Ginebra en el corazón de Suiza, es conocida por ser la sede histórica de la ONU y de los organismos gubernamentales más importantes a nivel mundial. Pero Ginebra es mucho más que negocios y política internacional. Es sobre todo una ciudad cosmopolita, diseñada para poder disfrutar de sus calles y parques pero con un aire tradicional y unos paisajes de alta montaña que harán que no sepáis a donde enfocar con el objetivo de vuestra cámara.

Parque de los Bastiones

Este extenso parque es uno de los pulmones verdes de la ciudad y además de servir de lugar de recreo para los ginebrinos, alberga en su recinto el famoso Muro de los Reformadores. Con más de cinco metros de altura cien metros de longitud y rodeado de agua, esta impresionante mole de piedra cubierta de bajorrelieves rinde homenaje a los padres de la reforma protestante.

Foto de Swiv (CC BY-NC-SA 2.0)

El banco más lago del mundo

El Paseo Treille o Treille Promenade es un boulevard a orillas del Lago Lemán que alberga el banco más largo del mundo. Y si no lo es debe estar muy cerca porque mide más de 120 metros de largo ¿Cuántas personas podrán sentarse en él a la vez?
Lo mejor de este banco son sin duda sus vistas. Desde su asiento se pueden observar las montañas del Jura, el Saléve y la Place Neuve. Y si vais en primavera tendréis desde este punto una panorámica excepcional de los castaños en flor que florecer por toda la ciudad.

Foto de Joe Gratz (CC BY-NC 2.0)

Museo de Arte Moderno y Contemporáneo

Lo primero que llama la atención de este museo es su extraño aspecto, mezcla de antigua fábrica y de moderno palacio de cristal. Sin embargo, El MAMCO es el museo más importante de la ciudad y todo un referente cultural del arte contemporáneo de los últimos cuarenta años. Con multitud de exposiciones temporales para dar cabida a artistas poco conocidos en los circuitos convencionales, en este museo encontraréis obras que pondrán vuestro sentido del arte a prueba.

Foto de twicepix CC BY-SA 2.0)

El Jet d’Eau

El lago de Ginebra es una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad y en él se celebran todo tipo de eventos acuáticos. Además el lugar cuenta con una playa artificial y una feria en su orilla. En medio del lago destaca el emblema de la ciudad, el Jet d’Eau. Un gigantesco chorro de agua propulsada a más de 140 metros de altura y que desde 1951 es visible desde casi cualquier punto de la Ginebra.

Foto de Kev-1n (CC BY-NC-ND 2.0)

El reloj de Flores en el jardín Inglés

Estando en Suiza, no podíamos evitar hablar de relojes. En Ginebra hay más de cincuenta por toda la ciudad y el más famoso de ellos es el Reloj de las Flores, en el jardín Inglés. Este reloj inaugurado en 1955 y restaurado en 2002 es la combinación perfecta de dos pasiones suizas: la relojería y las flores, y por supuesto indica la hora correctamente.

Foto de FèlixGP (CC BY-NC-ND 2.0)

Y si después de ver tantos rincones maravillosos todavía queréis más, no os olvidéis de visitar el Café Marius en la plaza de los Agustinos. Un ambiente de estilo art déco que sirve como punto de reunión a los aficionados a la cata de vinos. Si por el contrario sois unos apasionados de la música, tendréis que hacer una parada en el Gran Théâtre.
Pero si simplemente queréis dar un paseo para poner punto final a vuestro viaje a esta preciosa ciudad, no dudéis en caminar por los senderos del Parc des Eaux-Vives. Con sus más de 90 hectáreas de superficie, es todo un remanso de paz en medio de la ciudad.