Los asiduos de esta bitácora —gracias mil y una veces a quienes nos siguen fielmente cada semana— saben que, de cuando en cuando, su autor rescata un conjunto de reportajes escritos hace tiempo que tienen un lazo en común. Así nació, en abril de 2012, la marca «2.0 Viajes viaja al pasado» que hasta hoy ha recuperado VIII colecciones de reportajes unidos por un plan de publicación integral, como «Tres vértices de Centroamérica», «Regreso a la Edad Media de la Toscana» o «La naturaleza de Sudáfrica». En ese detalle del plan integral de publicación radica la diferencia con respecto a la recopilación de reportajes que publicamos hoy con el título de «Las venecias que no son Venecia», ya que de todas las que hemos tratado ninguna ha respondido a un plan integral de publicación.
«Las venecias que no son Venecia» reúne aquellas ciudades del mundo con un nexo común fortuito: todas, independientemente de su ubicación geográfica, han adquirido el sobrenombre de «Venecia» por una configuración urbanística profundamente supeditada a la presencia de agua. Así, a Estocolmo la conocemos como la «Venecia del Norte», a Udaipur como la «Venecia de la India», o a Wuzhen como la «Venecia de China». Y es que Venecia es mucho más que un destino increíble: es una forma de entender el mundo, y de resumirlo. Estas son las siete venecias que no son Venecia (clic en las fotos o en los títulos para acceder a la información):
Pasado, poder y cultura en Estocolmo *
Aquel que alguna vez en la vida visita Estocolmo descubrirá por qué el síndrome que sufren las víctimas de un secuestro lleva su nombre. Sus canales, su Gamla Stan, sus museos y su auténtico sabor escandinavo secuestran al turista para luego dejarle, de algún modo, en la cuneta. En total, son 59 los puentes que cruzan los canales de Estocolmo, como «zurciendo las heridas abiertas» de sus canales de agua del mar Báltico.
La Venecia del Este está en La Canea, Creta **
La ciudad cretense de La Canea, conocida en griego como Chaniá (χανιά), es tan antigua como la civilización minoica. Esta civilización, los bizantinos, los turcos y, sobre todo, los venecianos, han dejado profundas huellas en la ciudad que todavía hoy admiran a los viajeros, como la mezquita de Hassán o el impresionante puerto veneciano. El paseo marítimo es la vía más concurrida de la ciudad y punto de encuentro de sus habitantes.
Udaipur, la Ciudad de los Lagos, en la India ***
La Ciudad de los Lagos es comúnmente conocida en Occidente como la «Venecia de la India», aunque los naturales no reconocen este alias. Udaipur está inmersa en un complejo sistema lacustre que emerge en cinco enormes lagos de los que el mayor es el de Pichola. Capital del viejo reino de Mewar, el patrimonio histórico-artístico de la ciudad es verdaderamen- te asombroso, como el palacio de Jag Mandir o el de Jag Niwas, en el Pichola.
La «Venecia de China» se llama Wuzhen ****
Wuzhen se encuentra en la parte central de China, pero a pesar de todo el potencial turístico que posee no se trata de un destino masificado. Se trata de una ciudad muy antigua cuyo encanto reside en encontrarse en medio de numerosos canales de agua que los habitantes salvan desplazándose en barcas. Wuzhen también se conoce con los nombres la «Ciudad de los Puentes» y «la ciudad del pescado, el arroz y la seda».
Giethoorn, la bucólica «Venecia en los Países Bajos» *****
A unos 120 km al noreste de Ámsterdam se encuentra Geithoorn, un pueblecito holandés famoso por sus numerosos puentes y canales. La comedia Fanfare lo lanzó a la posteridad al reflejar con todo detalle los encantos de esta localidad que solamente se puede recorrer en barca o a pie. La perfección de su urbanismo a veces transmite una impresión de irrealidad algo desconcertante.
Bangkok, la ciudad de los rascacielos ******
Bangkok es una ciudad sorprendente por sus contrastes. Los antiguos templos budistas, llamados wat, se mezclan con modernos rascacielos que le han dado otro de sus sobrenombres a la ciudad. Entre ambos, hay innumerables canales y vías acuáticas que la han hecho merecedora del apelativo de «Venecia de Oriente». En realidad, Bangkok es un alias occidental para el auténtico nombre de la ciudad: Krung Thep Mahanakhon.
Brujas, la ciudad de la cerveza, los encajes y el chocolate *******
El nombre de Brujas hace justicia a la hechizante atmósfera de una ciudad surcada por canales y granada de preciosos edificios históricos. La Unesco esgrimió este conjunto de factores para aprobar la candidatura de Brujas al Patrimonio de la Humanidad con la denominación «Centro histórico de Brujas». El chocolate y las cervezas se avienen a la perfección con el típico carácter de la ciudad, entre dulce y amargo.
Procedencia de las fotografías:
* Foto de Andreas Trepte (www.photo-natur.de), tomada de Wikimedia Commons.
** Foto de Olaf Tausch, Wikimedia Commons.
*** Foto de Philbrest, Wikimedia Commons.
**** Foto-de-韩笃一, Wikimedia-Commons.
***** Foto de CrazyPhunk, Wikimedia Commons.
****** Foto de Neitram, Wikimedia Commons.
******* Foto de Jean-Christophe BENOIST, Wikimedia Commons.
Colección completa de «2.0 Viajes viaja al pasado» (a 7 de diciembre de 2012):
→ I. Tres vértices de Centroamérica
→ II. Regreso a la Edad Media de la Toscana
→ III. San Martín, una isla de dos países europeos
→ IV. La naturaleza de Sudáfrica
→ V. Túnez
→ VI. Encantos de Croacia
→ VII. Alguer, un pedazo de Cataluña en Cerdeña
→ VIII. Las venecias que no son Venecia
5 respuestas hasta ahora ↓
1 Felipe // 11 de diciembre de 2012 a las 2:20
Venecia no hay más que una, y el resto de lugares que se ponen la etiqueta «la Venecia de…», al hacerlo, no hacen más que admitir la superioridad del original.
En muchos casos la etiqueta no hace más que alimentar una expectativas excesivas, y puede dar lugar a una cierta decepción en lugares fantásticos que, sin embargo, no se acercan a la Venecia original. Esto le pasa a mucha gente en Tai O, la aldea de pescadores de la isla Lantau en Hong Kong, que es llamada «la Venecia de Asia», y de la cual hablé hace unas semanas precisamente para comentar que esto de las etiquetas comparativas con otros lugares más que una ventaja a veces son un lastre.
Buen post, me ha gustado
2 Paco Almádena // 11 de diciembre de 2012 a las 12:09
¡Hola, Felipe!
Lo cierto es que no tengo argumentos para rebatir tu postura con respecto a las etiquetas. Pero, al fin y al cabo, son antonomasias que se utilizan para que un público «profano» entienda por dónde van los tiros de este o aquel destino.
Celebro que te haya gustado el artículo.
Saludos,
P.D.: encantado de que te des una vuelta por esta bitácora de viajes. Vuelve cuando quieras, pues es tu casa.
Deja un comentario