A aproximadamente una hora de viaje hacia el sur de Agadir, en Marruecos, encontramos el Parque Nacional de Souss-Massa. Es uno de los últimos refugios verdes antes de alcanzar el desierto marroquí y se ha convertido en una importante reserva natural en la que resisten especies en peligro de extinción —aunque poco nos diga el nombre al común de los mortales, el ave ibis eremita encuentra en Souss-Massa el reducto de su supervivencia.
Este parque nacional de Marruecos toma prestado el nombre de los ríos Souss y Massa, que parten sus casi 40.000 hectáreas de superficie en tres lenguas de tierra que bajan en forma triangular desde las estribaciones del Atlas y el Antiatlas. La región en la que se encuentra este parque es la de Sus-Masa-Draa, con capital en la famosa ciudad de Agadir, que fundaron los portugueses en el año 1500. Con frecuencia los turistas y viajeros que visitan Agadir realizan una excursión de un día al Parque Nacional de Souss-Massa.
Si algo distingue a este entorno natural de otros parques marroquíes es la gran variedad de aves —el parque está amparado por el convenio de Ramsar— que se pueden encontrar en él: ya hemos mencionado que se trata del último refugio del ibis eremita, aunque otras especies son la garza imperial, el corredor sahariano o los flamencos. Pero no sólo se pueden ver multitud de pájaros oriundos o migrantes, sino también mamíferos como el chacal, el gato salvaje africano, el zorro rojo, antílopes addax y órix y algunas gacelas; también una rica variedad de reptiles, desde el eslizones y salamanquesas hasta tortugas.
Desde el punto de vista del viajero que desea impregnarse de la esencia de los países, visitar el Souss-Massa se traduce en una decisión bastante económica. El área del parque alberga toda clase de paisajes marroquíes. Costas arenosas, campos de cultivo, dunas de arena, acantilados rocosos y también bosques de uno de los árboles típicos del Magreb, el argán, entretejen los ropajes paisajísticos del Souss-Massa. La variedad del panorama, que combina zonas de mayor humedad con otras zonas más áridas difíciles para la vegetación, son el vivo retrato del Marruecos más profundo.
Pero el Parque Nacional de Souss-Massa puede no constituir el suficiente atractivo turístico para aquellos que se inclinan más por admirar patrimonios histórico-artísticos. Además de Agadir, los viajeros que cultivan este gusto hallarán satisfactorias las visitas a la ciudad fortificada de Tiznit, que tiene su origen en el último cuarto del siglo XIX, o la interesante ciudad colonial española de Sidi Ifni, en la que se puede disfrutar de una de las playas más peculiares y cautivadoras del mundo: la playa de Legzira.
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