La capital de la República Checa ha sido en los últimos años uno de los destinos turísticos más solicitados y de los más asequibles.

En 1992 el núcleo histórico de la ciudad de Praga pasó a formar parte del Patrimonio Cultural y Natural Mundial de la UNESCO.Esta mención es solo un aliciente más para visitar la ciudad, al ser una de las ciudades más antiguas de Europa eso se hace notar nada más pisar su suelo. La ciudad posee un halo de misterio y una melancolía que detiene el tiempo, plagada de diferentes estilos arquitectónicos es lógico que sea la cuna de oscuras leyendas y que albergara a escritores como Kafka, el pasear por sus calles es uno de los mejores ejercicios inspiradores que pueden existir.

Entre sus edificios nos encontramos mezclas renacentistas, barrocas, modernistas, góticas…todo ello hace sentirlo como un lugar casi de encantamiento que ha sido utilizado como escenario de muchas películas y al estar allí comprendes el por qué…

La ciudad nació a raíz de la construcción del castillo de Praga (hoy en día el castilo es la sede presidencial) a orillas del río Moldava, los cimientos de la ciudad datan de la Edad Media, pero ya en el Paleolitico estuvo poblada y fue el asentamiento de una tribu celta en el siglo VI a.de C.
Es recomendable visitar la ciudad en otoño, ya que los inviernos son bastante duros y los veranos muy calurosos, además, como mejor se puede disfrutar de Praga es callejeando, cosa que no es agradable si la meteorología no acompaña al menos un poco.

Para los amantes de la literatura este será un lugar de culto, ya que en Praga es dónde se alojó Kafka y de donde surgieron sus mejores obras. Algunos de los lugares en los que residió como inquilino en alguna habitación son hoy pequeños museos, en concreto hay una que se encuentra en la antigua calle de los alquimistas donde el rey Rodolfo acomodaba a aquellos que buscaban la piedra filosofal, el lugar es reconocible porque es una pequeña casa de fachada gris alineada al empedrado, la calle se encuentra en el mismo emplazamiento que el reloj astrológico y la gran plaza central donde se celebraban las ejecuciones. Es una de las zonas más visitadas con lo que no habrá problemas para encontrarlo.

Entre los atractivos de la ciudad tenemos el puente Carlos, con las treinta estatuas de los santos y que es lugar de peregrinaje de los creyentes checos.

También es muy conocido el barrio judío: Josejov, uno de los más antiguos de Europa y que transmite la angustia pasada durante la guerra y se entremezcla con el auge que presenta en la actualidad. Así mismo, son muy conocidos los antiguos cementerios judios y las sinagogas, en una de ellas la sinagoga Klausen en donde se encuentran expuestos muchos dibujos de niños realizados durante el Holocausto.
Una de las características de Praga es que lo bello y lo dramático se mezclan, efecto que se filtra a sus gentes, ya que son muy reservados, resultado de que esta zona siempre fue el centro de muchas guerras y conflictos, pero no deja de ser uno de los viajes mágicos a realizar.