Todo el mundo sabe que hay que hacer una serie de cosas a lo largo de la vida sin las que, por así decirlo, no tendríamos redención. Normalmente son tres las cosas que se consideran que darán sentido a nuestra vida: tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. Sin embargo, para los viajeros empedernidos puede no ser suficiente realizar las tres cosas o puede incluso que prefieran sustituir una de ellas por algún destino por el que sienta especial antojo. En 2.0 Viajes empatizamos completamente con esas personas y por ello hemos decidido seleccionar diez lugares del Planeta que tienen que visitarse alguna vez en la vida. Cueste lo que cueste.
En esta entrada presentamos los primeros cinco destinos de nuestro top 10 de destinos que visitar una vez en la vida, entre los cuales podemos encontrar un destino español, otro estadounidense, otro turco, otro mauritano y otro ucraniano. Una ensalada de países y lugares que sustraen el aliento y despiertan algo hoy tan escaso como la capacidad para sorprendernos. Ahí van:
1. Parque Nacional de Timanfaya, Islas Canarias:
Timanfaya es un paisaje volcánico que se extiende a lo largo de unos 51 km² de superficie. Se encuentra al suroeste de la isla de Lanzarote (Canarias, España), donde la actividad volcánica ha sido muy intensa durante los últimos siglos. Se recuerdan especialmente las erupciones de 1799, que enterró varios pueblos y que generó una nueva montaña, y de 1824, que creó las elevaciones de Volcán de Tinguatón, Tao y Nuevo del Fuego. Aún hoy existen algunos géiseres y hornos en los que se puede hasta cocinar alimentos. En 1974 se le declaró Parque Nacional y en 1993, la Unesco incluyó el Parque Nacional de Timanfaya, junto con el resto de Lanzarote, en la calificación de Reserva de la Biosfera. Los amantes del avistamiento de aves también tienen aquí un lugar de especial interés, pues es Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
2. La Gran Fuente Prismática, Yellowstone:
La Gran Fuente Prismática de Yellowstone se considera la mayor fuente de aguas termales de Estados Unidos y, según se afirma en la wikipedia, es la tercera mayor del mundo. La extensión de esta poza de agua es de 7.200 m² y sus aguas brotan a una temperatura de 70 ºC. La denominación de «prismática» se debe a que los colores que hay alrededor de las aguas tienen muchas de las tonalidades que se crean al pasar un rayo de luz por un prisma: y, ciertamente, parece que se trata de un arcoiris. No obstante, hay que saber que los colores de la Gran Fuente Prismática no se deben a la refracción de la luz, sino a las bacterias pigmentadas que habitan en los alrededores.
3. Las cascadas blancas de Pamukkale, Denizli:
Junto a la ciudad turca de Denizli (Turquía), se encuentra unos de los paisajes más emblemáticos de la península de Anatolia: las cascadas de Pamukkale. También son fuentes de aguas termales ricas en bicarbonato y calcio, lo que genera que se vayan formando capas de de bicarbonato de calcio y roca caliza de color blanco que otorgan al paisaje una personalidad única. Muy cerca de las cascadas blancas de Pamukkale se encuentra la antigua ciudad de Hierápolis, de origen helenístico y que los romanos usaban como residencia veraniega y como lugar de recuperación por las aguas termales de las cascadas de Pamukkale. Ambos lugares forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1998 con la denominación Hierápolis – Pamukkale.
4. La estructura de Richat, en Sahara:
La estructura de Richat tiene varios nombres, como el Ojo del Sahara o Guelb er Richat, pero todos se refieren una estructura circular de unos 40 kilómetros de diámetro que se encuentra en Mauritania. Los expertos afirman que esta estructura geológica es producto de la erosión de rocas ígneas que se encuentran allí desde la era proterozoica (unos 2.500 millones de años). A la formación de este inaudito lugar también han contribuido los circuitos hidrotermales que se encuentran en la zona.
5. Túnel del Amor, en Klevan:
El llamado túnel del amor, que se encuentra en Ucrania, es realmente un lugar romántico para dar un paseo con la pareja, siempre y cuando el fragor del acero no interrumpa el mágico momento. Y fragor no porque se libren batallas en su entorno de cuando en cuando, sino porque el túnel es un tramo de tres kilómetros de extensión por el que pasa tres veces al día el tren de una cercana fábrica de maderas. El túnel del amor está formado por árboles cuyas ramas forman un arco sobre las vías del tren.
En la próxima entrada desvelaremos los siguientes cinco lugares que merecen la pena ser visitados una vez en la vida.
1 respuesta hasta ahora ↓
1 Solo tienes una vida, ¡viaja! | // 18 de septiembre de 2015 a las 10:44
[…] significado de la palabra viajar, tendrás que poner rumbo a aquellos lugares del mundo que hay que visitar al menos una vez en la vida. Descúbrelos uno a uno para poder gritar bien alto: ¡Yo estuve […]
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