La Semana Santa, es mucho más que procesiones y pasos. Estos días constituyen la primera ocasión de disfrutar de unas merecidas vacaciones. ¿No os apetece salir al campo y estirar las piernas? Preparad la mochila y unas buenas botas porque os vamos a proponer unas rutas para hacer senderismo tan bonitas, que tal vez no queráis encontrar el camino de vuelta a casa.

Valle del Jerte (Cáceres)

¿Quién necesita viajar a Japón para ver sus almendros en flor si tenemos esta joya de la naturaleza extremeña en España? La floración de los cerezos del valle del Jerte es tan espectacular que nada tiene que envidiar a la del país nipón.
En Extremadura las ramas de los árboles caen bajo el peso de sus propias flores al tiempo que cientos de sendas recorren el valle y atraviesan sus pintorescos pueblos en un mar de pétalos blancos. Hasta once municipios componen esta mancomunidad de cerezos entre los que destacan los pueblos de Rebollar, Pionar, Casas del Castañar y el propio Jerte que da nombre a la comarca. Una visita imprescindible como pocas.

Foto de MiquelGP54 (CC BY-NC-ND 2.0)

Parque Natural del Lago de Sanabria (Zamora)

¿Sabíais que el Lago de Sanabria, en Zamora, es el mayor lago glaciar de la Península Ibérica? Decenas de rutas atraviesan el entorno natural de este parque de más de 22.000 hectáreas de extensión. Una de las más espectaculares es la que ofrece el recorrido del Cañón del Tera, cuyo itinerario empieza en el pueblo de Ribadelago Viejo.
A vuestro paso podréis disfrutar de cascadas, saltos de agua, arroyos, cuevas e incluso podréis avistar nutrias, que en esta época del año están muy activas. No os olvidéis de daros un chapuzón la Poza de Las Ninfas, uno de los enclaves naturales más bellos que os ofrece este rincón y que incluso Miguel de Unamuno inmortalizó en sus poemas.

Foto de M.Peiando (CC BY 2.0)

El Pirineo de Lleida (Cataluña)

Si los Pirineos son bellos cubiertos de nieve, no lo son menos cuando el sol pinta sus laderas de verde, dejando al descubierto rutas tan famosas como la de Carros de Foc. Si bien es una de las rutas más bellas de la zona, sus 55 kilómetros de recorrido a 2.400 metros de altura, no la hacen apta para todos los públicos. Pero si estáis en forma y os animáis a hacer parte de su trazado, podréis disfrutar del rotundo paisaje que ofrece el Parque Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. Un horizonte de azules, grises y verdes que dejará sin palabras a los amantes de la montaña y la naturaleza virgen.
Y ya que nos hemos puesto las botas, ¿qué tal si seguimos camino hasta el vecino Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido? Otro paraíso para senderistas al alcance de un buen par de piernas.

Foto de guillenperez (CC BY-ND 2.0)

Selva de Irati (Navarra)

La Selva de Irati es la mayor masa forestal de Navarra y uno de los mayores y mejor conservados hayedos de Europa. Desde Ochagavía y Orbaitzeta, la selva de Irati cuenta con 16 senderos señalizados con recorridos inferiores a diez kilómetros, para que todo el mundo pueda sorprenderse con la belleza de este entorno. Pero los senderistas más avezados podrán probarse a sí mismos realizando un trekking de seis etapas que recorre el anillo exterior de la selva.

Foto de Miguel.(respenda) (CC BY 2.0)

Sierra de Guadarrama (Madrid)

A un paso de Madrid, el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama cuenta con multitud de caminos que recorren el Parque y que forman un entramado de rutas de senderismo con cientos de kilómetros y decenas de posibles combinaciones. Una de las rutas más famosas de Guadarrama es la de las Cascadas del Purgatorio pero el Parque también dispone de rutas geológicas, ornitológicas, botánicas y hasta rutas especiales para niños. Además el Parque cuenta con un servicio propio de autobuses, para que los visitantes puedan desplazarse por este espacio protegido sin utilizar su propio vehículo.

Foto de Alejandro Valero Fernández (CC BY-NC-ND 2.0)