Después de haber ilustrado las posibilidades turísticas de una ciudad tan increíble como Úbeda, en esta ocasión nos adentraremos en los recovecos de su hermana gemela Baeza —la próxima entrada tratará de la tercera joya andaluza: Baena—. Baeza es hermana gemela de Úbeda en cuanto a que comparten los mismos méritos arquitectónicos tan celebrados por la Unesco, la organización que estableció en 2003 la denominación de «Conjuntos monumentales renacentistas de Úbeda y Baeza» para ensalzar las maravillas arquitectónicas y el original desarrollo urbanístico renacentista que tuvo lugar en ambas localidades y que definiría completamente las líneas de la arquitectura hispanoamericana en la época colonial. Baeza está ubicada en la esquina meridional de la meseta de La Loma, donde se alzan las dos localidades gemelas, sobre unos cerros antaño amurallados que parece que fueron prácticamente inexpugnables durante las épocas medievales. Hoy, sin embargo, no se conservan las murallas, porque Isabel la Católica mandó arrasarlas para terminar con las contiendas nobiliarias entre los Carvajal y los Benavides, que arruinaban la región. En cualquier caso, sigue impresionando su ubicación, así como las vistas que tiene Baeza del Guadalquivir y que pueden apreciarse desde el cerro, conocido como el Cerro del Alcázar.
Al igual que Úbeda, Baeza tiene un sector intramuros y otro sector extramuros. Como no puede ser de otra manera, el sector intramuros es el núcleo de la ciudad y, por ello, el recinto en que se conserva un mayor número de edificios renacentistas. La plaza principal del casco antiguo es la plaza de Santa María, que parece que fue originada en la Baja Edad Media y que cuenta con destacadísimos monumentos. El principal de ellos es la catedral de la Natividad de Nuestra Señora, que se construyó sobre la antigua mezquita de la ciudad, que, según se dice, se construyó también sobre una antigua iglesia visigótica; además, como dato de enorme simbolismo para la iglesia católica, esta catedral fue el primer templo cristiano consagrado en Andalucía al calor de la reconquista castellana. Junto a la catedral se encuentran las Casas Consistoriales Altas, de estilo gótico, y lugar de reunión del concejo de la ciudad desde la Edad Media al siglo XIX, la fuente de Santa María frente a la catedral —está compuesta por una especie de arco del triunfo que pretende conmemorar el fin de las obras para que llegara el agua a la ciudad— y el Seminario de San Felipe Neri tras la fuente.
Tanto detrás del Seminario de San Felipe Neri como detrás de la catedral se encuentran sendos palacios de hermosa factura. Detrás de la catedral se encuentran el palacio de Rubín Ceballos y los restos de la antigua iglesia de San Juan Bautista. El palacio más impresionante, sin embargo, es el que está detrás del Seminario, que es el palacio de Jabalquinto, el cual exhibe una exquisita fachada plateresca. Detrás de él se encuentra la antigua universidad de la Santísima Trinidad de Baeza —que fue una escuela teológica de gran prestigio y que hoy alberga las aulas de un instituto— y anexo a la universidad el Arco del Barbudo. Hacia el este de la universidad se encuentra otra serie de edificios relevantes arquitectónicamente hablando, todos ellos reunidos en torno a la preciosa plaza del Pópulo. Estos son la Audiencia Civil y las Escribanías, la puerta de Jaén y el Arco de Villalar, las Antiguas Carnicerías, el Hospital de San Juan Abad, el Balcón de la Ciudad, el pósito y la correspondiente Alhóndiga. Muy cerca se conservan algunos restos de la muralla medieval, así como los restos de un poblado de la Edad de Bronce que nos recuerdan que el ser humano quizá pase, pero sus actos dejan una huella indeleble durante milenios…
Los extramuros de Baeza
Si bien el casco antiguo ostenta este importante patrimonio histórico, la zona de extramuros tiene una veintena de edificios y rincones que dejan boquiabierto al viajero. La puerta de Úbeda, que integraba la antigua muralla y está cerquita de la iglesia de Santa Cruz, es un buen punto para comenzar recorrer las calles de Baeza. A mano izquierda se pueden contemplar el Colegio Santiago de la compañía de Jesús y la torre de los Aliatares, de factura musulmana erigida en el siglo XII. Perpendicular a la torre sale la calle donde se encuentran el palacio de los Salcedo, el palacio de Sánchez Valenzuela y la casa de los Acuña y la de los Cabrera; frente a ellas la iglesia de San Pablo, de estilo gótico erigida en los siglos XIV y XV. Precisamente en esta parte de la ciudad se encuentra el mayor número de edificios religiosos históricos: la iglesia de El Salvador, la iglesia de San Andrés, la iglesia de los Trinitarios Descalzos; y los conventos de San Antonio, de la Magdalena y de la Encarnación. Por último, junto a las ruinas de San Francisco, se encuentra el ayuntamiento y la antigua Casa de la Justicia.
La Semana Santa en Baeza se vive con una pasión especial y una devoción muy intensas. Desde el Domingo de Ramos se celebran 19 procesiones y 33 pasos, lo que trasluce una arraigada tradición religiosa en la ciudad donde antaño hubo hasta una facultad de Teología llamada, con arrogancia y acierto, de la Santísima Trinidad. La riqueza de las procesiones y pasos de las cofradías de Baeza han merecido el reconocimiento del Ministerio de Educación y Cultura española, que nombró la Semana Santa baezana Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1980.
El lector puede encontrar más información sobre Baeza y sus facetas turísticas en la página del Ayuntamiento de Baeza.
Las otras dos joyas andaluzas:
→ Úbeda
→ Baena
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