24 años del accidente de Chernobyl

26 de abril de 2010 por Marina · 1 Comentario · Curiosidades, Sin categoría

A la 1.23 de la mañana del 26 de Abril de 1984, la Planta Nuclear de Chernobyl sufrió el mayor accidente que una planta nuclear había sufrido hasta la fecha. 31 personas murieron poco tiempo tras la explosión, con varias miles más muriendo años después debido a las enfermedades que sufrieron al estar expuestos a altísimos niveles de radiación.

La planta nuclear se encuentra en Prípiat, un pueblo de Ucrania que se construyó para las familias de los trabajadores de la planta. Minutos después de la explosión, los niveles de radiación alcanzaron mil veces los límites que se consideraban ‘seguros’ para el ser humano.

La explosión causó un incendio en el 4º bloque, el bloque afectado. Las autoridades llamaron a los bomberos de Prípiat. Tras varias horas, se logró apagar el incendio, y los bomberos consiguieron parar el fuego de uno de los puntos más importantes, el pasillo que conectaba el bloque 4 con el bloque 3, donde había otro reactor. Sin embargo, al ser mayor que un incendio habitual, con una mayor concentración de gases venenosos y un alto nivel radiactivo, el uniforme de los bomberos no les protegió. Los primeros bomberos tuvieron que salir tras menos de una hora, con síntomas de ‘envenenamiento por radiación’, que incluían vómitos, mareos y, al quitarse los guantes, muchos también se quitaron la piel de las manos. Los trabajadores que aun quedaban en el edificio lograron evitar consecuencias más terribles dado que consiguieron regular los niveles de hidrógeno, que de no estar bajo control, habría causado una explosión mayor.

Como consecuencia, la ciudad fue evacuada en menos de 48 horas. Por falta de información, los habitantes creyeron que la evacuación iba a ser un hecho temporal. Hoy, 24 años después, aun quedan casas y escuelas abandonadas, y periódicos de 1986 y fotografías personales vuelan con el viento a través de las calles desiertas.

Se decretó una zona de alineación de unos 10 kilómetros, que se expandió más tarde hasta cubrir esta parte de Ucrania, parte de Bielorusia y una parte de Rusia. Los ciudadanos de las zonas cercanas, que más tarde fueron cubiertos por una sábana de radiación, no fueron avisados hasta pasados unos días.

Los niveles de radiación causaron grandes daños no solo a aquellas personas que respondieron de inmediato al accidente, si no que también causaron graves daños a las poblaciones cercanas. Debido a los fuertes vientos, la nube no alcanzó la capital, Kiev, hasta días más tarde. Sin embargo, aun hoy siguen desapareciendo pueblos que se encuentran a 50 o 60 kilómetros de Prípiat. La nube tóxica llegó hasta otra planta nuclear en Suecia, donde el nivel de radiación era tan alto que los técnicos pensaron que había habido un error en la planta sueca. Más tarde, al hacer un chequeo completo, se dieron cuenta que la explosión había ocurrido a miles de kilómetros.

Mientras que una dosis letal se considera unos 500 roentgens por hora, se calcula que después de la explosión inicial los límites alcanzaron los 20,000 roentgens por hora. Hoy en día, el nivel de radiación ha bajado. Sin embargo, al colocar un contador Géiger en una de las carreteras desiertas, el nivel de radiación sigue siendo alto, y al colocarlo cerca de unas plantas, que absorben la radiación con más facilidad, el nivel se multiplica 8.5 veces.

Se ofrecen varias excursiones que llevan a los turistas a visitar la ‘Zona de Alienación’, de un radio de unos 30 kilómetros. No se recomienda pasar mucho tiempo en esta ciudad fantasma. El precio de las excursiones, que duran unas 6 horas, puede variar desde los 180 hasta los 1125€. Todos los turistas deben pasar un test que mide el nivel de radiación antes de entrar y después de salir de la zona.  Todos los grupos son acompañados por agentes de la ley y otros monitores. No se recomienda desviarse de la carretera, dado que allí los niveles de radiación son más bajos. No se puede tomar bebidas durante la excursión, y desde luego no se pueden coger las numerosas setas y plantas que forman la única población de la ciudad, dado que los organismos vivos absorben la radiación por más tiempo y con más facilidad.

El llamado ‘Bosque Rojo’, a las afueras de la ciudad, se llama así por su distintivo color que recibió después de la nube de radiación. Una gran parte del bosque fue tallado dado que había absorbido mucha radiación. Una gran parte de la flora y fauna murieron después de la explosión, y los árboles que crecen hoy en esta zona tienen un aspecto peculiar, con ramas que van hacia el suelo, y no hacia el cielo. Los animales que siguen viviendo en el bosque también tienen mutaciones genéticas, y a pesar del aun existente nivel de radiación, de 1 roentgen por hora, se ha formado una curiosa biodiversidad de flora y fauna en la zona.

Los visitantes podrán ver las ruinas de los edificios, los colegios abandonados con libros sobre las mesas, y las viviendas que aun conservan los objetos personales de sus habitantes. El parque de atracciones de Prípiat, fácilmente reconocido por su enorme noria, parece sacado de un mundo post apocalíptico. Los visitantes también podrán ver el enorme sarcófago que se construyó para enterrar los restos de la planta nuclear. Los mejores prognósticos para la región dicen que pasarán unos 600 años antes de que la vida pueda volver a este lugar.

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