la que se halla el valle hacen de él un lugar privilegiado en cualquier estación, ya que el intenso verdor se transforma en el blanco níveo en invierno y en primavera la nieve reverdece hasta la siguiente estación, sin agostarse.

Localización del valle de Boí (Google maps). Clic para ir.

El valle de San Nicolás, en el valle de Boí. Foto de Josep Borrut, Wikimedia Commons.

Los valles se formaron por la acción de los glaciares y a consecuencia de ello todavía se conservan 14 lagos importantes en la zona, de los cuales nacen tanto el Noguera de Tor como sus afluentes Sant Martí y Sant Nicolau. Otra consecuencia de la presencia de glaciares es que la zona está repleta de altas cumbres, como el monte Comaloforno (3.033 metros de altitud), Besiberri sur (3.030 metros), punta Passet (3.002 metros), punta Señalada (2.951 metros) o el pico de los Colomers (2.885 metros). Esta geografía convierte el valle de Boí en uno de los más interesantes en la península para aficionados al alpinismo y montañeros durante los meses de deshielo, y para aficionados al esquí y otros deportes durante los meses en que hay presencia de nieve. La estación de esquí de Boí Taüll Resort (en castellano, Bohí Tahull Resort) se encuentra en la región del valle de Boí y es una de las más importantes de los Pirineos catalanes, así como la de mayor altitud en su cota mínima (2.020 metros). Gracias a que sus pistas se encuentran en la cara norte, la calidad de la nieve es muy alta y por ello goza de bastante éxito entre los esquiadores: en 2011, 145.510 personas disfrutaron de los 46 km de pistas de Boí Taüll en sus 52 pistas de esquí.

Foto de Josep Borrut, Wikimedia Commons.

Foto de Josep Borrut, W. Commons.

Foto de Josep Borrut, W. Commons.

La cordera de l'Estanyet. Foto de Josep Borrut, Wikimedia Commons.

Las iglesias románicas del valle de Bohí

Durante la Edad Media, el valle de Boí surgió como entidad administrativa tras el establecimiento de la Marca Hispánica y la creación, primero, del condado de Tolosa y, después, del condado de Ribagorza. Ya en el siglo XI, momento en que surge el Arte Románico, la comarca fue integrada en el condado de Pallars, que conquistaría el Reino de Aragón cien años más tarde. El Arte Románico encuentra un caldo de cultivo idóneo en unos tiempos en los que el valle se puebla a fondo y se crean las distintas localidades y parroquias, muchas de las cuales perviven aún hoy. Actualmente, el Arte Románico del valle de Boí se considera un ejemplo excepcional de arquitectura religiosa románica y por ello fue incluido en el año 2000 en el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, con la denominación «iglesias románicas catalanas del Valle de Bohí». Las localidades que conservan monumentos religiosos comprendidos en esta denominación de la Unesco son Berruera, Bohí, Tahull, Coll, Cardet, Durro y Erill la Vall:

Iglesia de San Félix (Berruera). Foto de Michel wal, Wikimedia Commons.

Iglesia de San Juan (Boí). Foto de pepcapde, Flickr.

Iglesia de Santa María (Tahull). Foto de Enfo, Wikimedia Commons.

Iglesia de San Clemente (Tahull). Foto de PMRMaeyaert, W. Commons.

Iglesia de Santa María de la Asunción (Coll). Foto de PMRMaeyaert, Wikimedia Commons.

Iglesia de Santa María (Cardet). Fotografía de Gustau Erill i Pinyot, Wikimedia Commons.

Iglesia de la Natividad de la Madre de Dios (Durro). Foto de PMRMaeyaert, Wikimedia Commons.

Ermita de San Quirce (Durro). Foto de Ainhoa (PCB75 en Flickr), Wikimedia Commons.

Iglesia de Santa Eulalia (Erill la Vall). Foto de PMRMaeyaert, Wikimedia Commons.

Todas las iglesias del valle de Boí contaban con frescos románicos muy bien conservados que a principios del siglo XX fueron redescubiertos por diversos eruditos, pero ante el riesgo que corrían de ser robados fueron reproducidos y los originales se trasladaron al Museo de Arte de Barcelona. Por tanto, en la actualidad los frescos que contemplamos en estas iglesias son reproducciones de los originales. El más famoso de todos es el Pantocráctor del ábside de San Clemente de Tahull.

Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio

A través del valle de Boí se puede acceder al Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio (en catalán, Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici), un interesante entorno natural que se convirtió en parque natural en el año 1955. Ocupa una posición central con respecto a los Pirineos y su orografía es muy escarpada, con variaciones de altura que van desde los 1.000 hasta los 3.000 metros sobre el nivel del mar. Una parte del territorio del parque —que abarca 14.119 hectáreas— comprende uno de los valles subsidiarios del valle de Boí: el valle de San Nicolás, cuyos tortuosos meandros proviene «Aigüestortes» es decir, «aguas tortuosas». Existe una multitud de rutas en el parque para realizar senderismo con distinto grado de dificultad, aunque es más propicio realizarlas en verano. Durante el invierno, hay habilitadas a diversas actividades de montaña, como por ejemplo la escalada, el esquí de travesía y también las rutas con raquetas de nieve. Se puede obtener más información sobre estas rutas en el propio parque natural, en las localidades de Boí y Espot, donde se encuentran las dos Casas del Parque Nacional.

Lago de Colomers. Foto de David Gaya, Wikimedia Commons.

La afluencia anual de personas en el Parque Natural de Aigüestortes y Lago de San Mauricio supera los 300.000 visitantes.

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