Sigüenza milenaria: el nexo entre patrimonio histórico y naturaleza

4 de diciembre de 2012 por Paco Almádena · 1 Comentario · Cultura, España, Guadalajara, Naturaleza, Ocio, Paradores, Rutas, Turismo, Turismo Rural, Viajes

En la villa de Sigüenza se plasma la conjunción de dos importantes factores turísticos: un patrimonio monumental envidiable y un entorno natural con diversas zonas protegidas. Del primero casi no nos podemos extrañar si tenemos en cuenta que Sigüenza ya existía en la época prerromana con el nombre de Saguntia, aunque su emplazamiento no era exactamente el actual. De lo segundo dan buena cuenta el Parque Natural del Barranco del Río Dulce y el valle y salinas del Salado. Esta pequeña localidad de en torno a 5.000 habitantes se encuentra al norte de la provincia de Guadalajara, a unos 75 kilómetros de Guadalajara capital, y a unos 100 km al sur de Soria. Goza de un fácil acceso a través de la carretera Nacional II (A-2), por lo que recibe bastante turistas procedentes de las grandes localidades presentes en ese eje, como Madrid o Zaragoza. El rico patrimonio, el precioso entorno natural y la facilidad de acceso impiden hasta a los más perezosos renunciar a visitarla cualquier fin de semana.

Localización de Sigüenza (Google maps). Clic para ojear el mapa.

Panorámica de Sigüenza. Foto de José Ibañez (Flickr: Operacion Malaya), en W. Commons.

Según las excavaciones realizadas en el valle de Sigüenza, nombre con que se conoce al alto valle del río Henares donde se ubica la localidad, la zona estuvo poblada desde la Edad del Hierro. Siglos después, la celtíbera Segontia se convertiría en una de las principales poblaciones de Celtiberia y jugaría un papel importante en los siglos III y II a.C, durante las guerras púnicas primero, entre romanos y cartagineses, y durante las guerras celtíberas después, entre celtíberos y romanos. Ya durante la era romana, Sigüenza creció al calor del tráfico generado por la calzada del Henares y en el siglo VI los visigodos la convertirían en sede episcopal. Esta circunstancia incidió decisivamente en la creación del excepcional patrimonio histórico-artístico de la villa: Bernardo de Agén, primer obispo de Sigüenza tras su reconquista, ordenaría construir en 1124 la catedral de Santa María; y el cardenal Mendoza, obispo de la villa antes de llegar a cardenal de Castilla, mandó construir en el siglo XV la preciosa plaza Mayor porticada de Sigüenza, adyacente a la catedral.

Sigüenza presidida por su castillo, que hoy es uno de los paradores nacionales con más éxito en España. Foto de Cillas, Wikimedia Commons.

Patio interior del parador. Foto de Joergsam, Wikimedia Commons.

Entrada al castillo. Foto de Joergsam, Wikimedia Commons.

Sin duda el monumento más famoso de Sigüenza es la catedral basílica de Santa María, que se proyectó en estilo románico cisterciense —a pesar de que Bernardo de Agén era de la orden de Cluny—, pero que hubo de concluirse en estilo gótico hacia el siglo XVI. Las torres parecen haber pertenecido a la antigua estructura defensiva de la ciudad en la Edad Media, motivo por el cual presentan un aspecto tan robusto. La nave alberga varias capillas con conjuntos artísticos muy interesantes, como la capilla del Doncel o la capilla de la Anunciación. Si bien la catedral se erige en el principal símbolo de la villa, no es menos cierto que el castillo de Sigüenza es otro de los monumentos más destacados: aunque sufrió muchos destrozos durante las guerras del siglo XIX y la Guerra Civil, se reconstruyó en su totalidad siguiendo los planos originales para convertirlo en el Parador Nacional de Sigüenza. El resultado no es otro que el haberse convertido en uno de los más exitosos paradores de España, por lo imponente y llamativo de su construcción.

Plaza Mayor de Sigüenza. Foto de Cruccone, Wikimedia Commons.

Puerta del Hierro, uno de los accesos a Sigüenza. Foto de Cruccone, W. Commons.

El palacio del Doncel de Sigüenza. Foto de Cruccone, en Wikimedia Commons.

Otros monumentos saguntinos de interés turístico son la ya citada plaza Mayor, que es de estilo renacentista, y que alberga el Palacio Municipal, o la casa del Doncel, otro de los emblemas civiles de la villa y que se conoce también con el nombre de palacio de los marqueses de Bédmar. Por otro lado, merece la pena recorrer el barrio barroco de San Roque y visitar el Palacio Episcopal y el monasterio de Nuestra Señora de los Huertos, una joya arquitectónica a caballo entre el estilo gótico y el renacentista. Aunque los lugares más destacados de Sigüenza se resumen en lo escrito hasta ahora, el sabor de la villa se paladea a cada paso por sus viejas callejuelas y sus placitas de antaño granadas de antiguas iglesias.

Iglesia basílica de Santa María. Foto de Cruccone, Wikimedia Commons.

Monasterio de los Huertos. Foto de Zarateman, Wikimedia Commons.

Parque del Barranco del Río Dulce y el valle y salinas del Salado

El Parque Natural del Barranco del Río Dulce se extiende a lo largo de más de 8.000 hectáreas que presumen de tener una biodiversidad muy rica, por eso pertenece a la red Natura 2000 —la red ecológica que engloba aquellas áreas naturales que gozan de un alto grado de conservación de la biodiversidad—, y es además Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). En esta zona rodó muchos de sus reportajes sobre la naturaleza el famoso naturalista Félix Rodríguez de la Fuente. En la actualidad existen cuatro recorridos por el parque que permiten conocer a fondo este precioso entorno natural:

  • Ruta de AragosaLa CabreraPelegrina: 11 kilómetros de recorrido junto al curso del río Dulce.
  • Ruta de la Hoz de Pelegrina: el itinerario discurre a lo largo de unos 4 km por el que puede considerarse el espacio más abrupto del parque natural.
  • Ruta de Sigüenza a Pelegrina: comienza en la misma Sigüenza y atraviesa un bosque de robles para concluir aproximadamente en el centro geográfico del parque. El recorrido es de unos 5 km.
  • Ruta para invidentes: específica para personas ciegas, se tata de 1,5 km en línea recta desde La Cabrera.

Roquedos del mirador de Félix Rodríguez de la Fuente. Foto de Tuispi, Wikimedia Commons.

Por su parte, el espacio natural del valle y salinas del Salado también está incluido en la red Natura 2000 y posee una extensión de 11.585 hectáreas. En este valle se pueden avistar grandes aves, como los buitres leonados, los alimoches y los halcones peregrinos, principalmente en la amplia zona de roquedos y laderas escarpadas presentes junto al lecho del río Salado.

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