El Parque de la Naturaleza de Cabárceno, en Cantabria

28 de octubre de 2011 por Paco Almádena · Aventura, Cantabria, España, Naturaleza, Ocio, Turismo Rural

A unos 15 km de Santander hay un lugar en el que 100 especies de animales salvajes de los 5 continentes campan en régimen de semilibertad. Este lugar, por mucho que choque, se encuentra en España, en concreto en el precioso valle de Penagos, y se llama Parque de la Naturaleza de Cabárceno.

Localización del Parque de la Naturaleza de Cabárceno (Google maps).

El terreno donde vagan a sus anchas era una antigua mina de hierro que se agotó durante el último tercio del siglo XX y que, desde 1989, se ha convertido en un edén para las 100 especies que habitan el parque. Entre ellas se encuentran varios individuos de las tres especies de felinos más grandes del mundo (el león, el tigre y el jaguar), 15 elefantes africanos (el mayor grupo de elefantes africanos fuera del continente), avestruces, asnos somalíes, rinocerontes blancos, osos pardos, gorilas de llanura, yaks, jirafas, ñandús y hasta vacas watusi.

Un oso pardo cantábrico, arrellanado sobre los riscos de Cabárceno. Foto de Mario Modesto Mata, tomada de Wikimedia Commons.

En Cabárceno reside la comunidad más grande de elefantes africanos fuera del contienente original. Foto de Yearofthedragon, W. Commons.

Cabárceno no es un zoológico, ni tampoco un parque natural, sino un híbrido entre ambos conceptos. Su peculiaridad es ofrecer al viajero la opción de vivir un Safari a lo largo de sus 750 hectáreas de superficie, pero sus atractivos turísticos no se reducen (y no es poco) a eso. Además de la riqueza animal, la peculiar orografía producida por la explotación de la mina y por el origen kárstico de la zona es también objeto de admiración de los visitantes. De hecho, los administradores del parque consideraron esta circunstancia como esencial en cuanto al diseño de los recorridos que vertebran Cabárceno y que se extienden a lo largo de más de 20 km de pistas y carreteras. Por ejemplo algunos tramos del recorrido atraviesan admirables arcos de piedra, mientras otros discurren a través de desfiladeros o junto a lagos.

Llamas entre desfiladeros. Foto de Yearofthedragon, Wikimedia Commons.

La flora de Cabárceno es riquísima. Foto de Yearofthedragon, Wikimedia Commons.

El reino vegetal también resulta muy interesante y, para aprovecharlo, se han establecido diferentes rutas que permiten conocer las especies que predominan en el parque. Dichas rutas son:

ruta de los tejos, alcornoques y nogales (en los alrededores de tigres) […] ruta de los abedules, tilos y hayas (recintos de hienas y lobos) […] ruta de los castaños y pinos (entre los recintos de leones y bisontes).

Además, también se organizan espectáculos con aves rapaces y con leones marinos como los que se pueden contemplar en los zoológicos. Además, también existe un reptilario en el que se encuentran las especies de serpientes más venenosas, así como otras especies más simpáticas e inofensivas como tortugas y lagartos.

Uno de los buitres del espectáculo de aves. Foto de Rober, Flickr.

Espectáculo con leones marinos. Foto de Juan Fernández, Wikimedia Commons.

Aunque la sociedad pública que gestiona el parque, Cantur, ha establecido tarifas para los visitantes, el dinero se destina a fines científicos y educativos. Según la propia organización:

el Parque de la Naturaleza de Cabárceno está concebido con fines educativos, culturales, científicos y recreativos, habiéndose convertido en uno de los mayores atractivos turísticos del norte de España

Actualmente, el parque se ha involucrado con diversos proyectos de investigación científica orientados al estudio de los ciclos sexuales de los elefantes africanos. Sin embargo, el más importante desde el punto de vista biológico sea el proyecto para evitar la consanguinidad del oso pardo cantábrico, un riesgo real debido a la escasa población que pervive en los bosques cantábricos. Por tanto, a pesar del régimen de semilibertad que puede ser criticado por algunos, este parque constituye un centro de investigación de primer nivel a escala europea y que trabaja por la conservación de especies seriamente amenazadas.

El lector puede encontrar más información sobre el parque en la web oficial.

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Túnez (III): el Parque Nacional de Ichkeul

25 de octubre de 2011 por Paco Almádena · África, Naturaleza, Patrimonio de la Humanidad, Túnez, Turismo, Viajes

Muy próximo a la ribera mediterránea –recibe la brisa salina del mar–, el Parque Nacional de Ichkeul es un espacio natural ubicado al norte de Túnez que tiene la peculiaridad de ser uno de los humedales más importantes del norte de África, gracias a la presencia del hermoso lago Ichkeul. Este parque nacional pertenece al Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1980, en virtud del décimo criterio de justificación: «por contener los más importantes y significativos hábitats naturales para la conservación de la diversidad biológica in situ, incluidos aquellos que albergan especies amenazadas de relevante valor universal desde el punto de vista científico o conservacional». De hecho, el Parque Nacional de Ichkeul es refugio de invierno de numerosas aves, como el flamenco, la cigüeña o el ganso, y de tres especies de patos especialmente protegidas: la malvasía común, el porrón pardo y la cerceta pardilla. Estas especies convierten el parque en un lugar de culto para muchos aficionados al avistamiento y la contemplación de las aves.

El lago de Ichkeul. Foto de Tab59, Wikimedia Commons.

La características geográficas del Parque Nacional de Ichkeul son bastante peculiares, puesto que se trata del último resto de una cadena de lagos ya desaparecida que se extendía a lo largo del norte de África. Este lago comprende una superficie de 50 km² que se va difuminando en marismas y tiene una peculiar manera de recibir caudal: por un lado, por varios cauces estacionales –«wadis», palabra árabe de raíz bien prolífica para los topónimos españoles, como Guadiana o Guadalajara– que aportan un gran caudal durante la temporada de invierno y, por otro lado, por las aguas del Mediterráneo durante la estación seca. Así, el nivel de salinidad del lago varía en función de la época del año y se hace más apto para la presencia de aves durante el invierno, cuando predomina el agua dulce.

Crepúsculo matutino en Ichkeul, con el monte Ichkeul al fondo. Foto de Dhfaouzi, Wikimedia Commons.

Otro de los accidentes geográficos que forman parte del parque es el monte de IchkeulGebel Ichkeul–, de poco más de 500 metros de altitud, que está poblado de olivos. Las visitas que se aprecian desde su cima son extraordinarias y especialmente conmovedoras en los crepúsculos vespertinos.

Aunque el Parque Nacional de Ichkeul se incluyó entre 1996 y 2006 en la lista de Patrimonio de la Humanidad en Peligro debido al exceso de salinidad de las aguas del lago a causa de las presas que se hicieron sobre los ríos que lo alimentan, actualmente las políticas de desarrollo sostenible del entorno impulsadas por la Unesco han conseguido alejar el peligro. A esto se suma que el lugar no es demasiado turístico por la falta de infraestructuras turísticas, lo que permite poder apreciar la esencia original de la naturaleza tunecina.

El verde de Ichkeul rompe los tópicos de África. Foto de T A, Flickr.

Los «wadis» solo llevan agua en invierno. Foto de Sadok.gharbi, W. Commons.

Se puede encontrar más información sobre este parque nacional tunecino en la página correspondiente de la Unesco.

Más sobre Túnez:

→ Túnez (I): la medina de Túnez.

→ Túnez (II): el Sitio Arqueológico de Cartago.

→ Túnez (IV): restos de ciudades púnicas y romanas que son Patrimonio de la Humanidad

→ Túnez (V): la ciudad santa de Kairuán.

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Túnez (II): el Sitio Arqueológico de Cartago

21 de octubre de 2011 por Paco Almádena · África, Cultura, Historia, Patrimonio de la Humanidad, Túnez, Turismo, Viajes

Nadie a quien la Historia le haga temblar de emoción podrá permanecer sin turbación ni mostrarse indolente ante el Sitio Arqueológico de Cartago, en Túnez, desde 1979 Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Fundada por comerciantes y colonos fenicios (procedentes de Tiro) en el siglo IX a.C., la ciudad fue cobrando una enorme relevancia comercial, política y militar hasta el punto de que, mientras la metrópoli fenicia había sido absorbida por los distintos poderes imperiales que se expandieron en Oriente Medio, la colonia africana consiguió convertirse en una importante potencia del Mediterráneo Occidental que pondría en jaque la existencia y el futuro de Roma durante más de un siglo (del año 264 a. C. al 146 a. C.), el tiempo que duraron las devastadoras Guerras Púnicas. Qart Hadašt, pues así se llamaba en fenicio, albergaba en su momento de mayor esplendor unos 400.000 habitantes, había levantado edificios de hasta siete pisos, había construido un complejo sistema de alcantarillado y tenía a disposición de sus ciudadanos numerosos baños públicos. Sin embargo, en el Sitio Arqueológico de Cartago no hay ningún resto púnico. Todo lo que allí yace es de factura romana, pero tanto el buen grado de conservación de las ruinas como la claridad de la planificación urbanística de la ciudad romana palian la pérdida fenicia.

Cartago también entregó al mundo hombres geniales e ilustres. Aníbal Barca, uno de los mejores estrategas y tácticos de la historia, aniquiló a los romanos tantas veces como se le interpusieron en la expedición de castigo a Roma que cruzó los Alpes. Sólo hubo una excepción: la contienda de Zama (202 a.C.), donde Publio Cornelio Escipión aplastó a las entonces bisoñas tropas del general cartaginés. A la larga, aquella derrota le costaría la existencia a Cartago y múltiples sufrimientos a sus pobladores.

El eximio escritor hispanoamericano Jorge Luis Borges resumió con suma precisión el fatal destino de Qart Hadašt:

¿Y el incesante Ródano y el lago,
todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?
Tan perdido estará como Cartago,
que con fuego y con sal borró el latino.

Fragmento del poema «Límites».

 

Después de todo, la ciudad se encontraba en una ubicación excelente sobre el golfo de Túnez y, por ello, tras destruirla, los romanos la volvieron a erigir y de aquella refundación hoy solamente podemos disfrutar la ruinas. Aunque ruinas, esconden un gran valor histórico y patrimonial y reflejan con precisión cómo era una ciudad romana y qué grado de desarrollo alcanzaron los romanos: termas, anfiteatros, circos, villas romanas, barrios populares, basílicas paleocristianas y otros muchos edificios.

Lugares destacados del sitio:

Las ruinas de Cartago con el mar Mediterráneo en segundo plano son una de las estampas más nostálgicas del sitio. Foto de Alexandre Moreau, Flickr.

Los restos de las termas de Antonino, las mayores en suelo africano. Foto de Institute for the Study of the Ancient World, Wikimedia Commons.

Ruinas de las villas romanas de Cartago. Foto de Patrick GIRAUD, Wikimedia Commons.

El patio de una de las villas de Cartago. Foto de Patrick GIRAUD, Wikimedia Commons.

Los romanos desarollaron complejos sistemas de cisternas. Foto de Rais67, Wikimedia Commons.

Estructura del gran anfiteatro de Cartago. Foto de Neil Rickards, Wikimedia Commons.

El hipogeo del anfiteatro de Cartago. Foto de Paul SKG, Flickr.

Ruinas del barrio de Byrsa. Foto de Pradigue, Wikimedia Commons.

Algunas ruinas del astillero militar de Cartago. Foto de GIRAUD patrick, Wikimedia Commons.

Maqueta del puerto mercante de Cartago. Foto de Norbert Schnitzler, Wikimedia Commons.

Planta de la basílica de San Cipriano. Foto de Rais67, Wikimedia Commons.

Catedral de San Luis - Foto de Wikimedia Common

Catedral de San Luis, sita en las inmediaciones. Foto de W. Commons

Cerca del complejo arqueológico de Cartago se encuentra el Museo Nacional de Cartago, donde se conservan numerosos objetos de la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad, bustos y maquetas de los lugares más representativos. Por otro lado, es común visitar la actual ciudad de Cartago, lo que permite observar el contraste de los tiempos. En concreto, nos permitimos recomendar la visita a la preciosa catedral de San Luis, en las proximidades del sitio arqueológico.

Quienes deseen obtener más información de los motivos por los que la Unesco declaró este sitio arqueológico como Patrimonio de la Humanidad, en este enlace (en inglés).

Más sobre Túnez:

→ Túnez (I): la medina de Túnez.

→ Túnez (III): el Parque Nacional de Ichkeul.

→ Túnez (IV): restos de ciudades púnicas y romanas que son Patrimonio de la Humanidad

→ Túnez (V): la ciudad santa de Kairuán.

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Túnez (I): la medina de Túnez

18 de octubre de 2011 por Paco Almádena · África, Patrimonio de la Humanidad, Religión, Túnez, Turismo

En 2.0 Viajes comenzamos una nueva serie de posts, esta vez relacionados con Túnez, donde ya han menguado con claridad las tensiones derivadas del fenómeno revolucionario de la Primavera Árabe. En esta ocasión hablaremos de la medina de Túnez –capital del país homónimo–, gracias a su numeroso patrimonio histórico y monumental y, también, a su patrimonio sociológico. En reconocimiento a esta indiscutible realidad, la Unesco declaró la medina de Túnez Patrimonio de la Humanidad en 1979. La descripción que esta organización cultural internacional asignó a este bien propiedad de todos los seres humanos es:

Bajo el reinado de los almohades y los hafsidas, entre los siglos XII y XVI, Túnez llegó a ser una de las ciudades más ricas e importantes del mundo islámico. Unos 700 monumentos diversos –palacios, mezquitas, mausoleos, madrazas y fuentes– atestiguan su esplendoroso pasado.

Los argumentos que proporcionó para la aprobación de la propuesta fueron que posee «un testimonio único, o al menos, excepcional de una tradición cultural o de una civilización que sobrevive o que ha desaparecido» y que de que pone de manifiesto «un importante intercambio de valores humanos, durante un periodo de tiempo o sobre un área cultural del mundo, en cuanto a logros arquitectónicos o tecnológicos, artes monumentales, planificación urbanística o diseño del paisaje del entorno». Ambas razones no dejan de ser ciertas, a pesar de haber sido formuladas de una manera tan genérica.

Aspecto de la medina de Túnez durante la época colonial francesa (1881-1956).

El turismo en la medina y puntos de interés

Como hacen en general los responsables turísticos del Magreb, con la medina de Túnez se «vende», sobre todo, ese atraso secular y ese mundo antiguo repleto de privaciones, que, sin embargo, tanto se añora en Occidente –donde (¡ironías de la vida!) las migajas que quedan de ese espíritu se tildan sin miramientos de caspa local y profundidad patria. Hay que ser consciente, sin embargo, de que es ese el espíritu que reina en la medina.

Uno de los lugares más curiosos que visitar es el zoco o mercado tradicional en la civilización islámica. Este consiste en un grupo de intrincadas callejuelas, plazoletas y galerías, en las que se conjugan intensos olores de toda procedencia imaginable con los vivarachos colores de las especias y los pasteles tradicionales. Todo tipo de mercaderías se venden en el zoco, desde primorosas joyas de plata y piedras preciosas, hasta marroquinerías de todo género. Si se va a comprar algún artículo, el precio para los extranjeros suele triplicar el precio real, de forma que el regateo de partida se basa en proponer un 30 por ciento del precio inicial, para finalmente alcanzar un acuerdo que ronde el 40 por ciento del precio original. Hay que estar bien mentalizado para el regateo, pues es una actividad agotadora, mucho más de lo que pueda parecer al principio.

Entre los 700 monumentos que conforman el conjunto del Patrimonio de la Humanidad, destacamos textualmente los siguientes, aunque a continuación ilustraremos otros con fotografías: la mezquita Al-Zaytuna, del siglo VIII, la Gran Mezquita de la medina de Túnez y su universidad musulmana, y el Palacio del Bey o Dar-al-Bey, del siglo X.

La mezquita de Al-Zaytuna se erigió durante el siglo VIII. Foto de Kassus - Wikimedia Commons.

Minarete de Al-Zaytuna. Desde los minaretes, el muecín llama a la oración 5 veces al día. De Citizen59, W. Commons.

El ajetreado zoco de Túnez. Foto de Leandro Neumann Ciuffo, Flickr.

Una de las angostas calles de la medina. Foto de Raspail, Wikimedia Commons.

Otros monumentos y lugares de interés:

Cúpulas de la mezquita dedicada al santón Sidi Mahrez. Foto de Moumou82, Wikimedia Commons.

Minarete de la mezquita de Hammouda, del siglo XVII. Foto de Moumou82, Wikimedia Commons.

Minarete de la Mezquita El Ksar - Foto de Rais67, Wikimedia Commons.

Madraza de El Bachia. Foto de Alexandre Moreau, Wikimedia Commons.

Palacio del Bey. Foto de Rais67, Wikimedia Commons.

Mausoleo de Tourbet Bey. Foto de Veronique Debord, W. Commons.

De momento, alimentamos vuestro sueño de visitar la medina de Túnez con este vídeo:

Si el lector desea conocer más detalles sobre cómo viajar a Túnez o los requisitos necesarios para entrar, puede visitar la página del Ministerio de Asuntos Exteriores de España.

Más sobre Túnez:

→ Túnez (II): el Sitio Arqueológico de Cartago.

→ Túnez (III): el Parque Nacional de Ichkeul.

→ Túnez (IV): restos de ciudades púnicas y romanas que son Patrimonio de la Humanidad

→ Túnez (V): la ciudad santa de Kairuán.

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El discreto encanto de la Ciudad Autónoma de Ceuta

14 de octubre de 2011 por Paco Almádena · África, Ceuta, España, Europa, Historia, Portugal, Religión, Turismo, Viajes

La bandera de Ceuta conserva las armas portuguesas

Bandera ceutí (escudo de Portugal)

A veces da la sensación de que Ceuta es un lugar lejano, sin mayor interés que su estratégica posición geográfica. Sin embargo, si profundizamos un poco más, encontramos que Ceuta es una ciudad magnífica con numerosos monumentos interesantes, con fabulosas playas y lugares donde abunda la vegetación y con una población cosmopolita que reúne a personas de todos los cultos y culturas –hindúes, hebreos, musulmanes…– Y es que la agitada historia de Ceuta ha contribuido a crear las peculiares circunstancias de la ciudad. Los primeros pobladores eran fenicios, que fueron desplazados por griegos focenses, a los cuales les desplazaron luego los cartagineses. Tras la dominación romana, la ciudad cayó en manos de los vándalos y los visigodos, a los cuales se la arrebataron brevemente los bizantinos de Belisario, para ser más tarde dominada por las dinastías que tenían su origen en el actual Marruecos y por las taifas de la Península Ibérica. En siglo XV pasará a manos de Portugal, que la cederá a España en 1668 en virtud de las cláusulas del Tratado de Lisboa. La ciudad conservó las armas portuguesas en la bandera, aunque siempre fue leal a España, resistiendo los duros asedios a los que la sometieron los bereberes, los ingleses en la Guerra de Sucesión y, posteriormente, el Reino de Marruecos. La última vez que la ciudad expandió sus territorios fue en 1860, en el contexto de la Guerra de África.

Ceuta desde el Mirador de Isabel II. Foto de Ongayo, wikimedia Commons.

Playa de Benzú. Foto de Mario Sánchez Bueno, Wikimedia Commons.

Continuando por línea cronológica de Ceuta, el patrimonio histórico cultural que ostenta acumula un gran valor por la mezcla de ejemplos y la variedad histórica de los mismos. Comenzando por la época prehistórica, el Abrigo y la cueva de Benzú albergan pruebas de haber sido habitadas por el ser humano desde el 250.000 a.C. hasta el 70.000 a.C. Del siglo VII a.C. se conservan diversos restos fenicios que, aunque no son especialmente numerosos, sí constituyen el mayor yacimiento de esta cultura en España. Más adelante en la historia, los musulmanes se asentaron en una ciudad relativamente próspera y poblada, lo que exigió la creación de unos baños árabes del siglo XI en el antiguo «arrabal de los tres baños» que han sido recientemente restaurados y que conforman un yacimiento-museo que se puede visitar. Ya del siglo XIV quedan las viviendas agrupadas en la zona de Huerta Rufino, de las que se puede apreciar su disposición en torno a un patio central y una serie de aljibes.

Catedral de la Asunción. Foto de Catedrales e Iglesias, W. Commons.

Interior de la Asunción. Foto de Catedrales e Iglesias, W. Commons.

Entre los edificios religiosos destacan la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, la iglesia de Nuestra Señora de África y la ermita de San Antonio. La catedral se construyó sobre una antigua mezquita en torno al siglo XVII –bajo el dominio portugués, por tanto–, aunque fue consagrada ya en el siglo XVIII; son destacados el retablo de la capilla del Sagrario e imágenes de periodo barroco, así como algunos lienzos de artistas como Tomás Gutiérrez. Por lo que se refiere a la iglesia de Nuestra Señora de África, alberga una imagen de Santa María de África llevada a la ciudad por Enrique el Navegante en el siglo XV. Uno de los lugares religiosos con más historia e importancia de la ciudad es el Cristo de los Afligidos, ubicado en la entrada de la ciudad y al que históricamente se encomendaban los viajeros que dejaban la ciudad o que volvían de un viaje.

Murallas Reales y foso navegable. Foto de Jim Gordon, Wikimedia Commons.

El monte Hacho y su fortaleza. Foto de Jguk 2, Wikimedia Commons.

Fruto de la historia guerrera de Ceuta, la ciudad tiene una prominente arquitectura militar. El monumento más representativo y a la vez más impresionante por sus dimensiones y por su extraordinaria robustez son las  Murallas Reales, que están consideradas como conjunto monumental y que han sido propuestas para la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco; estas murallas tienen un foso navegable que también forma parte del conjunto. Además, en las Murallas Reales se encuentra el interesante Museo de Ceuta-Murallas Reales (el Museo de Ceuta, como tal, se encuentra en el paseo del Revellín 30). Aunque estas murallas conforman el baluarte más importante de la ciudad, esta aún conserva otros conjuntos de murallas de pasadas épocas, como un lienzo portugués, las murallas merinidas, de 1328, o la famosa fortaleza del Hacho, del siglo XII, situada sobre el monte Hacho –de 204 metros de altitud. Al margen de las murallas, otras construcciones militares defensivas que aún se pueden disfrutar son el pequeño castillo del Sarchal, erigido al clarear el siglo XVIII que serviría de prisión en eṕocas posteriores, la batería de Valdelaguas, del siglo XIX, algunos fortines y neomedievales erigidos sobre las siete colinas que forman la frontera con Marruecos. Aunque son construcciones que quizá no encierren demasiado encanto, las vistas del mar que las acompañan justifican la visita y unas inolvidables fotografías.

Casa de los Dragones. Foto de Kainita, Wikimedia Commons.

Restos de la basílica tardorromana de Ceuta. Foto de Corrigan, W. Commons.

Aunque la historia más antigua de la ciudad ha dejado los lugares descritos, en tiempos más recientes la ciudad ha disfrutado de una creatividad arquitectónica notable. Prueba de ello son la Casa de los Dragones, el Palacio de la Asamblea, el edificio de la Autoridad Portuaria y el Edificio Trujillo. El Palacio de la Asamblea fue inaugurado en 1929 por Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Otro de los edificios destacados de Ceuta es la Casa de los Púlpitos, de 1935. Por otro lado, conviene destacar la visita al mirador de Isabel II, desde el cual se aprecian la península Almina y el monte Hacho. Por lo que respecta a los museos, además de los dos mencionados, se recomienda visitar el Museo de la Basílica Tardorromana, un gran edificio del siglo IV que con el tiempo cambió su uso litúrgico por el de necrópolis.

Aunque pueda parecer un lugar seco o con poca vegetación, Ceuta tiene diversos espacios verdes. Tanto el monte de García Aldave (más de 300 metros de altitud) como el monte Hacho albergan una rica variedad de flora. Entre las playas, hay que destacar la de Benzú. Si se quiere encontrar más información turística sobre Ceuta se puede visitar la completa página oficial de Ceuta. Para encontrar una lista más exhaustiva de monumentos y lugares de interés de Ceuta, el lector puede clicar aquí.

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Lugares recónditos: las islas Lofoten, en Noruega

7 de octubre de 2011 por Paco Almádena · Curiosidades, Europa, Noruega, Ocio, Rutas, Turismo, Turismo Rural, Viajes

Hay numerosos lugares recónditos en la Tierra y uno de ellos son las islas Lofoten –nombre que significa «pies de lince», pues se parecen a pies de lince–, que se encuentran en la provincia de Norland, Noruega. Se trata de un conjunto de ocho islas ubicadas más al norte que el Círculo Polar Ártico y, por tanto, en ellas se puede contemplar tanto el sol de medianoche, entre el 25 de mayo y el 17 de julio, como días de invierno en los que no sale el Astro Rey, entre el 4 de diciembre y el 7 de enero. Las islas Lofoten se encuentran en un lugar tan aislado que sus pobladores siempre han tenido que vivir de la pesca –principalmente bacalao, a pesar de las peligrosas corrientes que existen en la zona.

Aunque el principal interés turístico de las islas Lofoten es su naturaleza, también existen diversas atracciones de interés histórico. Por ejemplo, en estas islas se han encontrado numerosos restos arqueológicos de épocas pasadas, como la Edad de Hierro y la época medieval, de modo que existen algunos interesantes museos en los que poder apreciar el testimonio vivo de aquellos viejos modus vivendi ya extintos.

Localización de las islas Lofoten (Google Maps).

Las islas de Lofoten son las siguientes: Hinnøya, Austvågøy, Gimsøya, Vestvågøy, Flakstadøya, Moskenesøya, Værøy y Røst. Este conjunto de ínsulas se conoce también por el hecho de que ofrece muchas posibilidades de montañismo y mountain bike, gracias a su orografía recortada por fiordos y a las verdes colinas y elevaciones que se prodigan por todas ellas. Las dos zonas más visitadas para realizar esta clase de actividades son Moskenesøya y Austvågøya.

Pueblecito de Reine. Foto de Jörg Hempel, Wikimedia Commons.

Por lo que respecta a la orografía de la islas, se puede decir que es bastante abrupta. Está plagada de fiordos, como el resto de la costa noruega, pero con el encanto añadido de encontrarse en una pequeña isla. Las montañas que existen en el archipiélago no son demasiado elevadas (1.161 metros de altitud tiene el Higravstinden, la cumbre más elevada), lo que no quiere decir que el terreno sea poco accidentado. Por otro lado, si se visitan las islas es recomendables recorrer el Parque Nacional de Møysalen. Como explica Wikipedia:

Las islas Lofoten se caracterizan por sus montañas y picos, isletas al abrigo del las aguas abiertas del océano, playas y grandes áreas vírgenes […] El mar es rico en vida, y el mayor arrecife de coral en aguas profundas (Arrecife de Røst, de 40 km de longitud) se encuentra al oeste de Røst…

Fiordo de Stein. Foto de Frokor, Wikimedia Commons.

Al sur de estas islas se encuentra el maelstrom , mælstrømMoskenstraumen (forma noruega), un torbellino de agua que se produce a causa de la confluencia de corrientes que atraviesan el estrecho de la isla Mosken. El famoso maelstrom ha trascendido al imaginario literario, no solo en los Adda escandinavos, sino también en autores posteriores y también modernos. Los ejemplos que mejor ilustran el interés de ciertos escritores por este inusual fenómeno marítimo son Edgar Allan Poe y Julio Verne. El primero publicó A descent into the Maelström –en castellano, Un descenso al Maelström–  en 1841.

El lector puede encontrar más información sobre las islas Lofoten en la página oficial de Lofoten (en inglés). Si quieres saber algo más sobre fiordos noruegos, visita nuestro post sobre Geirangerfjord y Nærøyfjord.

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La ancestral Agra, uno de los corazones de la India

4 de octubre de 2011 por Paco Almádena · Asia, Cultura, Historia, India, Patrimonio de la Humanidad, Sin categoría, Turismo, Viajes

En el inconmensurable estado de Uttar Pradesh, al norte de la India, se encuentra la milenaria ciudad de Agra, que citaron los antiguos aedos en la epopeya de Mahábharata, cuya datación, aunque inexacta, parece no retroceder más allá del siglo IV a.C. Mucha de la fama le viene a Agra de tres complejos que se encuentran en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco: el archiconocido Taj Mahal, el fuerte de Agra y la antigua ciudad de Fatehpur Sikri, que fue levantada en el siglo XVI por el emperador mogol Akbar el Grande. Tres impresionantes monumentos que representan la magnificente riqueza histórica-monumental de la India y que atrae a miles de turistas cada año. Entre otras razones, porque se encuentra a unos 200 km de Delhi, una de las mayores capitales del turismo en la India. El modo de transporte más cómodo entre ambas ciudades, que por cierto se fueron quitando una a otra la capitalidad reiteradamente, es el tren, que parte de la New Delhi Railway Station en torno a las 6:15 de la mañana. El tren de vuelta desde Agra sale a las 20:30, aproximadamente.

Ubicación de Agra, en el corazón de la India (Google Maps).

Aunque Agra fue citada ya en el mítico poema épico de Mahábharata, las primeras referencias estrictamente históricas aparecen en en el siglo XI. Durante las siguientes centurias, la ciudad fue muy disputada por facciones islámicas (los mogoles) y facciones hindúes muy diversas, de forma que Agra está tejida con hilos de lana islámica e hilos de lana india. Esta hibridación es notoria con solo pisar en ella y además constituye el principal activo artístico que valora la Unesco para incluir en la lista del Patrimonio de la Humanidad los tres monumentos enumerados arriba, especialmente el Fatehpur Sikri.

Puerta principal para entrar al complejo del Taj Mahal. Foto de AxelBoldt, Wikimedia Commons.

El Taj Mahal acrecienta su grandiosidad entre la niebla matutina. Foto de Ekabhishek, Wikimedia Commons

El virtuosismo de los detalles del Taj Mahal se aprecian desde bastante distancia. Foto de Phil Servedio, Wikimedia Commons.

Shah Jahan fue un hombre creyente que ordenó construir la mezquita del Taj Mahal. Foto de Nemonoman, W. Commons.

Fatehpur Sikri es Patrimonio de la Humanidad. Foto de Shakti, Wikimedia Commons.

Cualquier viajero que visite Agra deberá acercarse a ver varios monumentos imprescindibles. Si se alquila un coche, habrá tiempo para visitar el mausoleo de Taj Mahal (erigido por el emperador mogol Shah Jahan entre 1631 y 1648) –atención a los días de sol intenso, pues el reflejo de su mármol blanco puede hacer daño a la vista– y después el fuerte de Agra –a unos 2,5 km del anterior, se extiende a lo largo de 380.000 m² y alberga aún muchos edificios mogoles, como el Diván-I-Am, Jahangiri Mahal, Shah Jahani Mahal o el Takht-i-Jahangir–. También resulta interesante la visita a la tumba de Akbar el Grande, llamada Sikandra, y de Itmad-Ud-Daulah. Además de estos puntos de interés, realmente ineludibles e irrepetibles, se recomienda visitar los jardines («bagh», en hindi) de Swami, Mehtab y Ram; este último tiene una cierta inspiración en el concepto de jardín persa, gracias a la influencia islámica que trajeron los mogoles a estas latitudes de la India –recordemos además que el pasado mes de junio la Unesco incluyó el concepto de jardín persa en la lista del Patrimonio de la Humanidad.

Vista desde los adarves del fuerte de Agra. Foto de Shahnoor Habib Munmun, Wikimedia Commons.

Puertas y muros del fuerte de Agra, con típica piedra rosada. Foto de Poco a poco, Wikimedia Commons.

Vista amplia de Agra. Foto de Olebole, Wikimedia Commons.

El diván I-Am, en el fuerte de Agra. Foto de Poco a poco, Wikimedia Commons.

Como no podía ser de otra manera en la India, donde la religión conforma todavía uno de los pilares fundamentales de su cultura y una parte esencial de su imagen turística, los diferentes cultos que existen en Agra han entregado algunas de los más excelsos ejemplos del arte religioso humano. Los templos más importantes de la ciudad son el Rawli Maharaj, el Prithvinath y el de Balkeshwar –dedicado al famoso dios Shivá. Regresando a un ámbito más mundano, en Agra se fabrican unos pasteles típicos de la ciudad que se llaman «petha» y que se recomienda probar para tener una experiencia completa de Agra. Otro de los ineludibles gastronómicos para aquellos que prefieran salado a dulce es el «chaat», una especie de galleta salada típica de la India perfecta a modo de tentempié.

Macaco merodeando junto al fuerte. Foto de Thomas Schoch, Wikimedia Commons.

Al igual que en otras ciudades de la India, como consecuencia de la respetuosa idiosincrasia  para con la naturaleza, en Agra el viajero se podrá topar con bastantes animales y no le está permitido molestarles. No es extraño, por ejemplo, encontrarse con macacos en el fuerte de Agra o en sus inmediaciones. A veces pueden resultar un poco molestos, aunque por lo general le arrancarán sonrisas y carcajadas al viajero. El lector podrá obtener más información en el sitio oficial de Agra.

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La esencia mediterránea del Parque Natural de Sierra Calderona

30 de septiembre de 2011 por Paco Almádena · España, Historia, Naturaleza, Turismo, Turismo Rural, Viajes

Localización del Parque Natural de Sierra Calderona (Google maps).

Poco conocida por muchos, la Sierra Calderona conforma una de las curiosas estribaciones del Sistema Ibérico. Separa las cuencas de los ríos Turia –al sur de la Sierra– y Palanca –al norte–, en su paso por las provincias de Castellón y de Valencia hasta el mar Mediterráneo. La superficie de la Sierra Calderona se consideró en 2002 como parque natural, convirtiéndose las 18.019 hectáreas de terreno en lo que hoy conocemos como Parque Natural de Sierra Calderona, cuyo peculiar paisaje de cortados, ambientes forestales diversos (alcornocales, sotobosque…) y curiosa fauna componen un conjunto de gran belleza natural. Conviene decir que, aunque tenga numerosos cortados y picachuelos, este parque natural no tiene grandes alturas, ya que el Montemayor apenas supera los 1.000 metros de altitud (otras alturas son el Gorgo, el Rebalsadors, y las muelas calizas del Segart y el Garbí. Así mismo existen castillos, antiguos monasterios y diversas obras de ingeniería construidos por las distintas culturas que habitaron la región desde tiempos muy remotos.

Panorámica de Valencia y el Mediterráneo desde el Garbí. Foto de Heber, Wikimedia Commons.

En este parque existen diversas rutas que permiten disfrutar de su belleza y que se pueden ver detalladamente en este folleto. Las rutas son las siguientes:

  • El Pla del Garbí: termina en el mirador del Garbí, desde el que se aprecian unas excelentes vistas del valle del Palancia y del Mediterráneo (como se aprecia en la foto de arriba). Cerca del mirador existe una ermita que data de 1787.
  • Ruta de Olocau: partiendo de la localidad de Olocau atraviesa el páramo que conduce hasta el castillo del Real. Atraviesa parajes poblados de alcornocales y termina en la Font del Frare, levantada en el siglo XVIII.
  • Ruta del Alcornocal: atraviesa las interesantes localidades de Gátova, Marines Vell y Olocau. Pasa junto al macizo del Gorgo (907 metros), cruza por el alcornocal de Tristán y concluye en Font de Sinaina.
  • Ruta de Portaceli: parte desde la localidad de Betera. Recorre algunos lugares especialmente bonitos, como la cartuja de Portaceli, en medio de los Montes de Portaceli. Otros puntos interesantes son el mirador de la Pedrera, desde el que se aprecia la cartuja.

Mirador del Garbí. Foto de Heber, Wikimedia Commons.

Cartuja de Portaceli. Foto de AdelosRM, Wikimedia Commons.

Vista de la Sierra de Calderona. Foto de http://www.cma.gva.es.

Castillo de Serra. Foto de http://www.cma.gva.es.

La flora «calderona»…

Muy rica en especies de sotobosque, la Sierra Calderona alberga plantas mediterráneas típicas. Algunos ejemplos son el madroño, el cantueso, la jara, la adelfa o la madreselva, aunque el acervo de especies es muy abultado. Además existen algunas especies que gozan de una protección especial, como la centaurea saguntina y el clavel del pastor, muy peculiares y consideradas típicas de la región. Fuera del ámbito del sotobosque se encuentra el pino rodeno, el pino blanco –que es el árbol predominante–, el alcornoque, uno de los principales activos del parque y cuyo corcho se explota desde hace siglos, y también diversos grupos de chopos, robles y sauces, más de ribera.

Existen determinadas zonas en las que se realiza una protección especial de determinadas especies. Se ha bautizado estos parajes como microrreservas cuya función se resume en proteger los endemismos de la sierra, pues algunos se encuentran amenzados. La página web del Parque Natural de Sierra Calderona enumera estas microrreservas:

El Puntal de la Bella en el término municipal de Estivella; el Barranco del Saragatillo, en el término municipal de Serra; el Cerro del Caballo (o Caballo Pelut), en el término municipal de Albalat dels Tarongers; el Montepicayo en el término municipal de Sagunto; las Peñas Altas y el Puntal de Navarrete, en el término municipal de Altura

… Y la fauna «calderona»

Aunque atraen visitantes las especies vegetales del Parque Natural de la Sierra Calderona, o la belleza radical de sus horizontes –sobre todo en los crepúsculos–, también constituye un importante atractivo turístico su fauna. Entre las especies más curiosas se encuentra el lagarto más grande de Europa, el lagarto ocelado, cuyos especímenes suelen medir entre 70 y 90 cm. Siguiendo por la clase de los reptiles también se encuentran tres especies de serpientes ibéricas, cuyas mordeduras no son mortales pero precisan atención médica: la culebra bastarda, la víbora hocicuda y la culebra viperina.

Lagarto ocelado. Foto de Júlio Reis, Wikimedia Commons.

La culebra bastarda. Foto de Amilotx58 - Wikimedia Commons.

También hay especies de mamíferos como el jabalí o el zorro, aunque se muestran bastante huidizas con la especie humana. Entre las aves, las rapaces nocturnas como los búhos o los mochuelos y, entre las diurnas, el águila culebrera son las que más se desean observar.

Un poco de patrimonio y de historia…

Como sugeríamos al comienzo de la pieza, la superficie sobre la que se extiende este parque natural ha sido escenario de los periplos del hombre desde su llegada  a la Península Ibérica. De la Prehistoria quedan vestigios en Náquera (Cueva Margarita –Paleolítico– y en Puntal dels Moros –Eneolítico–). De la Edad del Bronce, en Picaio; de la civilización ibera, en Arse y también en Puntal dels Llops, en la localidad de Olocau. De la presencia romana quedan vestigios en Sagunto, en Estivella (el acueducto) y el puente de Torres-Torres, aunque es de la época musulmana el mayor número de restos, con los castillos de Beselga, del Real y de Serra, y las diversas alquerías (Marines o Náquera, por ejemplo). De tiempos posteriores destacan el convento del Santo Espíritu del Monte y las ruinas de la cartuja de Val de Crist. Recogemos un vídeo para ilustrar los atractivos del parque:

En resumen, el conjunto que forma el Parque Natural de Sierra Calderona acumula un gran valor natural a la vez que histórico, ya que fue lugar de paso y asentamiento de culturas desde las primeras oleadas migratorias de seres humanos en la Península Ibérica. La belleza de sus paisajes y las curiosas especies que en él se dan son dignas de mención y aprecio y, al mismo tiempo, de elevado interés turístico. Para obtener más información y planear el viaje a este parque natural, el lector puede acceder a la página de la Generalitat Valenciana sobre el Parque Natural de Sierra Calderona.

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Sagunto: playas, teatros, castillos, y moros y cristianos

28 de septiembre de 2011 por Paco Almádena · Cultura, España, Festejos, Gastronomia, Historia, Turismo, Turismo Rural, Viajes

Capital de la histórica región valenciana de Murviedro, Sagunto –precisamente conocida en la antigüedad como Murviedro– es una localidad cuyo casco urbano se divide en dos zonas diferenciadas. El núcleo histórico de la población se sitúa a 5 km de la costa, junto al impresionante castillo de Sagunto, núcleo que se conoce con el sobrenombre de Ciudad vieja, aunque el topónimo oficial es Sagunto-Ciudad. El otro casco urbano, hoy mucho más poblado que antaño –los piratas berberiscos se ensañaron con las cosas del Levante español de forma que –, se ubica en la misma playa y se conoce como Puerto de Sagunto. En el Puerto de Sagunto existen tres playas diferentes: por un lado, la más famosa por su fina arena, su enorme longitud y por la tranquilidad del Mediterráneo que la baña es la playa de Sagunto, mientras que la playa de Corinto-Malvarrosa es de guijarros. La tercera playa de Puerto de Sagunto es la playa de Almardá.

Playa de Corinto-Malvarrosa. Foto de Camikaze, Wikimedia Commons.

Parroquia de Santa María. Foto de Joanbanjo, Wikimedia Commons.

Conviene saber que el castillo de Sagunto es una de las fortalezas más antiguas de España, habiendo albergado guarnición militar hasta los primeros años del siglo XX, y siendo escenario de numerosas batallas a lo largo de la historia debido su importancia estratégica en la región. Desde los combates en el contexto de las guerras púnicas, o la toma de la fortaleza por parte de Jaime I de Aragón, hasta la batalla de Sagunto entre tropas españolas y francesas durante las guerras napoleónicas, o el pronunciamiento militar protagonizado por Martínez-Campos para promover la restauración borbónica, Sagunto fue históricamente un lugar de feroces disputas. Debido a este agitado recorrido histórico, la fortaleza tiene en sus muros las huellas de las diversas presencias culturales de la península: ibérica, romana, medieval y también de la Época Moderna… Cada cual amplió o restauró una parte de la muralla que había sido deteriorada en los combates que imponían cada nuevo señor, cada nueva dominación.

La puerta de Almenara, en el castillo. Foto de Enrique Íñiguez Rodríguez, Wikimedia Commons.

Plaza del Dos de Mayo, en el castillo. Foto de Enrique Íñiguez Rodríguez, Wikimedia Commons.

Vista general del castillo de Sagunto. Foto de Juan J. Martínez, Wikimedia Commons.

Teatro romano. Foto de Alba Sánchez Lizana, Wikimedia Commons.

Además del castillo de Sagunto, la Ciudad vieja alberga un interesante patrimonio histórico-cultural. Lo que más llama la atención del viajero es el teatro romano que tuvo una capacidad de 8.000 espectadores y que ha sido restaurado con éxito recientemente. Se sabe que los romanos también construyeron un gran circo, aunque apenas quedan vestigios de él. No obstante, tan viva está la presencia romana en Sagunto que no sólo pervive en el nombre de la localidad (Saguntum, en latín), sino también en el de la región, que es Murviedro en castellano y Murvedre en valenciano, pero, en cualquier caso, ambos topónimos proceden de la expresión latina «muri veteri», que significa «muros viejos» o «muros veteranos». Por lo que respecta al patrimonio religioso, la ciudad alberga dos interesantes templos (la parroquia arciprestal de la Asunción de Santa María y la iglesia de El Salvador), mientras que en la comarca se cuentan hasta 9 ermitas y el monasterio de Santa Ana.

Fiestas del 9 de octubre

El 9 de octubre se celebran las fiestas de la Comunidad Valenciana y pretenden conmemorar la entrada del rey de Aragón Jaime I allá por 1238. En la localidad de Sagunto, estas celebraciones tendrán lugar entre los días 29 de septiembre y 9 de octubre, sobre las cuales se puede encontrar más información aquí. A modo de extracto recogemos aquí algunas de las actividades:

  • Jueves 29 de sept.: el Despullament del Moro (despojo del moro).
  • Viernes 30 de sept.: desfile de moros y cristianos.
  • Sábado 1 de oct.: entrada de moros y cristianos.
  • Domingo 2 de oct.: Día de la conquesta.
  • Viernes 7 de oct.: mercado medieval.
  • Sábado 8 y domingo 9 de oct.: actuaciones teatrales y granja medieval. El 8 habrá una tamborrada popular. El día 9 habrá una serie de actividades infantiles.

La concejal de cultura de la localidad, Maribel Sáez, explicó que a pesar de los recortes presupuestarios en las administraciones, la colaboración de los vecinos y asociaciones culturales ayudaron a la organización del evento:

Muchas asociaciones culturales se han volcado en la festividad de modo altruista, y gracias a ello este año tenemos como novedades el mayor Mercado Medieval de los últimos años, la gran tamborrada con más de un centenar de músicos de percusión

Para obtener más información sobre la ciudad se puede acceder a la página del Ayuntamiento de Sagunto.

U. t. drae

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Las cuevas de Sant Josep, en Vall de Uxó (Castellón)

26 de septiembre de 2011 por Paco Almádena · España, Europa, Naturaleza, Turismo, Turismo Rural, Viajes

En las proximidades de la localidad castellonense de Vall de Uxó se encuentran unas de las cuevas más interesantes y visitadas de España: las cuevas de San José o coves de Sant Josep, como se conoce en valenciano el topónimo. Además de las cavidades horadadas por la acción del agua en la piedra caliza (recordemos el viejo dicho latino: gutta cavat lapidem > la gota perfora la piedra), estas cuevas albergan un curso de agua que ostenta el mérito de ser el río subterráneo navegable más largo de Europa y, de hecho, se organizan recorridos en barca para ver la cueva.

Localización de las cuevas de San José, en Vall de Uxó (Google maps).

Las cuevas de Sant Josep comenzaron a explorarse a principios del siglo XX en una expedición que alcanzó la Boca del Forn, que separaba la parte accesible de la no accesible. Ese escollo se superó agrandando el orificio que existía y posteriores exploraciones y dinamitados han ampliado el recorrido de la cueva hasta la Galería Seca, punto que pone fin al actual recorrido turístico. Se presupone la cueva continúa más allá, aunque se desconoce qué longitud tendrían las nuevas galerías. Los puntos de mayor interés del recorrido turístico son la sala de los murciélagos, el lago de Diana, la galería de los sifones –aquí habitan pequeñísimos crustáceos que sólo se dan en estos peculiares hábitats–, el estanque azul, la zona seca y la catedral –con una curiosa forma de bóveda y numerosas estalactitas–. También se conservan algunas pinturas rupestres en las primeras salas de la cueva. Los recorridos en barca a lo largo de toda Sant Josep tienen los siguientes precios: para adultos de 9,50 euros, 6 euros para jubilados y grupos a partir de 25 personas y para niños de 4 a 13 años 4,5 euros.

Estas grutas tienen una profundidad conocida (los espeleólogos que la han explorado aún no han dado con el origen) de cerca de 3 kilómetros. La temperatura es moderada, a pesar de la intensa humedad reinante, situándose el mercurio en torno a los 20º en cualquiera de las cuatro estaciones. Muchas personas acuden a visitarlas para tener la experiencia de haber navegado un río subterráneo en un bote mientras se contemplan las impresionantes estalactitas que cuelgan del techo de las distintas salas, por lo que son bastante turísticas, aunque mantienen un encanto especial gracias a a iluminación y el peculiar entorno. Como opción familiar, visitar las cuevas de Sant Josep se traduce en una excursión apta para todos los públicos y con múltiples posibilidades de ocio gracias al complejo que se ha construido junto a las cuevas y que posee piscina y unas áreas de juegos infantiles. Muy cerca se encuentra la ermita diechiochesca de la Sagrada Familia y los interesantes restos de un poblado íbero que recuerda a los visitantes que la zona fue poblada desde tiempos muy antiguos.

Por otro lado, la localidad de Vall de Uxó mantiene un rico patrimonio histórico-cultural que comprende diversas etapas históricas, desde la época ibérica hasta la renacentista, pasando por la hispanovisigótica y la musulmana. Para encontrar más información sobre las coves de Sant Josep se puede visitar su página oficial.

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