Réplica del viaje del Titanic (I): las fraguas de Belfast

17 de mayo de 2012 por Paco Almádena · 6 Comentarios · Europa, Historia, Irlanda del Norte, Reino Unido, Titanic, Turismo, Viajes

Los astilleros Harland and Wolff, radicados en Belfast desde su fundación —la empresa cumple 151 años de vida en 2012—, fueron los encargados de construir íntegramente ese titán de las olas que se iba a convertir en el barco más lujoso de mundo: el Titanic. Los astilleros de Harland and Wolff también eran entonces los mayores del mundo y se encontraban en la desembocadura del río Lagan, una ría idónea para las empresas dedicadas a la ingeniería naval. Belfast era por entonces, y lo sigue siendo, una ciudad muy desarrollada e industrializada. Y, aunque era a principios del siglo XX una ciudad muy industrializada para la época, estaba escasamente acondicionada al turismo, a diferencia de lo que sucede hoy. La mejor manera de obtener un itinerario turístico óptimo (Belfast es la segunda mayor ciudad de Irlanda, por detrás de Dublín) es acudir a la Oficina de Turismo de Belfast, que se llama Belfast Welcome Centre, ubicada en el 47 de Donegall Place, muy cerca del monumental ayuntamiento.

Una de las formas de aproximarse a la ciudad es a través de su historia. Parece que el entorno geográfico sobre el que se asienta Belfast ha sido propicio para el ser humano desde tiempos bien remotos. Se han encontrado restos de una antigua fortaleza de la Edad de Bronce en el yacimiento arqueológico de Giant’s Ring —el Anillo de Gigante— que demuestran el interés estratégico del lugar. El asentamiento pasaría por los oscuros tiempos en la Alta Edad Media sin sellar episodios relevantes, pero comienza a aparecer en los anales cuando Irlanda comienza a estar sometida a la influencia y el poder ingleses, hacia el siglo XIV. En el siglo XVII Belfast gana importancia y se funda de nuevo gracias a la intensa colonización de ingleses y escoceses de raíz protestante, lo que abrirá una honda brecha entre protestantes y católicos que tendrá sus más enconadas demostraciones de violencia en el siglo XX. Aunque se ha avanzado bastante hacia la reconciliación, las heridas aún siguen abiertas. Por eso es recomendable evitar hablar sobre temas religiosos y políticos.

Ayuntamiento de Belfast. Foto de Wknight94, Wikimedia Commons.

Estatua conmemorativa del Titanic. Foto de Lyn Gateley (Flickr), W. Commons.

Uno de los murales de los protestantes. Foto de Lasse1974, W. Commons.

Uno de los murales de los católicos. Foto de Miossec, W. Commons.

Los murales de Belfast una de las cosas que el viajero puede perderse. Se trata de pinturas realizadas sobre las parades de las casas, en su mayor parte de contenido satírico o propagandístico, que reflejan el conflicto entre la población católica y la protestante y sirven para que el viajero entienda lo hondo que ha marcado a los ciudadanos de Belfast el enfrentamiento religioso-político. La mayoría de murales de los católicos se concentran en torno a Divis Street, mientras que los protestantes abundan en torno a Shanskill Street. Una de las opciones para conocer estos barrios, así como la medida del conflicto, es montar en el black taxi tour, que recorre dichos barrios —están separados, por cierto, por un muro de ocho metros de altura.

El curso del río Lagan... Foto de Ardfern, Wikimedia Commons.

Pero al margen de conflictos e historia, Belfast tiene bastantes puntos que la convierten en una opción turística decente. Tres lugares monumentales de gran valor histórico y artístico son el Ulster Bank, la Queens University y la biblioteca Linenhall, estos últimos de estilo victoriano. Por otro lado, también resulta muy interesante conocer la iglesia anglicana de Saint Anne, del siglo XVII, y el ayuntamiento de Belfast: es un precioso edificio con una cúpula de más de 50 metros junto al cual hay una estatua conmemorativa del Titanic. Pero el Titanic no sólo está presente en la vida de los habitantes de Belfast aquí, junto al ayuntamiento: recientemente, el 31 de marzo de 2012 abrió sus puertas el museo Titanic Belfast, que recoge la historia del RMS Titanic, de sus tripulantes y viajeros y de cómo era la ciudad en el momento en que se construyó. Hay otro museo interesante en la ciudad, el Ulster Museum, ubicado en el interior del jardín botánico, y en el que se pueden aprender cosas del conflicto católico–protestante, del Arte en general y de la historia de la humanidad.

El castillo de Belfast es del siglo XVII. Foto de Stubacca, W. Commons.

La Queen's University de Belfast. Foto de Tomasz Kobiela, W. Commons.

Todo aquel que visita Belfast no se puede olvidar de dar una vuelta en la Gran Rueda de BelfastBelfast Big Wheel—, una enorme noria desde la que se puede disfrutar de las mejores vistas de la ciudad. En cuanto a las posibilidades de ocio que ofrece la ciudad, podemos hablar del Victoria Shopping Centre, el mayor centro comercial de Belfast, en un impresionante edificio moderno, o de la zona de marcha de University Street, en pleno distrito universitario, donde abundan los bares, pubs y restaurantes. Belfast disfruta de una interesante vida nocturna.

La recién instalada gran Rueda de Belfast. Foto de Ardfern, W. Commons.

La catedral anglicana de Saint Anne's. Foto de Textman, W. Commons.

El RMS Titanic fue botado en la ría de Lagan a las 12:13 del 31 de mayo de 1911.

* La naviera White Star Line, de origen británico, sobrevivió a la tragedia del Titanic durante dos decenios hasta que se fusionó con su rival Cunard Line en 1934. Quince años después, Cunard adquiriría todas todas las acciones de White Star y la convertiría en su filial hasta la adquisición de esta en 2005 por parte del mayor operador mundial de cruceros: Carnival Corporation.

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