El lugar donde confluyen el mito de Heracles y el mito de Cervantes: Naupacto

15 de julio de 2011 por Paco Almádena · Sin comentarios · Cultura, Curiosidades, Europa, Grecia, Historia, Turismo, Turismo Rural, Viajes

Naupacto, o Naupactus –como dicen los ingleses–, o Nafpaktia –como lo dicen los griegos–, es una localidad de Grecia que se encuentra en la periferia de Etolia-Acarnania. No es una población pequeña, puesto que en ella habitan en torno a 10.000 personas y es la segunda por tamaño de la citada periferia, pero presenta un encanto especial que tiene mucho que ver con que haya conservado el sabor auténtico del Mediterráneo viejo.

La estratégica localización de Naupacto a la entrada del golfo de Corinto, antiguamente conocido como golfo de Lepanto, ha conferido a la localidad una relevancia histórica especial y la convirtió durante mucho tiempo en un importante astillero del que se sirvieron generaciones y generaciones de griegos, así como todos los dominadores foráneos que ha tenido en su historia. Ya en los mitos de Heracles se menciona que este semidiós construyó en Naupacto una flota para acometer la invasión del Peloponeso. Más adelante, por ejemplo, durante la Guerra del Peloponeso fue un puerto muy disputado entre atenienses y espartanos y escenario de la batalla de Naupacto. La localidad cayó en poder de Venecia en 1407, que desarrolló sus construcciones defensivas al máximo, de forma que la localidad resistió durante varios meses un duro asedio de 30.000 turcos. Pero el día que le dio más fama a la localidad fue el 7 de octubre de 1571, fecha en que se produjo la gran batalla naval de Lepanto entre la Santa Liga –compuesta por España, Venecia, los Estados Papales y Génova– y el Imperio Otomano.

Estatua de Cervantes en Naupacto. Foto de Wikimedia Commons.

Escena de la batalla de Lepanto. Foto de Wikimedia Commons.

Dirigidos por don Juan de Austria, la derrota que los cristianos infligieron a los otomanos fue aplastante, aunque no pudieron explotar el éxito militar. En la batalla de Lepanto participó el escritor Miguel de Cervantes, que sufrió una herida en el brazo izquierdo que le hizo perder cierta movilidad. Los habitantes de Naupacto han conmemorado tan insigne presencia erigiendo una estatua de Cervantes junto al puerto. El correr de los años devolvió Venecia el control de la ciudad durante 12 años, hasta 1699, en que volvió a formar parte del Imperio Otomano hasta 1829. La continuada presencia veneciana en el lugar dejó los impresionantes complejos defensivos de la localidad, que constituyen su principal activo turístico. Por ejemplo, el castillo, que se asienta sobre un enorme promontorio, tiene el mérito de ser el único en Europa con cinco zonas defensivas, tal y como indica la página oficial de Naupacto.

La fortaleza sobre el promontorio. Foto de Wikipedia

Una de las puertas del casillo. Foto de www.nafpaktos.gr

Pero lo que más encanto tiene en la ciudad es su puerto. Dos brazos de murallas parece que abrazan la especie de ensenada que conforman los muelles. Esos brazos de murallas terminan en unos baluartes y sobre uno de ellos se encuentra la estatua de un famoso atleta: Anemogiannis. Tras este cinturón de murallas se concentra una serie de bares y terrazas en las que se puede disfrutar de un agradable aperitivo bajo la suave brisa del mar Jónico.

Vista del puerto desde la fortaleza. Foto de Wikipedia

Fortificaciones del puerto de Naupacto. Foto de Wikipedia

Además, hay varias playas en los alrededores de Naupacto, como la de Psani o la de Hiliadou, que en parte es naturista. Como dato de interés, conviene saber que la localidad se encuentra a unos 25o km desde la capital de Grecia, Atenas, aunque se puede tomar la ruta del Peloponeso –recomendada por Google Maps–, que permite atravesar distintos lugares de alto interés histórico-cultural (Epidauro, Corinto, Patrás…) para, por último, cruzar por mar hasta el puerto de Naupacto.

Para obtener más información de Naupacto, de Etolia-Acarnania y de Grecia en general, se puede acudir a la tercera entrega sobre Grecia de la guía de viajes Mundicolor.

 

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