Volterra: un regreso a la Edad Media de la Toscana (III)

7 de junio de 2011 por Paco Almádena · Sin comentarios · Aventura, Cultura, Curiosidades, Historia, Italia, Naturaleza, Ocio, Religión, Turismo, Viajes

Hoy concluimos la serie de posts sobre los pueblos medievales de la Toscana y, en esta ocasión, se propone al lector visitar Volterra. A diferencia de lo que sucede con San Gimignano y Monteriggioni, visitar esta población exige desviarse un tanto de la ruta entre Siena y Florecia –dirección noroeste–, pues se encuentra 30 km al suroeste de San Gimignano, localidad más o menos a medio camino entre esas dos ciudades. En concreto, Volterra se encuentra a 57 km de Siena, mientras que la distancia que la separa de Florencia es de 82 km, cifra que empieza a ser considerable, pero que no debe disuadir al viajero de visitar este precioso pueblo de la Toscana, el más famoso y admirado de los tres. Y merecidamente admirado, pues mantiene en relativamente buen estado varios ejemplos de todos los estilos arquitectónicos y de todas las etapas culturales bajo las que ha vivido la región: etruscos, romanos, el periodo medieval y el abrumador Renacimiento italiano.

De la presencia etrusca no quedan vestigios como las puertas del Arco y de Diana, en el recinto amurallado etrusco. Este era muy poderoso hacia los siglos VIII y VII a.C., al tratarse de uno de los asentamientos más importantes de la Liga Etrusca. De esta etapa histórica también se conservan una acrópolis con excelentes vistas de la localidad, y una necrópolis. De la época romana perviven las ruinas de un teatro construido en el siglo I a.C. sobre las faldas de una elevación que permite imaginar cómo debía de ser cuando aún se encontraba en uso. Todavía permanecen en pie bastantes columnas y algunos elementos de la scaenae. Por otro lado, se conservan ruinas de lo que fueron unos baños romanos, los cuales fueron desenterrados por Mario Guarnacci en el siglo XVIII y que aún dejan apreciar las distintas partes de que disponía este tipo de construcciones (ipocaustum, frigidarium, tepidarium, calidarium y sudatorium).

Teatro romano de Volterra. Foto de Copetan - Flickr

Teatro romano de Volterra. Foto de Copetan - Flickr

Puerta de Diana. Foto de Marco Ferrara Jokrah - Flickr

Puerta de Diana. Foto de Marco Ferrara Jokrah - Flickr

Mientras que Volterra conserva relativamente pocas cosas de la Era Antigua, de la época medieval sí pervive un mayor número de construcciones relevantes. Si comenzamos por los edificios religiosos, cabe destacar la catedral de Santa Maria Assunta, de los siglos XII y XIII y de estilo románico, el baptisterio de San Giovanni y las iglesias de San Francesco, Sant’Agostino y San Michelo Arcangelo –en esta entrada de wikipedia se enumeran más iglesias–. Es especialmente bello el interior de la catedral de Santa Maria Assunta, con su decoración bicolor típicamente románica y su techo minuciosamente decorado con cruces y otros símbolos de matices dorados. La importancia histórica de la Volterra medieval se ve muy bien reflejada en los portentosos trazos de muralla y las distintas puertas que franqueaban el paso al pueblo, como la puerta de San Francesco, la puerta de Selci, que está junto a la imponente fortaleza renacentista de los Médici –la fortezza Medicea–, la puerta de Marcoli o la puerta Fiorentina. Los más insignes ejemplos de la arquitectura medieval de Volterra son el palacio dei Priori y el palacio dei Pretorio, que se ubica en la céntrica plaza dei Priori, la torre de Podestá y la fuente de Docciola. Contribuyen a conferir un aire medieval a la localidad sus estrechos callejones, como el vicolo Vecchi Ammazzatoi y el vicolo del Bastione. Con todo, no le hace falta al viajero más que caminar entre lugares como la plazoleta de los Fornelli, la plaza de los Mártires de la Libertad o la plazoleta dell’Ortino, para que se sienta sumergido de lleno en la Edad Media.

Plaza dei Priori. Foto de Martha Bakerjian

Plaza dei Priori, en el centro de Volterra. Los etruscos llamaron al pueblo Velathri y los romanos Volaterra. Foto de Martha Bakerjian

Fortaleza Medicea vista desde el parque Enrico Fiumi. Foto de Copetan - Flickr

La fortaleza Medicea, vista desde el precioso parque Enrico Fiumi. Fue erigida por la famiila Médici en 1475. Foto de Copetan - Flickr

Respecto de los edificios renacentistas, resultan interesantes las casas-torres (case-torri), que eran construidas por los ciudadanos más adinerados. Algunas de ellas son la de los Allegretti, la de los Buonparenti –especialmente bonita, ya que las torres de ambos lados de la calle se unen en la parte superior mediante un precioso arco renacentista– y la de los Sbarba. También en el estilo renacentista se engloban ciertos palacios, como el palacio de los Inghirami, el palacio de los Maffei, el palacio de los Lisci (hoy de los Marchi) o el palacio de los Minuci (hoy de los Solaini). Otro de los lugares que no conviene perderse en las cercanías de Volterra es el Balze di Volerra, un acantilado que cae a pico sobre el valle colindante y sobre la cual se encuentra la abadía de Camaldolese. Para cerrar la visita a Volterra se recomienda visitar sus sugerentes y valiosos museos: el Museo Etrusco Guarnacci, el Museo Cívico –en el que se conservan unas magníficas obras de arte– y el Museo di Arte Sacra.

Casa torre de los Buenparenti

Casa torre de los Buenparenti y el curioso arco que las une. Foto tomada de la web del comune de Volterra.

El Balze di Volterra y la abadia de Camaldolese

El Balze di Volterra está compuesto de tierra arcillosa. Lo corona la abadia de Camaldolese.

Como se puede apreciar, el pueblo de Volterra se parece a una tira de celuloide que en cada fotograma encierra un pedazo de historia. Pero Volterra no es cinematográfica sólo por eso, sino también porque ha sido muy retratada en el séptimo arte –al igual que Monteriggiani–. La última película que ha puesto de moda Volterra ha sido la aclamada Luna nueva, de la saga de Crepúsculo, en la que Volterra se convierte en el bastión de los Volturi, una malvada familia de vampiros que reina sobre su especie con mano de hierro. Otras películas en las que aparece Volterra son Vaghe stelle dell’Orsa (1965), de Luchino Visconti, Cammina cammina, de Ermanno Olmi (1981), Prima la musica, poi le parole (1998) de Fulvio Wetzl o Milonga, de Emidio Greco (1999).

Vídeo de filmcards alojado en Youtube.

Volterra se encuentra entre dos reservas naturales italianas de elevado interés ecológico: la Reserva Natural de Montevecchio –de la que hablamos con motivo del post de San Gimignano– y la Reserva Natural Bosque de Berignone. Esta última se extiende por una superficie de 2.166 hectáreas muy boscosa, surcada por tres ríos –Sellate, Fosci y Cecina– y en la cual se concentra una valiosa biodiversidad –lobos, osos, etc.–.

Se puede encontrar más información en la página oficial de Volterra (en inglés).

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