En el estado indio de Rajastán, al noroeste de la India, se encuentra una de las más hermosas ciudades del subcontinente asiático: Udaipur. Se encuentra rodeada de lagos, como el Fateh Sagar, el Swarup Sagar, el Rang Sagar, el Udai Sagar y el más grande de todos ellos, el lago Pichola, que se ubica dentro de la ciudad. Todos estos lagos la han hecho merecedora, a ojos de Occidente, del sobrenombre de «Venecia de la India», aunque su alias más común es el de la «Ciudad de los Lagos».
Aunque se fundó durante el siglo XVI en el contexto del reino de Mewar –era su capital–, la ciudad conserva un numerosísimo patrimonio histórico y cultural que se mezcla la belleza natural del paisaje, sembrado de lagos. El complejo arquitectónico más representativo de la ciudad es el Palacio de Udaipur, junto al lago Pichola, que comenzó a construirse en 1559. Algunas partes de él se han convertido varias dependencias en instalaciones hoteleras. Frente a este palacio, en la isla de Jag Niwas, se encuentra el palacio del Lago –antigua residencia de verano–, que ha sido transformado en un hotel de lujo. Además de esta isla del lago Pichola, existe otra conocida como Jag Mandir, en la que se ubica otro de los palacios de la antigua familia real de Mewar, el cual está guardado por ocho majestuosas esculturas de elefantes. Otro de los palacios más importantes de Udaipur es el Palacio del Monzón –Sajjan Garh–, otra de las residencias de verano de la familia real que se ubica en la cima de una de las colinas que se reparten por la ciudad.
Respecto de la arquitectura religiosa de la ciudad el punto más destacable es el templo Jagdish, que antiguamente era conocido con un apelativo más impronunciable: Jagannath Rai. Puesto que el templo se encuentra en las calles más céntricas de Udaipur, visitarlo conlleva conocer en profundidad la historia y la esencia urbanística y cultural de las ciudades indias. Otros de los templos más interesantes de esta ciudad india son el de Bohara Ganesh Ji, el de Neemach Mata y el de Karni Mata. Además de los templos, otro de los lugares ineludibles de Udaipur es el balneario (ghat) y los baños, que constituyen dos símbolos muy sólidos de la idiosincrasia hindú, sobre todo por la imagen que el occidental se ha grabado en la cabeza por los numerosos documentales que versan del río Ganges, la ciudad de Benarés y el gran delta de este río.
Hasta ahora hemos abordado temas arquitectónicos y culturales de Udaipur, pero respecto del ingrediente de naturaleza la ciudad también encierra cosas interesantes. Para empezar los jardines; el más grande de todos es el Gulab Bagh, muy cerca del ya conocido lago Pichola: en él hay muchos tipos de rosas que le dan nombre, pero lo más interesante del interior es un pequeño zoo con animales como el tigre o el oso –también hay un museo en el que se conservan diversas alhajas y pertenencias de la antigua familia real y antigüedades variadas. No obstante, el jardín más visitado es el de Saheliyon-ki-Bari, en el cual antiguamente vivían las damas de honor de la reina y donde se puede disfrutar del frescor y agradable entorno que generan sus numerosas fuentes –algunas con plantas de loto, otras con forma de elefante y diversa decoración que incluso lejanamente recuerdan el Patio de los Leones de la Alhambra de Granada. Cambiando de tercio, para apreciar la herencia cultural de la ciudad y de la India merece la pena visitar el museo de Bharatiya Lok Kala Mandal, en el cual se exhiben piezas de arte popular indio.
Udaipur se encuentra en un lugar central de la India desde el cual se pueden visitar numerosos lugares de elevado interés turístico y cultural (se pueden consultar aquí algunos), aunque quizá el que más merezca la pena por distancia y belleza sea Ahar –a apenas 2 km de Udaipur–, donde se encuentra un conjunto impresionante de 250 cenotafios. El lector puede obtener más información sobre Udaipur, sus lugares de interés y otros datos en la página oficial de Udaipur.
1 respuesta hasta ahora ↓
1 Apartamento en Andorra // 9 de septiembre de 2011 a las 11:35
Expectaculares fotos. Los palacios son increibles, y si parte de ellos se han convertido en instalaciones hoteleras debe ser incrible pasar alli una noche. Un gran descubrimiento
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