El Parque Nacional de Souss-Massa, en Marruecos

4 de mayo de 2012 por Paco Almádena · África, Aventura, Marruecos, Naturaleza, Playa, Viajes

A aproximadamente una hora de viaje hacia el sur de Agadir, en Marruecos, encontramos el Parque Nacional de Souss-Massa. Es uno de los últimos refugios verdes antes de alcanzar el desierto marroquí y se ha convertido en una importante reserva natural en la que resisten especies en peligro de extinción —aunque poco nos diga el nombre al común de los mortales, el ave ibis eremita encuentra en Souss-Massa el reducto de su supervivencia.

Este parque nacional de Marruecos toma prestado el nombre de los ríos Souss y Massa, que parten sus casi 40.000 hectáreas de superficie en tres lenguas de tierra que bajan en forma triangular desde las estribaciones del Atlas y el Antiatlas. La región en la que se encuentra este parque es la de Sus-Masa-Draa, con capital en la famosa ciudad de Agadir, que fundaron los portugueses en el año 1500. Con frecuencia los turistas y viajeros que visitan Agadir realizan una excursión de un día al Parque Nacional de Souss-Massa.

La verde vega del Massa. Foto de JP.Neri, Wikimedia Commons.

Laguna de Oued Massa. Foto de Jimfbleak, Wikimedia Commons.

Si algo distingue a este entorno natural de otros parques marroquíes es la gran variedad de aves —el parque está amparado por el convenio de Ramsar— que se pueden encontrar en él: ya hemos mencionado que se trata del último refugio del ibis eremita, aunque otras especies son la garza imperial, el corredor sahariano o los flamencos. Pero no sólo se pueden ver multitud de pájaros oriundos o migrantes, sino también mamíferos como el chacal, el gato salvaje africano, el zorro rojo, antílopes addax y órix y algunas gacelas; también una rica variedad de reptiles, desde el eslizones y salamanquesas hasta tortugas.

El ibis eremita. Foto de Richard Bartz, Wikimedia Commons.

Una garza real en el parque. Foto de MPF, Wikimedia Commons.

Cabras subidas a un argán. Foto de marco arcangeli, W. Commons.

Argán, hoy muy de moda porque de él se extrae el preciado aceite de argán.

Desde el punto de vista del viajero que desea impregnarse de la esencia de los países, visitar el Souss-Massa se traduce en una decisión bastante económica. El área del parque alberga toda clase de paisajes marroquíes. Costas arenosas, campos de cultivo, dunas de arena, acantilados rocosos y también bosques de uno de los árboles típicos del Magreb, el argán, entretejen los ropajes paisajísticos del Souss-Massa. La variedad del panorama, que combina zonas de mayor humedad con otras zonas más áridas difíciles para la vegetación, son el vivo retrato del Marruecos más profundo.

Ciudadela de Tiznit. Foto de Theoliane, Wikimedia Commons.

Famosa foto de la playa de Legzira, en Ifni. Wikimedia Commons.

Vieja calle de Tiznit. Foto de Theoliane, Wikimedia Commons.

Calle colonial de Ifni. Foto de Eigenes Werk, Wikimedia Commons.

Pero el Parque Nacional de Souss-Massa puede no constituir el suficiente atractivo turístico para aquellos que se inclinan más por admirar patrimonios histórico-artísticos. Además de Agadir, los viajeros que cultivan este gusto hallarán satisfactorias las visitas a la ciudad fortificada de Tiznit, que tiene su origen en el último cuarto del siglo XIX, o la interesante ciudad colonial española de Sidi Ifni, en la que se puede disfrutar de una de las playas más peculiares y cautivadoras del mundo: la playa de Legzira.

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2.0 Viajes viaja al pasado (II): rescatamos la serie «Regreso a la Edad Media de la Toscana»

1 de mayo de 2012 por Paco Almádena · Cultura, Europa, Historia, Italia, Turismo, Turismo Rural, Viajes

El pasado 6 de abril inauguramos una nueva «sección» cuya justificación es, simplemente, recuperar diversas series de reportajes aparecidos en 2.0 Viajes con cierto éxito de audiencia. Si en aquella ocasión se reestrenó la colección «Tres vértices de Centroamérica», que trataba sobre Cartagena de Indias, Granada de Nicaragua y Veracruz, esta vez queremos poner de reestreno una de las colecciones de artículos que más ha gustado a nuestros lectores: «Regreso a la Edad Media de la Toscana», que permite apreciar el rico patrimonio histórico-artístico medieval que se conserva en esta famosa región de Italia.

Regreso a la Edad Media de la Toscana

«Regreso a la Edad Media de la Toscana» realiza un recorrido por tres pueblecitos toscanos que conservan prácticamente íntegro un casco antiguo levantado en la Edad Media, tremendamente rico en detalles y exponentes extraordinariamente fieles del estilo arquitectónico medieval italiano. Estas tres pequeñas y encantadoras localidades son San Gimignano, Monteriggioni y Volterra. La fama de esta última, ya de por sí vasta, ha retumbado en los cinco continentes por ser el telón de fondo de la saga de Crepúsculo, en concreto en el título Luna nueva, en la que Volterra aparece como el bastión de los Volturi, los vampiros malvados. A continuación enlazamos los tres reportajes, acompañados de un pequeño extracto:

San Gimignano, la ciudad de las 72 torres

Pequeño pueblito cuya población no alcanza las 5.000 personas, San Gimignano se encuentra a unos 60 km al suroeste de la gran Florencia. En la Edad Media, los patricios de la ciudad adoptaron como forma de expresar su pujanza y pompa la construcción de esbeltas, aunque poderosas, torres —hay hasta 72 torres. La plaza de la Cisterna, con las torres del Diablo, la via San Giovanni o el palacio Vecchio son tres lugares emblemáticos de la localidad.

 

La fortaleza de MonterrigioniMonteriggioni, digna de la Divina comedia de Dante

Dante Alighieri en el canto XXXI del ‘Infierno’ de su Divina comedia recordaba la ciudadela de Monteriggioni: «De la misma manera que Montereggioni [sic] corona de torres su recinto amurallado»… A unos 15 km de Siena surge de la Toscana el pequeño pueblo de Monteriggioni, que, lejos de perder sus raíces medievales, las revive cada julio con torneos de caballeros, mercados medievales…

 

Volterra, en la ToscanaLa bella Volterra, de la Edad de Roma al Renacimiento italiano

A 30 km al suroeste de San Gimignano se encuentra la cinematográfica Volterra. Lugar de suma importancia desde los etruscos y romanos, conserva una gran cantidad de restos romanos, como el teatro. Más compleja que las dos anteriores, Volterra es una ciudad llena de palacios y torres en la que especialmente destaca la fortaleza Medicea, que perteneció a la familia Médici.

 

En resumen, tres lugares de la Toscana que se salen del circuito turístico habitual y que prometen recuerdos inolvidables por el genuino sabor medieval de sus cascos históricos y por la calidad en la conservación de las estructuras medievales de la ciudad. ¡Larga vida a la Toscana medieval!

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Frías, en Burgos: congelada en la Edad Media

27 de abril de 2012 por Paco Almádena · Burgos, España, Festejos, Historia, Rutas, Turismo, Turismo Rural, Viajes

Ubicación de Frías (Google maps).

Ubicada en las últimas estribaciones de la comarca burgalesa de las Merindades, en la región del Alto Ebro, Frías (al norte de Burgos) siempre ha sido un punto de paso importante sobre el río más caudaloso de España. Precisamente uno de los monumentos más importantes de una localidad que ostenta el título de Conjunto Histórico Artístico por su abundante patrimonio medieval, y a la vez de los más impresionantes por sus dimensiones, es el puente medieval, que parece haber sido de factura romana, aunque reconstruido y apuntalado en diversos momentos de la Edad Media. Ahora que hablamos de ríos y puentes resulta oportuno mencionar que el nombre de «Frías» parece proceder de la expresión «Aguas Fridas», es decir «Aguas Frías», voz que terminaría derivando simplemente en «Frías», el topónimo actual de la ciudad. Y sí, Frías es una ciudad porque, aunque su población no supere hoy los 300 habitantes, el rey Juan II de Castilla le otorgó ese título con la intención de cambiársela al conde de Haro, don Pedro Hernández de Velasco, por la ciudad de Peñafiel cuando alboreaba el segundo tercio del siglo XV. —Curiosa actividad nobiliaria la del tráfico de ciudades…—

Frías vista desde su lado sureste, con el castillo de los Velasco al oeste y la iglesia de San Vicente al este. Foto de Jsanchezes, Wikimedia Commons.

Sin demasiados aspavientos contemporizará el lector con el aserto de que la imagen de un puente simboliza una entrada o un camino que interna al viajero en algún lugar. Por eso comenzaremos esta e-visita a Ciudad de Frías con la ilustración del puente romano y medieval que se encuentra al norte del municipio y que cruza el río Ebro. Parece que sobre él discurría en tiempos de los latinos una calzada romana capital para las rutas comerciales que se habían establecido entre la meseta y la costa Cantábrica. Tan relevante llegó a ser el tráfico comercial por este precioso puente de nueve arcos que, para asegurar los cobros que exigía a los transeúntes el derecho de pontazgo, se erigió en su mitad una torre que data de finales del siglo XIV o principios del XV. Hoy parece una injusticia, pero el derecho de pontazgo, que permitía cobrar un dinero a quienes lo cruzaban, servía sobre todo para reparar los deterioros generados por la intemperie y el tráfico de personas y carretas —una especie de impuesto de circulación. El puente de Frías es uno de los mejores ejemplos españoles de puente fortificado.

Los arcos centrales del puente de Frías son ojivales. Foto de Kadellar, Wikimedia Commons.

El puente de Frías atraviesa el Alto Ebro desde el norte hacia Frías. Foto de Windwhistler, W. Commons.

Hija de la palabra «inexpugnable»

Ciudad de Frías parece congelada en el tiempo, encaramada a un escarpado promontorio, o muela, que le ofrece una posición defensiva inmejorable. La localidad se fortificó al comenzar el siglo XIII con un sólido cinturón de muralla que aún conserva tres puertas por las que se accede al municipio: la puerta de Medina, la más cercana al castillo, la puerta del Postigo, muy cercana a la iglesia de San Vicente, y la puerta de la Cadena, que era el paso principal hacia el recinto. Anterior en el tiempo es el castillo de Frías —en torno al siglo X—, aunque no será hasta el reinado de Alfonso XIII cuando el castillo adquiere un mayor valor estratégico. En el siglo XV, el duque Pedro Fernández de Velasco inicia una serie de obras de mejora que le dan al castillo su aspecto actual sobre el peñón de la muela. La torre del homenaje es el punto más alto de la fortaleza y contribuye decisivamente al aspecto medieval de Frías.

A la izquierda, la torre del homenaje del castillo de Frías. Foto de Windwhistler, W. Commons.

Vista del castillo de Frías desde la iglesia de San Vicente. Foto de Rowanwind-whistler, Wikimedia Commons.

Panorámica que ofrece el castillo de Frías del entorno y la localidad. Foto de Rowanwindwhistler, Wikimedia Commons.

Cuenca no es la única ciudad que tiene casas colgadas, aunque sí es la única en la que se llaman «casas colgantes». En Frías también las fachadas de muchas casas se alzan sobre la pared escarpada de la muela en la que se asienta el municipio, pero se les conoce como «casas colgadas». Muchas tienen más de tres plantas y conforman una vista espectacular y curiosa, inexpugnable, sobre todo al acceder a Frías desde su lado sur. Estas casas forman uno de los lados de la calle que conduce hasta el castillo de Frías.

Las casas colgadas, en el lado sur. Foto de Rowanwind- whistler, Wikimedia Commons.

Al corazón de la Edad Media. Foto de Rowanwindwhistler, Wikimedia Commons.

Congelada en la Edad Media. Foto de Rowanwindwhistler, Wikimedia Commons.

Iglesias y celebraciones

Como no podía ser de otra forma en una ciudad que surgió en la Edad Media y que, como disecada, su epidermis y aspecto conservan la imagen original, los edificios religiosos ocupan un lugar destacado. Sin duda el templo de mayor protagonismo en Frías es la iglesia de San Vicente Mártir, ubicada en el extremo opuesto al castillo, justo sobre el cortado de la muela. Hay que buscar el origen de esta iglesia en el románico, aunque el estilo más destacado es el Barroco, que sobresale sobre todo en el retablo de las Tentaciones, uno de los tres que alberga. La iglesia de San Vítores es otro de los monumentos religiosos más señalados —está al pie del promontorio—, aunque también son destacables el convento de San Francisco (siglo XVI) y el convento de Santa María de Vadillo (siglo XIII). En los alrededores podemos encontrar también una antigua iglesia románica.

Iglesia de San Vicente. Foto de Txo, Wikimedia Commons.

Iglesia de San Vítores. Foto de Windwhistler, Wikimedia Commons.

Los próximos meses, ya más cercanos al verano, son muy propicios para visitar la localidad, ya que se celebran varias fiestas: la Cruz de Mayo, a mediados de mayo, la fiesta del Capitán —en conmemoración del alzamiento contra el poder feudal—, el 24 de junio, y la fiesta del Santo Cristo, en septiembre.

El lector puede obtener más información sobre Ciudad de Frías y sus posibilidades turísticas y gastronómicas en la página del ayuntamiento http://www.ciudaddefrias.es/.

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La hexamilenaria Kyrenia, en la costa norte del Chipre turco

25 de abril de 2012 por Paco Almádena · Asia, Chipre, Cultura, Grecia, Historia, Ocio, Playa, Turismo, Turquía, Viajes

En la costa norte de la isla de Chipre, en el territorio conocido como República Turca del Norte de Chipre, se erige un antiguo asentamiento que parece haber sido poblado desde tiempos remotísimos, al menos desde el año 4.000 a.C. —en pleno Neolítico. El nombre de la ciudad, Kyrenia, no admite engaños sobre la fundación griega del casco antiguo: parece sensato afirmar que la pequeña bahía del puerto fue colonizada por personas originarias del Peloponeso hacia el segundo milenio a.C. Los primeros registros escritos sobre la existencia de Kyrenia hay que buscarlos en documentos egipcios de la época de Ramsés III datados en el último cuarto del siglo XII a.C.

Las montañas protegen la espalda de Kyrenia. Foto de Hilmi Ayhan, Wikimedia Commons.

El antiguo puerto de Kyrenia tiene forma cóncava. Foto de Ozanhus, Wikimedia Commons.

Detrás de las casas del puerto, la característica torre de Kyrenia. Foto de dolanh, Wikimedia Commons.

Dicen los expertos en Historia que una de las principales razones por las que esta ciudad ha sido capaz de sobrevivir a 6.000 años de avatares es la estratégica posición de que goza para mantener duraderos intercambios comerciales con las costas de Asia Menor y el Egeo. No en vano, en el Museo de Pecios de Kyrenia, que se encuentra en el interior del fabuloso castillo de Kyrenia, se conserva un pecio de un barco mercante griego de la época helenística. En esta localidad mediterránea que hoy por hoy alberga del orden de 60.000 habitantes, la mayoría colonos de origen turco, fue antaño muy trascendental el citado castillo de Kyrenia, una fortaleza realmente magnífica que conserva esa imponente planta que siglos atrás arredró a los numerosos enemigos de los kyrenios.

La traza del castillo de Kyrenia resulta imponente: compárese con el hombre de la esquina izquierda. Foto de Acad Ronin, Wikimedia Commons.

Se accede al Museo Arqueológico de Kyrenia a través del enorme patio del castillo. Foto de Xenophon, Wikimedia Commons.

Se entraba al viejo puerto a través de un estrecho canal de agua protegido por el castillo. Foto de Dickelbers, Wikimedia Commons.

La posición del castillo permitía detectar las flotas enemigas desde muchos kilómetros de distancia. Foto de Xenophon, Wikimedia Commons.

Levantado originalmente por los bizantinos sobre un antiguo cuartel romano, el castillo de Kyrenia fue más adelante intensamente remodelado por los ingenieros venecianos. Su primera preocupación era la de presentar una mejor defensa frente a las nuevas armas de pólvora de gran calibre y para optaron por derruir las antiguas torres del complejo para levantar hacia 1540 los bastiones de planta circular que se pueden ver hoy en día. Todos los dominadores de la isla se han beneficiado de los sólidos muros de este castillo y no han sido pocos. Se sucedieron en la dominación los griegos, los romanos, los bizantinos, los árabes, los cruzados*, los venecianos, los turcos, los británicos y de nuevo los griegos en el siglo XX, que mantienen un contencioso con Turquía por el dominio de la isla. Nicosia, la capital de Chipre, es la única ciudad del mundo dividida por un muro, que separa a los turcos, al norte, de los griegos, al sur.

Foto del pecio de la época helenística hallado a la entrada del puerto. Foto de Xenophon, Wikimedia Commons.

Reconstrucción del hombre neolítico de Kyrenia. Foto de Xenophon, Wikimedia Commons.

Otra reconstrucción del Museo Arqueológico de Kyrenia. Foto de Xenophon, Wikimedia Commons.

El castillo de Kyrenia tenía la finalidad de proteger el puerto de los posibles asaltantes de una ciudad tan próspera como esta. El antiguo puerto de Kyrenia aún conserva todo el sabor del viejo Mediterráneo, con casas apretadas entre sí que se distribuyen paralelas al puerto. Además del paseo por el puerto, el viajero que se adentre por las calles y callejuelas de Kyrenia deberá visitar el Museo de Frescos que se ha instalado en la iglesia del Arcángel Migueliglesia de Arkhangelos, en griego—. Ineludibles son también el mercado municipal, el llamado «bandabulya», y su hormigueante trasiego de personas, el cementerio turco de Baldoken y la iglesia anglicana de San Andrés.

Los detalles góticos de la abadía aún son evidentes en muchos puntos. Foto de Wolfgang Sauber, W. Commons.

Parte de la galería del claustro de Bellapais. Foto de Jorge-11 (Flickr), Wikimedia Commons.

Claustro de la abadía de Bellpais. Foto de Jorge-11 (Flickr), Wikimedia Commons.

También en los alrededores de Kyrenia hay puntos de interés muy destacados, como por ejemplo la pequeña localidad de Bellapais, que alberga las ruinas de la abadía de Bellapais, que fue erigida a finales del siglo XII y principios del XIII, que es de estilo gótico y que aún conserva buena parte de la estructura; así como la iglesia ortodoxa de María Madre Vestida de Blanco. Por otro lado, también hay en la región diversos castillos medievales que poseen un relativo buen estado de conservación: son el castillo de Buffavento, el castillo de San Hilario y el castillo de Kantara, que erigieron los bizantinos en varios de los inaccesibles riscos de la región.

Vistas desde el castillo de Buffavento. Foto de Franco Pecchio (Flickr), Wikimedia Commons.

Foto del castillo de Kantara, encaramado a un risco de las montañas de Kyrenia. Foto de Wikimedia Commons.

Vistas de Kyrenia desde el castillo de San Hilario (Saint Hilarion). Foto de Chneophytou, Wikimedia Commons.

Pero la inabarcable Kyrenia —en alemán y en turco, por cierto, se la conoce como Girne— no se «reduce» a esta gigantesca cantidad de opciones. Ofrece también una serie de playas para despegarse el calor de los secos y largos veranos chipriotas. Escape, Ice, Kervansaray y Denizkızı son varias de ellas, aunque para disfrutar de ellas hay que pagar una pequeña cantidad de dinero. Otra de las opciones turísticas que ofrece la visita a esta poco conocida ciudad del Mediterráneo es el avistamiento de tortugas marinas y los tours en barca desde Kyrenia hasta diversos puntos de la costa de Asia Menor, como Alanya, que también ofrece patrimonio y distracción a sus visitantes.

* Ricardo Corazón de León arrebataría a los bizantinos la isla de Chipre, tras haberla estos recuperado a los árabes, para proclamarse su rey. Más tarde, el propio Ricardo se la vendería a los hospitalarios de San Juan y estos, luego de unas sangrientas rebeliones internas, a la casa de Guy de Lusignan, que serían reyes de Chipre durante más de tres siglos.

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La antigua capital vietnamita de Hoa Lu

20 de abril de 2012 por Paco Almádena · Asia, Cultura, Curiosidades, Festejos, Historia, Religión, Turismo, Viajes, Vietnam

En los convulsos inicios del actual estado de Vietnam, allá por el siglo X, las primeras dinastías vietnamitas surgieron en un extraño lugar a 90 km al sur de la actual ciudad de Hanói: Hoa Lu. La orografía de la región de Hoa Lu, que combina los llanos propicios para cultivar el arroz y las desperdigadas colinas de caliza prácticamente cortadas a pico sobre el llano, beneficiaba la posición defensiva de los habitantes de la ciudad de Hoa Lu. La antigua ciudad estaba rodeada de muros de arena apuntalados por empalizadas de madera cuyos trazos iban uniendo los inaccesibles promontorios de roca caliza de este verde valle vietnamita.

La primera dinastía del actual estado de Vietnam fue la dinastía Dinh, que fundara el señor de la guerra local Đinh Bộ Lĩnh hacia el año 968. La segunda dinastía que apareció en estas tierras fue la dinastía Le, cuyo fundador fue Le Dai Hanh. En el año 1010, el pionero de otra dinastía —la Lý—, Lý Công Uan, decidió trasladar la capital del reino desde Hoa Lu hasta Hanói, una decisión que el tiempo ha terminado por juzgar más acertada que la de los creadores de las otras dinastías. Todavía se percibe la doble división de la antigua capital de Vietnam en dos zonas: la ciudadela interna —que ya no existe como tal— y la ciudadela externa, que es donde se concentra el mayor número de templos, palacios y santuarios de la ciudad. Los fundadores de las dos dinastías se encuentran sepultados en la cercana montaña de Mã Yên: Đinh Bộ Lĩnh en la cima; Le Dai Hanh, al pie.

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Puerta de acceso fluvial a Hoa Lu desde la que se aprecia la orografía del valle. Foto de vi:Thành viên:Kien1980v, W.C.

Decenas de monumentos históricos proliferan en la antigua capital vietnamita. Uno de los más importantes es el templo de Dinh Tien Hoang, edificado por los antiguos habitantes de Hoa Lu en honor del primer emperador de Vietnam, Dinh Bo Linh, cuyos restos allí yacen. A dos centenares de metros de este último se encuentra el templo de Le Dai Hanh, a cuya espalda se halla el monte Den, y que representa un interesante ejemplo de la arquitectura y el arte del siglo X en Vietnam: se compone de cinco cámaras en las que hay una estatua del emperador Le Hoan —llamado a su muerte Le Dai Hanh— y de su esposa Duong Van Nga. Este mismo emperador ordenó edificar en Hoa Lu una curiosa pagoda llamada Nhat Tru, que contiene una importante cantidad de objetos sagrados de los siglos X y XI.

Uno de los promontorios de piedra caliza del valle de Hoa Lu. Foto de DoktorMax, Wikimedia Commons.

Una de las principales entradas a la antigua capital de Vietnam, Hoa Lu. Foto de Kien1980v, Wikimedia Commons.

Entrada a la pagoda de Nhat Tru. Foto de Kien1980v, Nhat Tru Pagoda.

Entrada a la cueva de Thien Ton Cave. Foto de Kien1980v, Wikimedia Commons.

Pero quizá el lugar sagrado más curioso de Hoa Lu sea la cueva de Thien Ton, que está compuesta por dos cámaras, una dedicada al culto budista —la más externa— y otra dedicada al culto daoísta vietnamita para los seres inmortales —más estrecha y profunda. En la zona budista existen varias estatuas doradas del Buda y una serie de columnas en las que hay talladas dragones, que era el símbolo dominante de la dinastía Le. El complejo está completamente rodeado de árboles frutales , lo cual contribuye a imaginar el momento en el que el emperador Dinh Bo Linh se internó en la cueva para escuchar el oráculo sobre su destino en medio de la feroz guerra que estaba librando otra una docena de señores de la guerra y que le daba como vencedor del conflicto. Otros sitios importantes de Hoa Lu son el templo de Noi Lam y la pagoda de Ban Long.

Entre los promontorios, el templo de Le Dai Hanh. Foto de Nguyễn Thanh Quang, Wikiemdia Commons.

El lago de la Media Luna, en el templo del rey Ding TienHoang. Foto de Jean-Pierre Dalbéra, W. Commons.

Festival anual de Hoa Lu, procesión a la entrada del santuario de Dinh Tien Hoang. Foto de Kien1980v, W.C.

Ofrendas durante el festival en el templo de Dinh Tien Hoang. Foto de Kien1980v, Wikimedia Commons.

El tercer mes lunar de cada año se celebra en Hoa Lu un festival en el que se realiza una procesión junto al río Hoang Long para dirigirse a los templos de los dos reyes: Dinh Tien Hoang —dedicado a Dinh Bo Linh— y al de Le Dai Hanh —dedicado a Le Hoan. Además de las ceremonias tradicionales vietnamitas, este festival incluye una serie de juegos típicos y verbenas. Colorido y tradicional, el Festival Anual de Hoa Lu es la guinda a una visita esencialmente exótica y extraña a los ojos occidentales.

Hoy en día Hoa Lu es uno de los destinos turísticos más visitados de Vietnam y, en concreto, de la provincia de Ninh Binh Otros lugares de gran simbolismo histórico y religioso para los vietnamitas en esta misma provincia son la catedral de Phat Diem —una iglesia cristiana construida a la manera de los viejos templos vietnamitas—, la ruta fluvial de Tam Coc y Bich Dong —que discurre entre arrozales y promontorios calizos que a veces tienen cuevas fruto de la erosión del agua—, el complejo religioso de Bai Dinh, las grutas de Trang An y el Parque Natural de Cuc Phuong.

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Tsodilo: miles de pinturas rupestres en un remoto paraje del Kalahari

13 de abril de 2012 por Paco Almádena · África, Aventura, Botsuana, Cultura, Historia, Patrimonio de la Humanidad, Turismo, Viajes

El único lugar que es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en Botsuana es el solitario paraje de Tsodilo, que se encuentra en el la parte botsuana del desierto del Kalahari y al oeste del famoso delta del Okavango. Este lugar está compuesto por cuatro colinas de piedra que se levantan en medio del desierto: tres de ellas tienen los nombres de «Macho» —1.400 msnm—, «Hembra» y «Niño»; la cuarta, más pequeña, tiene nombre de «nieto». Este lugar ha sido un lugar de especial trascendencia para los bosquimanos y los hambukushu, que lo habitaron desde hace milenios: siempre lo han tenido por un importante lugar sagrado para su cultura, como denotan los topónimos bosquimanos de Tsodilo: «Montañas de los dioses» y «Rocas que susurran».

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Uno de los promontorios rocosos de Tsodilo. Foto de Joachim Huber (Flickr), Wikimedia Commons.

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La colina conocida como «Padre», cortada a pico. Foto de Joachim Huber (Flickr), Wikimedia Commons.

Las tribus que habitan estos lugares siempre han considerado Tsodilo como un lugar sagrado y digno de veneración no sólo por el simbolismo propio de las culturas animistas, sino también porque se considera que Tsodilo es el lugar donde habitan los ancestros. Esta percepción de sacralidad es muy antigua entre los habitantes de la región y por ello a lo lago de los siglos se han realizado cultos y representaciones pictóricas en las piedras que tienen que ver con ancestrales ritos propiciatorios. Se calcula que este lugar fue usado como refugio por sus cuevas desde hace unos 100.000 años.

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Pinturas de animales salvajes. Foto de Joachim Huber, Wikimedia Commons.

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Foto de Joachim Huber (Flickr). Wikimedia Commons

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Foto de Joachim Huber (Flickr), Wikimedia Commons.

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Foto de Joachim Huber, Wikimedia Commons.

En Tsodilo hay más de 4.500 pinturas rupestres, algunas con más de 20.000 años de antigüedad y representan toda clase de animales, desde especies salvajes —leones, rinocerontes, antílopes, ñúes…— hasta animales domésticos y también seres humanos. El valor histórico-artístico de estas pinturas, así como su carácter excepcional en esta región del mundo ha llevado a arqueólogos y visitantes a denominar Tsodilo con el ambicioso y simpático apelativo de «Louvre del desierto».

La Unesco denominó Tsodilo Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 2001 por el valor histórico-artístico del mismo, puesto que ha sido habitado por el ser humano desde hace milenios y porque estos afloramientos rocosos han tenido a lo largo de generaciones un valor simbólico y significado religioso. El lector puede encontrar más información sobre Botsuana en la Guía de viajes Mundicolor: Botsuana.

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El templo de los reyes Hung, destino de millones de peregrinos vietnamitas

10 de abril de 2012 por Paco Almádena · Asia, Cultura, Curiosidades, Historia, Turismo, Viajes, Vietnam

Después de la saturación religiosa y las exacerbadas muestras de fervor propias de las Semana Santa, un destino exótico y lejano puede ayudarnos a escapar un poquito de las procesiones y de la «terrible» vuelta al trabajo. El templo de los Reyes Hung, en Vietnam, cumple este propósito a la perfección, pues el ingrediente religioso de este exótico y extraño templo nos sirve, por un lado, de nexo saliente con la Semana Santa y, por otro lado, de ruptura con respecto a las tradicionales celebraciones occidentales. El templo Hung, o templo Hùng se encuentra a una hora y media por carretera desde Hanoi, la capital de este país asiático tan poco conocido en Occidente, pasando por Viet Tri (Việt Trì).

Valle del templo Hung. Foto de Vietnamandmore.com.

Este templo se erige sobre el monte Nghia Linh, en la provincia de Phu Tho, en el lugar donde dice la leyenda que Hung Vuong (Hùng Vương), el primer rey de la dinastía Hung, elegiría el sitio en el que se construiría la capital del naciente reino de Vietnam. A la magia del lugar contribuye el hecho de que allí confluyen los ríos Da, Thao y Lo; y siempre que hay una confluencia de tres ríos tiene que haber algo mágico… Así que para Hung Vuong era el lugar indicado después de haber analizado un centenar de lugares que no le convencieron y más aún si sabemos que era hijo del dragón Lac Long Quan y de la hada de las montañas Âu Cơ, los cuales engendraron cientos de hijos que originarían el pueblo y el reino vietnamitas… Parece que estas leyendas reflejan hechos que ocurrieron hacia el segundo milenio a. C.

Inciensos como ofrenda... Foto de Vietnamandmore.com.

Todos los años, cada décimo día del tercer mes lunar millones de vietnamitas locales y procedentes del extranjero peregrinan hasta este complejo religioso para adorar al fundador de Vietnam y del pueblo vietnamita y le ofrendan decenas de barritas de incienso en su memoria y realizan oraciones para garantizar salud y prosperidad. El director del complejo estimó que en 2012 acudirán al templo de los reyes Hung unos 6 millones de personas… La celebración tuvo lugar hace apenas 10 días, el pasado 31 de marzo.

El templo rojo... Foto de Vietnamandmore.com.

La estructura de este complejo religioso la componen cinco templos —el templo Ha, el templo Trung, el templo Thuong, el templo Gieng y un quinto templo al pie del Nghia Linh—, una pagoda —Thien Quang Thieng Tu— y un mausoleo. Debido a la complejidad de las ceremonias que se desarrollan en el templo de los reyes Hung, las autoridades vietnamitas organizan tours guiados para comprender mejor las circunstancias que rodean a esta tradición sobre la dinastía de los reyes fundadores de Vietnam.

Las autoridades vietnamitas han intentado que tanto el complejo religioso como los ritos de veneración dedicados al fundador de la dinastía fundadora de Vietnam se conviertan en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. De momento, no han podido lograr esta merced.

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2.0 Viajes viaja al pasado (I): rescatamos la serie de reportajes «Tres vértices de Centroamérica»

6 de abril de 2012 por Paco Almádena · América, Colombia, Cultura, Historia, México, Montaña, Naturaleza, Nicaragua, Ocio, Patrimonio de la Humanidad, Playa, Turismo, Viajes

En el afán de ilustrar de la mejor forma posible los diferentes destinos que se van tratando, 2.0 Viajes desarrolla ocasionalmente series de reportajes que tienen un hilo conductor común. Esto permite dar continuidad al contenido y describir más a fondo cada uno de los destinos para contar una perspectiva íntegra. Algunas de esas series han experimentado un cierto éxito entre los asiduos de 2.0 Viajes y, por ese motivo, queremos celebrar el reestreno de algunas de ellas. En esta ocasión, la serie de reportajes que se pone de reestreno es la de «Tres vértices de Centroamérica», que pretende hacer un recorrido por tres de las ciudades más importantes de la zona del Caribe; importantes no sólo por su relevancia turística actual, sino también por su dilatada historia y su trascendencia en el esquema geoestratégico de la colonia en América.

Tres vértices de Centroamérica

La serie «Tres vértices de Centroamérica» hace un recorrido por estas tres ciudades del entorno del Caribe: Cartagena de Indias (en Colombia), Granada (en Nicaragua) y Veracruz (en México). A continuación enlistamos sendos enlaces a los contenidos correspondientes acompañados de un escueto prefacio descriptivo del contenido de cada uno:

Cartagena de Indias: heroísmo, patrimonio y placer en Colombia:

Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, famosa por los castillos y fortalezas españolas, así como por su ciudad virreinal y las preciosas playas que rodean el enclave, Cartagena de Indias fue el escenario de una lucha épica entre España y Gran Bretaña en 1741 en la que los españoles de Blas de Lezo derrotaron decisivamente a los ingleses. Es uno de los destinos turísticos más importantes de Colombia.

 

Granada, la nostalgia colonial a orillas del gran lago Nicaragua:

Una ciudad caracterizada por su rico patrimonio colonial a orillas del gran lago Nicaragua. La arquitectura religiosa desarrollada al calor de las misiones es uno de sus encantos especiales y uno de los principales argumentos para nombrarla Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. El entorno natural que la rodea es apabullante: Reserva Natural Volcán Mombacho y el Parque Nacional del Volcán Masaya…

 

Veracruz, la mezcla perfecta entre playas e historia mexicana: la última de las tres ciudades de que trata «Tres vértices de Centroamérica» es Veracruz. Esta ciudad es el primer asentamiento europeo en Tierra Firme y toda esa historia ha permanecido en su amplio patrimonio, tan rico en el ámbito religioso, como en el civil y hasta en el militar, gracias al impresionante castillo de San Juan de Ulúa. Las playas de Veracruz y alrededores no desmerecen del resto del conjunto, pero por supuesto están más orientadas al ocio para los extranjeros.

En futuras ocasiones recordaremos otras series de reportajes de éxito entre nuestros asiduos, pero de momento con este ejemplo consideramos que el lector tiene un buen rato de disfrute por delante soñando con los destinos que en ellos se ilustran…

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Doce semanas santas españolas son Fiestas de Interés Turístico Internacional

1 de abril de 2012 por Paco Almádena · Albacete, América, Andalucía, Colombia, Cuenca, España, Granada, León, Málaga, México, Murcia, Salamanca, Sevilla, Valladolid, Venezuela, Zamora

La Semana Santa en España es, parafraseando al famoso cantante Enrique —mira por donde…— Iglesias, una auténtica «experiencia religiosa». El fervor que despiertan las imágenes de santos, vírgenes y cristos en procesión constituye un fenómeno muy llamativo en los tiempos que corren, pues es a la vez tan antiguo como moderno. Lo que nadie puede negar es que las grandes procesiones, así como los rituales y tradiciones asociados a ellas, atesoran un valor inmaterial tan grande que en muchas ocasiones se convierten por sí mismas en atractivos turísticos de primer orden. Presenciar el desarrollo de las grandes procesiones españolas no deja indiferente a nadie, y esto no nos puede extrañar si tenemos en cuenta la elaboración y complejidad de los ritos procesionales que van asociados a ellas, la prolongada tradición histórica —numerosas procesiones y pasos tienen su origen en la Edad Media—, y la enorme capacidad de convocatoria de que goza este tipo de manifestaciones públicas de devoción.

Pero durante la Semana Santa se celebran miles y miles de procesiones a lo largo y ancho de la Piel de Toro; hasta el pueblo más pequeño tiene una imagen, una parroquia y una ermita y, por tanto los ingredientes necesarios para organizar una procesión. Y, entre tanta variedad, uno de los criterios más válidos para seleccionar aquellas semanas santas más especiales es conocer, por ejemplo, cuáles de todas ellas son «Fiestas de Interés Turístico Internacional»… Esta denominación es asignada por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo y desde hace treinta años ha nombrado Fiesta de Interés Turístico Internacional a doce semanas santas españolas. Son las siguientes (por comunidades autónomas):

En Andalucía:

Granada: la Semana Santa de Granada no sólo es famosa por sus procesiones, nazarenos y pasos, sino también por su elaboración típica de la gastronomía granadina de Cuaresma: bacalao con tomate, leche frita, torrijas y sopa de panecillos.

Málaga: quizá lo más curioso de la Semana Santa de Málaga sean los desfiles de los cuerpos militares acantonados en la ciudad. La Legión realiza uno de los más emotivos con el Cristo de la Buena Muerte…

Sevilla: la Semana Santa de Sevilla es la más representativa de Andalucía y quizá de España. Uno de los momentos culminantes de la misma es la llegada del Cristo del Gran Poder a la iglesia de San Lorenzo.

En Murcia:

Lorca: a pesar del brutal terremoto que sacudió esta localidad murciana en 2011, se va a intentar celebrar la Semana Santa sin variaciones. Los desfiles pasionales de la Biblia son una de las joyas de la Semana Santa de Lorca.

Murcia: quizá la Semana Santa de Murcia sea la que más rasgos conserva de las tradiciones del siglo XVIII. Precisamente este estilo propio tradicional es uno de los elementos que mejor diferencia las procesiones murcianas de las demás, tan influidas por las costumbres andaluzas.

Cartagena: una de las semanas santas más austeras y graves es la de Cartagena. Los altos capuces que visten los miembros de las hermandades otorgan una seriedad y misticismo únicos.

Castilla-La Mancha:

Hellín: en esta localidad albaceteña la Semana Santa tiene en las tamboradas su ingrediente más auténtico. El Miércoles Santo, la tamborada se prolonga por varias horas.

Cuenca: la combinación del casco antiguo de Cuenca, de reminiscencias tan medievales, con las procesiones de caperuces y nazarenos convierte la Semana Santa de Cuenca en una de las más auténticas de Castilla-La Mancha.

Castilla y León:

León: la Semana Santa leonesa tiene bastantes elementos diferenciadores con respecto al resto de semanas santas. Uno de esos elementos es La Ronda, en la que cuatro cofrades del Dulce Nombre de Jesús el Nazareno llaman a los vecinos a la procesión. La Procesión de los Pasos, que consiste en sacar 13 pasos que representan los instantes más emotivos de la Pasión Cristo.

Valladolid: la Semana Santa de Valladolid tiene dos ceremonias particulares que la hacen única: por un lado, el Sermón de las Siete Palabras, que es una suerte de reelaboración de los viejos autos de fe del siglo XVI —y una reliquia ritual por tanto— y la peculiar Procesión General del Redentor. La unión entre religión y arte es una de las aristas de la Semana Santa en Pucela.

Zamora: las celebraciones de la Semana Santa de Zamora presumen de ser las de mayor antigüedad —siglo XII— entre el conjunto de semanas santas consideradas como fiestas de Interés Turístico Internacional. La austeridad de sus procesiones son un trasunto de la espiritualidad castellana.

Salamanca: un ingrediente muy curioso de la Semana Santa de Salamanca es realizar los oficios de la catedral de Salamanca según el rito mozárabe. Esto, los pasos y las procesiones entre fabulosos edificios góticos, renacentistas y barrocos convierten a la Semana Santa salmantina en una celebración con un sabor muy especial.

Las mejores semanas santas, junto al mejor patrimonio artístico

El valor añadido de estas doce semanas santas no está recogido solamente en el valor intrínseco de las ceremonias y rituales propias de cada ciudad, sino que también se deposita en el espectacular patrimonio histórico-artístico de todas ellas. Las excepciones, aunque completamente disculpables, quizá sean Hellín y Lorca, esta última por el terremoto que dañó su casco antiguo en 2011. Por otro lado, entre estas doce espectaculares ciudades hay cuatro que gozan de un reconocimiento especial por parte de uno de los organismos internacionales de mayor prestigio en cuestiones de patrimonio: la Unesco. Estas cuatro ciudades excepcionales son las andaluzas Granada y Sevilla, la castellano-leonesa Salamanca y la castellano-manchega Cuenca, todas ellas Patrimonio de la Humanidad…

A modo de epílogo, deseamos contar que en Hispanoamérica existen celebraciones de Semana Santa que tienen un sabor y un prestigio especiales. Probablemente la más reconocida internacionalmente de todas ellas sea la de Popayán, en Colombia, que pertenece al Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2009. Otras también de gran fama por su espectacularidad son la de Veracruz, en México, y la de Barquisimeto, en Venezuela, que probablemente sea una de las más multitudinarias del mundo. La mayoría de las imágenes que se procesionan en las semanas santas de estos y otros lugares de las repúblicas hispanoamericanas son españolas, ya que fueron traídas o talladas en la época colonial.

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La isla Canguro o Kangaroo island, el paraíso en los antípodas

30 de marzo de 2012 por Paco Almádena · Australia, Oceanía, Ocio

La isla Canguro, conocida en inglés como Kangaroo Island, es la tercera mayor isla de Australia y constituye un importante destino turístico en el país austral gracias a su naturaleza, tan pura como extraña, y a la misteriosa historia de la cultura Kartan, que produjo en esta isla una gran cantidad de útiles de piedra pero de la que no han quedado restos humanos. Se ubica en el Golfo de San Vicente, al sur de Australia, hacia el suroeste de la coqueta ciudad de Adelaida. Se ha calculado que alrededor de 140.000 viajeros visitan la isla al año, sobre todo las diferentes zonas naturales protegidas y la diversidad de la vida salvaje que se reúnen allí: Flinders Chase National Park, Seal Bay Conservation Park, Cape Gantheaume Conservation Park, Ravine des Casoars Wilderness Protection Area y Cape Bouguer Wilderness Protection Area.

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Uno de los amaneceres de Kangaroo Island. Foto de Graf Geo, Wikimedia Commons.

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La naturaleza es exuberante en isla Canguro: la mitad de ella son reservas naturales. Foto de W. Commons.

No puede extrañarnos esta gran afluencia de público desde el momento en que este pequeño paraíso natural se encuentra a apenas 45 minutos desde la «tierra firme» australiana. Aunque existen algunos resorts de lujo en la isla bastante caros, también hay diversos campings en los que se puede pernoctar. Los distintos refugios naturales diseminados por la isla, que suponen aproximadamente la mitad de su territorio, son los siguientes:

  • Flinders Chase National Park: este parque nacional, que lleva el nombre de Matthew Flinders —el primer explorador de esta curiosa porción de tierra—, se encuentra a unos 100 km desde la mayor localidad de la isla, Kingscote. El Parque Nacional de Flinders Chase se ha convertido en una suerte de salvoconducto para determinadas especies típicas australianas como el koala, el ornitorrinco o el canguro —en especial la raza endémica, el canguro Dunnart— todas ellas amenazadas por el hombre y traídas a la isla con la esperanza de disminuir esa amenaza… Además, este parque tiene ciertos paisajes que quitan el habla por su rareza, como las Remarkable Rocks, el Arco del Almirante y el cabo de Couedic. También se puede hacer senderismo.
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Las Remarkable Rocks. Foto de Didier B (Sam67fr), Wikimedia Commons.

  • Seal Bay Conservation Park: este parque de la Bahía Seal se ha hecho famoso por ser una de las principales colonias de leones marinos australianos, aunque para entrar en la enorme playa en la que se encuentran es necesario pagar un pequeño precio que se dedica a la conservación del lugar. Merece la pena en función de lo que hayamos gastado de presupuesto hasta ese momento…
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Los leones marinos de Seal Bay. Foto de Didier B (Sam67fr), W. Commons.

  • Cape Gantheaume Conservation Park: este parque incluye algunas zonas de marismas y lagos que representan un precioso y peculiar paisaje, ciertamente similar al paisaje del Parque Nacional y Natural de Doñana. En concreto destacan el Murray Lagoon y la bahía D’Estrees. Los canguros, los koalas, los erizos son algunas de las especies animales que se pueden ver en esta isla.
  • Cape Bouguer Wilderness Protection Area.
  • Ravine des Casoars Wilderness Protection Area.

Otros sitios curiosos en la isla Canguro son el Little Sahara, el pequeño Sahara —que es un sistema de dunas de arena de unos dos km² que parece el desierto del Sáhara—, el monte Thisby —que ofrece una vista completa de la isla, de 360º— , el sistema de cuevas de Kelly Hill o las diferentes playas de la isla, en especial las del norte como la playa de Baudin. En concreto en Little Sahara se puede realizar un tipo de deporte moderno llamado sandboarding, que consiste en lanzarse duna abajo sobre una especie de tabla de snowboard. Por otro lado, los diversos turoperadores asentados en la isla ofrecen diversas modalidades de tours, entre los que se encuentran el offroad 4×4, uno de los deportes típicos de Australia fomentados por la presencia del Outback.

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Las cuevas de Kelly Hill. Foto de Xmhaoyu, Wikimedia Commons.

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El Admiral's Arch de la isla Canguro. Foto de Stephen West, Wikimedia Commons.

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En el Little Sahara se puede practicar «sandboarding». Foto de Wikitravel.

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Las arenas y el agua cristalina de la playa Bauding. Foto de Wikitravel.

El lector puede obtener más información sobre esta curiosa isla que se ha conservado tan  en esta página.

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